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La casa era de mi tatarabuelo, era muy vieja, el también fue un naturalista rechazado por la familia como yo, ojalá pudiera haberle conocido. Antes de descargar mis maletas con escaso peso, tire mi móvil al agua, para que nadie pudiera escribirme, para que nadie pudiera localizarme, y mucho menos mi padre.
Me sentía libre. Sin presiones. Sin ruido. Sin nada, todo era maravilloso.

Había una cama, sin nada de electrónica, ni siquiera había frigorífico, ni horno. Solo un antiguo reloj. Me tocaba hacerlo al natural.
La casa estaba hecha de madera de acacia, el suelo sonaba un poco debido a la humedad y los años, y las habitaciones seguían conservando un buen estado. Era perfecta para mí.

En cuanto termine de colocar mi equipaje, me quite toda la ropa, con las ventanas abiertas que mostraban un paisaje vacío y hermoso, respiré hondo y comencé a bailar, no me hacia falta el tocadiscos ni nada por el estilo para escuchar la música, con mi cabeza era suficiente, aunque solo yo pudiera oírla. Bailé suavemente, con ritmo lento mientras disfrutaba cada movimiento, este sentimiento solo tenía un nombre.

Libertad

Siempre había soñado escapar de aquella realidad, de aquel mundo q no deseaba y conectarme con mi verdadero yo, con lo que realmente quería ser. Las cuerdas del violín sonaron, mis manos y mis dedos se movieron al son de su melodía, mientras daba unos pasos a la derecha. Cambió el ritmo y di vueltas alrededor de mi ser, mientras sentía como todos los problemas desaparecían de mi saturada consciencia. El aire fresco del hogar llegó hasta mis pestañas, y en mis largos cabellos que se movían al ritmo de mi cuerpo.

Era una sensación tan hermosa que no quería que acabará jamás, pero lamentablemente la música dejo de sonar, y me detuve lentamente mientras mi rostro expresaba un placer indescriptible. Suspiré. Era feliz, había encontrado la felicidad en aquel lugar. Volví a vestirme con aquellas prendas, y me dirigí hacia la pequeña habitación a descansar, el viaje hasta ese lugar no fue tan fácil.

En cuanto me acosté en la blanda cama, mi cuerpo descargó todo el sueño y mis ojos se cerraban poco a poco, hasta que caí dormido profundamente. Jamás había descansado tan bien en toda mi vida.

♤♤♤

Desperté un poco confundido, sin saber la hora ni cuanto tiempo estuve durmiendo, acaricié mis ojos suavemente antes de estirarme y ponerme en pie. No me sentía enérgico del todo, pero si con una extraña inspiración. Caminé hasta la sala principal y observe el reloj el cual estaba colgado en la pared. Era bastante tarde, cerca de las 3 de la madrugada, pensé en volver a dormir pero no tenía nada de cansancio, así que decidí salir al exterior a tomar un poco el aire.

Peiné mis pelos algo enredados, al terminar abrí la puerta principal y mis pies pisaron el suave césped del solitario bosque. El aire era ligero, golpeaba mis rostro sintiendo el fresco de este, mientras mi cabello se extendía hacia atrás.

Todo era oscuro, los árboles tapaban las estrellas, nada luminoso, pero aún así, el ambiente tenía algo que brillaba a su alrededor, que me permitía ver por donde iba. Cerré la puerta y comencé a caminar, las hojas húmedas sonaban por cada paso que daba, observaba con gran atención cada detalle del paisaje, sin que nada se pasara de largo, el silencio reinaba, la tranquilidad abundaba.

De tanto caminar y caminar, encontré un pequeño río al lado de unas rocas, el cual lo alumbraba la ligera luz de la luna llena, me quedé mirando por unos segundos la belleza de aquellas aguas, y luego poco a poco me fui acercando hasta llegar al borde de este. Vi mi cara reflejada en el río cristalino, aquello no parecía real, me quité las sandalias, las aparté a un lado, e introduci mis pies dentro del agua seguido de que me sentara. Se sentía un poco frío, pero a la vez era una sensación muy agradable. Cerré mis ojos para disfrutar del momento.

El sonido de los grillos y de los animales nocturnos acompañaban al ambiente en su máximo esplendor, era como si me estuviera transportando a una realidad completamente distinta. Suspiré varias veces. No sé cuanto tiempo pasó, cuanto estuve allí sentado, hasta que de repente, escuché algo extraño.

Mis ojos se abrieron, y lentamente me di la vuelta para observar quien era el causante del ruido, nada, absolutamente nada. Volví a girarme, aunque esta vez un poco asustado. Algunos segundos después, volvió a sonar el mismo ruido, eran como pasos cerca de donde yo estaba. En ese momento dije:

-¿Hola?

Ninguna respuesta. En ese momento pensé en irme de allí inmediatamente, pero no me dio tiempo a levantarme siquiera cuando una mano se posó en mi hombro y pronto se desvaneció, por más rápido que giré mi cabeza. El miedo comenzó a invadir mi cuerpo, realmente no estaba solo en ese lugar...

New blood...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora