Capítulo 1. La familia García/Lopez

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La historia transcurre en una pequeña ciudad estadounidense. SeaCity era una ciudad con pocas cosas pero las necesarias para toda familia, ya que hablamos de familias hablaremos de la familia de esta historia, los García/Lopez, una peculiar y gran familia que son víctimas de las travesuras de la segunda hija de la tercera hija de la misma.

Los Lopez/García son una unión de dos familias, todo empezó cuando Franco López falleció dejando a su mujer con sus dos hijas, Camila y Jess. La mujer con el tiempo decidió continuar su vida y se casó con Ernesto García quien venía con dos hermosos paquetes, Teresa y Nicolas.

Camila y Teresa tenían las dos la misma edad por lo que automáticamente se empezaron a llevar muy bien, en cambio Nicolas y Jess se llevaban 2 años de diferencia por lo que fué mas difícil que se llevaran bien. Ahora bien, hablemos un poco sobre la personalidad y características de los integrantes de la familia.

Sofía es la madre, actualmente tiene 40 años, le heredó a sus dos hijas biológicas su cabello negro y ajos azules pero ojala le hubiera heredado su actitud tranquila y calmada. Sofía era una mujer a la que nunca se le veía perdiendo los estribos, se puede decir que tiene un dominio impecable de sus emociones.

Ernesto es un hombre con una actitud muy similar a la de Sofía, básicamente son como personas iguales pero de diferente sexo. Ernesto tiene 43 años, cabello y ojos marrones los cuales claramente heredó a sus hijos.

Un poco más abajo tenemos a Camila y Teresa de 22 años cada una, ambas tienen una personalidad amigable, cariñosa pero estricta, muy estricta. Camila es profesora de geografía y Teresa trabaja en una pequeña empresa haciendo papeleos.

En el siguiente lugar está Jess, una joven de 12 años de edad, ella era la típica preadolescente rebelde, normalmente no solo traía malas notas, sino que era muy común que viviera metida en problemas y peleas. Cuando las mismas ocurrían en la escuela terminaba suspendida algunos días pero cuando eran en la calle siempre terminaba en la jefatura esperando que sus padres la fueran a buscar. Las travesuras en la vía pública eran algo divertido para Jess ya que las opciones de qué hacer eran muchas, molestar a los vecinos, ensuciar sus casas, grafitear, hacer disturbios y mucho más. No está demás decir que Sofía y Ernesto tuvieron que pagar alguna que otra denuncia.

En el último escalón tenemos al pequeño Nicolás de 10 años, él era un niño tranquilo, educado y dócil. Era amante de los videojuegos y si en algún momento se metía en problemas era por pasar horas en estos. Pero claramente nada comparado a lo que hacía su hermana.

Ahora se preguntarán, ¿cómo es que una niña seguía haciendo estas travesuras a pesar de los castigos? la respuesta es fácil, no recibía ningún castigo, sus padres eran los típicos padres blancos que no castigaban a sus hijos por miedo a "generarles un trauma", a veces cuando la situación era muy elevada decidían tomar la decisión de prohibirle salir a Jess por unos días pero era algo que a ella no le importaba ya que salía a escondidas. Esta actitud de sus padres era algo que ya hace un buen tiempo molestaba a Camila y Teresa. Esta información llegó a Jess un día que llegó a clases temprano y escuchó una conversación de sus hermanas con sus padres.

-- Mamá, ya te lo dije, esa niña se esta pasando de la raya, les falta el respeto a ustedes, le pega a Nicolas, ya tiene 3 denuncias de los vecinos y trae muy malas notas a casa, tienen que ponerle un límite -- dijo Camila muy enojada pegando con la palma de su mano en la mesa.

-- Sí, si yo fuera su madre ya hace mucho que le hubiese dado sus buenas nalgadas mamá -- dijo Teresa haciendo que sus rizos morenos se movieran para los lados.

--Chicas tranquilas, ella solo esta pasando por una etapa de rebeldía, eso es todo, ya cuando crezca un poco más madurará - mencionó mi madre con mucha calma. Ella siempre era la típica mujer que nunca levantaba la voz y no veías un gesto de enojo en su rostro.

-- Además las nalgadas no son la solución, mira si se le genera un trauma o algo -- dijo Ernesto mientras leía el periódico.

-- ¿Trauma? Traumas tienen los vecinos, en Halloween asustó tanto al señor Stuart que lo mandó al hospital, el hombre está haciendo terapia psicológica -- dijo Teresa con sus manos en la cintura.

-- Solo fue una broma, pasa que el señor Stuart es... algo sensible -- dijo mi madre intentando defender la travesura de la menor.

-- ¿Ves? por defender maldades como esas es que esa niña no tiene control -- dijo Camila ya con los pelos de punta por el enojo, ya no tanto con Jess sino que con sus padres por no sacarse la venda de los ojos.

Esta conversación se repetía al menos una o dos veces a la semana, más si las travesuras eran peores o en mayor cantidad pero era algo que a Jess no le importaba ya que sabía que sus padres eran demasiados relajados para regañarle en serio mucho menos para ponerle una mano encima. A su vez Jess pensaba que sus hermanas no tenían el poder para poder hacerle algo, y bueno, en eso estaba muy equivocada. 

Jess LopezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora