4

10 1 0
                                    

Me paralice.

-Uy, me parece que ya me han descubierto, mala mia~

Sus ojos soltaron una especie de destello color rojo carmesi, un rojo brillante que podía hasta sentir, en su boca se hicieron ver unos afilados colmillos siendo relamidos por su lengua, preparandolos para clavarlos en mi. Se fue acercando muy lentamente, mientras que yo no podía hacer nada más que no fuera temblar.

-Si te soy sincero, me hubiera gustado que no lo descubrieras tan rápido, pero el olor tu sangre rompe todos mis planes...

-Dime ya la verdad, ¿qué quieres de mi?- es lo único que pudo salir de mi entrecortada y temblorosa voz, a pesar de ser una cuestión muy tonta ya que conocía sus intenciones

Se rió en un tono malicioso.

-Ay querido~ ¿creo que es un poco obvio no? Pero no te preocupes, no sentirás dolor, solo será un poco de sangre la que tome de ti, servirá para complacerme~

No sabía que hacer, mi cuerpo no respondía, no se movía, no podía echar a correr, solo estar parado en el mismo sitio observando a Alaric con miedo. Cada vez se acercaba más y yo trataba de salir del trance, era como si una fuerza me atrajera hasta ese punto de la Tierra.

-Sebastián, te ves muy tenso, relájate un poco, no voy a matarte~- acarició suavemente mi cara

Tras esa caricia, mi cuerpo comenzó a reaccionar de una manera completamente distinta, se movía como una gelatina, y mi vista se nublo, era como si me hubiera tomado algún tipo de droga tranquilizante. Segundos después perdí el equilibrio y caí, pero no en el suelo, sino en los brazos de Alaric.
Quería gritar pero mi cuerpo no me lo permitía, fue una situación súper desesperante.

-Shhhh, tranquilo~

Lo último que puedo recordar son mis ojos cerrándose lentamente mientras el vampiro me acariciaba la cara con delicadeza.

...

Me desperté sobresaltado al retomar la consciencia, se sintió igual que al despertar de una mala pesadilla. El primer vistazo fue una habitación, bastante extraña la cual no reconocía, las paredes están pintadas de un blanco grisáceo desgastado y se encontraban muy pocos muebles, ni siquiera una cama o un escritorio, no sabría describirlo, era bastante extraño. A pesar de eso, no presté mucha atención en donde me encontraba, lo único en lo que pude pensar fue si ese vampiro me había mordido en alguna parte. Comencé a revisar todas las partes de mi cuello, nuca, pecho...

-Ya puedes calmarte pequeño Sebas, no te he marcado en ningun lado- escuché ese horrible acento detrás de mi el cual me hizo sobresaltarme

Giré mi cabeza bruscamente y ahí estaba Alaric, con sus cabellos negros despeinados y su conjunto exótico, apoyado en la vieja pared mirándome fijamente. Hice el amago de gritarle algo pero el me detuvo, mostrándome el dedo índice de su mano derecha acompañado de un continuado siseo.

-Antes de que empieces a ladrarme, déjame explicarte algo. Cuando tu y yo hablamos por primera vez, me dijistes que aunque tuvieras 16 años podrías valerte por ti mismo y que sabrías defenderte tu sólito, ¿verdad? Bueno, pues yo quise ponerte a prueba para ver si es verdad que te puedes enfrentar a cualquier peligro que se te interponga, y en el momento justo en el que descubriste que yo era un vampiro, te quedastes inmovilizado, mareado y sin poder escapar, atacar o algo que pudiera beneficiarte en esa situación. No, no fue un hechizo, no fue cosa mía, tu mismo te desmayastes. ¿De verdad te crees que puedes sobrevivir toda tu vida solo, en el bosque y con los conocimientos mínimos de supervivencia? No me cuentes chistes, al primer día ya estarías muerto si no fuera porque soy buena persona

Me quedé pasmado, no sabía que decir, sentí que había hecho el ridículo frente a él. Pensé en palabras para poder argumentar pero me había dejado sin ellas.

-Suerte tienes de que no haya sido un animal salvaje, sino ya serias un esqueleto esparcido por el suelo- dijo en tono burlón

-¿Acaso me has traído aquí para reírte de mi o que mierda?

-¿Qué te hace pensar que me estoy riendo de ti?

-La forma en la que me hablas y además, ¿para que me has traído a este sitio? Es horrible

-¿Disculpa? Este "sitio horrible" es mi casa

-¿Tu casa?

-Efectivamente, ¡mi casa!, te dije que vivía en una casa subterránea ¿recuerdas?. ¿Acaso crees que vivía en una madriguera como un topo?

-No lo se, es que esta habitación por lo menos no tiene ni cama ni tiene nada, es un poco extraño...

Alaric arqueó una ceja mientras se acercaba poco a poco hacia mi.

-¿Cama?, ¿de verdad crees que los vampiros duermen Sebas?- colocó una mano en mi hombro izquierdo

Se agachó para ponerse a la altura de mi rostro.

-Te he traído a mi hogar por una sola razón. Podría perfectamente dejar que tu mismo te preocuparas sobre tu vida pero... me pareces un chico muy interesante, así que quiero... ¿como se decía esto?... ah si, ayudarte

"Ayudarte"

Esa palabra hizo eco en mi cabeza como el sonido de un martillo golpeando un clavo repetidas veces. Una sola palabra era demasiado grande para mí mismo, ya que nunca la había escuchado de una persona respecto a mi.

-¿Ayudarme?- pregunté un poco confuso

-Si quieres aprender a convivir solo con tan solo 16 años deberías tener un poco de ayuda en el proceso

Agaché la cabeza un momento para tratar de no llorar enfrente de él, conteniendo las lágrimas y a partir de ese momento dejar el pasado atrás y comenzar a centrarte en mi.

-¿Todo bien..?- se comenzó a preocupar

Me tomo un poco, pero al final, pude alzar la cabeza y mirarlo fijamente sin miedo.

-Alaric, si de verdad estás dispuesto a ayudarme a partir de hoy, te agradeceré con un poco de mi sangre todos los días

Su rostro mostró sorpresa y un poco de entusiasmo ante mi propuesta.

-Me parece un trato justo- ladeó una sonrisa picara

New blood...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora