Capitulo 1

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                                                     Capítulo 1

— Ten mucho cuidado, cualquier cosa avisas — dice mi madre dándome un beso en la frente. Sus ojos marrones me miran transmitiendo amor, si fuese por ella me tendría todo el verano a su lado.

— Si mamá cualquier cosa que pase te lo haré saber — le respondo cogiendo la mochila del suelo y colocándola encima de la maleta.

Tiene el pelo recogido en una coleta alta y su pelo rubio brilla al sol. Al contrario de mí que tengo los ojos marrones de mi madre y el pelo oscuro de mi padre.

— Cariño tienes todo lo necesario ¿cierto? — pregunta mi padre mirando mis cosas.

—Si papá, lo tengo todo e incluso hice una lista de cosas para Amor, Hope y Fe. Les voy a echar mucho de menos — les digo haciendo un puchero.

— Vida, llevas toda la semana repitiendo lo que tenemos que hacerle a tu yegua y a los perros, estarán bien, los cuidaremos — comenta mi padre sonriendo, quién me recuerda todas las veces que le he repetido las cosas que hay que hacerles a los animales — disfruta del campamento ¿sí? — me dice levantando las cejas y mirándome con cara obvia.

— Si papá eso haré — le digo sonriendo — pero prométeme que me pasarás alguna foto y le darás mimos de mi parte — le pido poniendo morritos y las manos a modo de súplica.

Sus ojos verdes me miran y se ríe por lo que le digo. Es el primer año que me voy de vacaciones ya que las pocas veces que lo he hecho ha sido con mi yegua Amor con quién he hecho paseos largos y acampado en algún que otro sitio e irme sin ella se me hace raro; y mis dos perras son dos Boyeros de Berna que me encontré en uno de esos paseos las dos estaban en una caja, tenían solo dos meses y en cuanto las vi no dude en cogerlas y llevarlas a la granja y desde entonces me acompañan a todos lados, son mis dos compañeras de aventuras, Hope y Fe, mis hermanas me ayudaron a escoger los nombres.

Mis padres son arquitectos y tienen una empresa de arquitectura empezaron en el parking de casa, recuerdo cuando mi padre me contaba cómo se creó y cuando comenzó a tener forma, para mi es una inspiración para poder cumplir mis sueños.

También tenemos una granja a las afueras del pueblo donde tenemos caballos, tanto mis hermanas como yo tenemos el nuestro, también hay conejos y gallinas y tenemos cuatro perros más que son los encargados de vigilar. En la granja cosechamos verdura y fruta y con las recogidas lo vendemos en mercadillos y lo que recolectamos lo enviamos a protectoras de animales. Es algo que mis padres hacían de jóvenes y que nos han enseñado a medida que íbamos creciendo.

Me despido de cada uno con un beso en la mejilla y cogiendo las cosas me acerco al autocar y las pongo junto con las de mi amiga que seguro está esperándome dentro cojo mi móvil y los auriculares y me subo buscándola, me saluda al final del autocar.

Me acerco a ella viendo al resto de compañeros, me siento a su lado y me mira sonriendo.

— Por fin ha llegado el día — dice mirándome — tenía ganas, va a ser increíble este verano.

— Esperemos que si — le comento mirando por la ventana — vienen los del otro esplai al campamento, lo que significa problemas.

Ella me mira y yo giro mi cabeza para poder mirarla también, sus ojos azules me escanean con la mirada, son pequeños y transmiten vida cuando los miras, su pelo rubio como el sol está recogido en una coleta estirada, lleva un chándal corto y una camiseta de tirantes.

— Algo he escuchado, pero no le demos importancia — dice sacándose los zapatos — vamos a disfrutar del verano.

— Tienes razón – le digo haciendo una mueca con los labios — ¿Dónde está Gia? — le pregunto.

Bésame bajo las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora