Capítulo 5 - Quisiera ser su amiga.

35 6 0
                                    

―Empieza.―Ordenó, colocándose a un lado de la albina mientras ajustaba un metrónomo. ―Ahora. ―Dijo dándole inicio al pequeño aparato que hacia "tic, tac".

La chica acató la orden del azabache, comenzando a tocar las teclas del piano en el momento exacto, siguiendo al pequeño aparato con mucha atención.

Su comienzo fue impecable, seguía a la perfección el ritmo de la entonación, tocando con una gran técnica y fuides.

Era una pieza algo compleja, pero no imposible. La había estado practicando casi seguido después de la escuela.

Desde que ingresó a la secundaria Orudera a tenido asesorías con el señor Ryuji. Mayormente eran de piano, pero las clases de violín tampoco se quedaban atrás.

Durante más de un año a sido la misma rutina.

Ir a la escuela y luego volver a casa para practicar como una loca.

Solamente existían dos reglas para tomar clases con el señor Ryuji;
1. Debe ser perfecto.
2. Equivocate y tendrás graves consecuencias.

Sencillo, ¿verdad?

El ritmo de aquella pieza musical tenía cambios drásticos en su melodía, era lenta, rápida, lenta de nuevo y rápida otra vez, así como también algo intensa en algunas ocasiones.

Los pequeños dedos de la chica apenas lograban alcanzar algunas teclas con dificultad. Era una pieza muy complicada a pesar de llevar varias semanas ensayando.

Escuchaba los latidos de su corazón retumbando dentro de ella. Sentía que en cualquier momento se le saldría del pecho.

Podía jurar que dejaba de respirar por pequeños periodos de tiempo.

Sus manos empezaban a contraer los músculos de sus dedos, provocando breves espasmos en ellos, los cuales eran intensos y muy dolorosos.

No podía, ya no podía terminar la pieza, le costaba mucho, sus dedos estaban demasiado tensos y no podía desplazarlos a su antojo.

La fuides de un comienzo se había desvanecido, estaba demasiado atrasada con el metrónomo y ya no sabía que nota era la siguiente.

Sin pensarlo dos veces detuvo sus dedos, provocando un frio silencio acompañado de un "tic, tac", el cual casi al instante dejó de escucharse.

El pequeño cuerpo de la chica comenzó a temblar al escuchar como su tutor suspiró.

―La partitura, ¿la memorizaste? ―Preguntó con una voz grave. Podía sentir como la mirada carmesí de su maestro se clavaba en ella.

―Si...―Contestó en voz baja.

―¿Y de que te sirve eso? ―Casi al instante tomó a la chica por el cabello, jalando de el bruscamente ―Contéstame, ¿Por qué carajos lo dejas todo a la mitad? ―La chica mantenía los ojos cerrados, no quería verlo, no quería escucharlo, no quería hablar.

__________ sabía perfectamente lo que pasaría, nada la salvaría, era su castigo, un castigo que debía cumplir para "mejorar"

Solo dejaría que lo peor pasara, al fin y al cabo todo el mundo suele cometer errores.

Incluso los más "perfectos".

[...]

La escuela era sencilla cuando no te molestaban.

Todo era más pacifico.

Le encantaba la soledad, el silencio y la tranquilidad que emanaba era tan reconfortante.

Siempre vivía en su propio mundo, algunas veces escuchando música con sus audífonos o escondiéndose en el viejo salón de música.

Aunque no todo el tiempo era así.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Feel Again (Bakugo Katsuki X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora