Yo estaba despertando del sueño por una mano corriendo por mi muslo. Sonriendo, estiré mis apretadas piernas y puse mi mano sobre los dedos deambulantes. La mano era cálida y suave, y agarro la mía, asegurándola fuertemente. Un frió anillo de metal duro se clavó en mi piel mientras ella me sostenía en su fuerte agarre y yo sonreí aun más ampliamente, tocando la banda a juego en el dedo anular de mi mano.
Me había casado la noche anterior... En sentido espiritual, por lo menos. Un alma llena de promesa de devoción eterna era suficiente para nosotras en estos momentos. Y realmente, una ceremonia formal y un pedazo de papel no era lo que hacía un matrimonio. Era la sensación estallando de mi pecho, la sensación abrumadora de que me habían partido en dos al nacer y, milagrosamente, me las había arreglado para encontrar a mi otra mitad. Y aún más milagrosamente, ella sentía lo mismo.
Labios suaves tocaron mi hombro, y me acurruque aún más en el cuerpo buscando mi consuelo. Las sábanas envueltas alrededor de nosotras eran las mejores sábanas que en las que jamás había dormido, pero su suntuosidad palidecía en comparación con la mujer a mi lado. Con sus piernas calientes enredadas alrededor de la mías, su pecho alineado contra mi espalda y sus brazos rodeándome sobre y debajo de mí acunando mi cuerpo al suyo, ella era mucho más cómoda que la cama cara.
Tirando de los dedos entrelazados con los míos hasta mis labios, besé el anillo de promesa en su mano izquierda. Una risita escapó de ella, entonces esos labios sensuales de ella trabajaron su camino hasta mi cuello. Cálida y contenta, mi piel al instante se puso con la piel de gallina mientras pequeños rayos de electricidad corrían a través de mí.
Cuando llegó a mi oído, susurró:-Buenos días, Sra. Jauregui.
El corazón me latía instantáneamente con fuerza en mi pecho. Gire en su abrazo hasta que pude verla. Ojos que me llevaban al cielo me miraban, y una pequeña sonrisa curvaba su boca mientras buscaba mis facciones. Su rostro era perfecto, el ángulo de su mandíbula, la pendiente de la nariz, la plenitud de sus labios. Para el momento, no podía recordar nada tan hermoso como la persona que me había dado su nombre.
-Buenos días, esposa.
Una pequeña risita de incredulidad se me escapó, y la sonrisa de Lauren se
ensanchó. La satisfacción en sus ojos era casi palpable. Calentaba mi corazón que la hiciera sentir de esa manera. Ya había tenido suficiente dolor en su vida; se merecía paz. Todo era un poco surrealista para mí, la profundidad de su amor, el hecho de que yo la inspirara. A veces, no me sentía digna de ella, pero estaba muy agradecida por ella, todos los días.-No puedo creer que hayamos hecho eso, Lauren.
Ella arqueó una ceja, su sonrisa pícara al instante.
-¿Qué? ¿Tener un alucinante sexo? Eso en realidad no debería sorprenderte. -Su expresión se suavizó en adoración-. Cada vez contigo es increíble.
Mordiendo mi labio, forcé el rubor que me estaba haciendo sentir a un lado.
-No estaba hablando de eso. -Llegando con mi mano libre, acaricie su mandíbula con mi dedo-. Me refería a casarnos.
Lauren se apoyó sobre un codo y me miró. Su mirada se deslizó hasta nuestras manos entrelazadas, al anillo que rodeaba su dedo. La mirada de satisfacción en su rostro cambió a la felicidad absoluta. Nunca la había visto tan feliz.
-Hasta que la muerte nos separe -susurró.
Pasando mis dedos por su pecho, las colinas y los valles de su cuerpo
absurdamente definido empezando a encender el mío, murmuré;-Mis padres no te aceptan como mi esposa hasta que me hagas caminar por el pasillo, ya sabes.
Recordando que las había dejado un vago mensaje en el contestador automático en la casa de Lauren, ya que todavía estaban en la ciudad por mi graduación de ayer, fruncí el ceño. Iban a estar tan molestos cuando se despertaran y se enteraran de que me había fugado y casado sin incluirlos. Honestamente, yo estaba un poco
sorprendida de que mi teléfono no hubiera sonado todavía. . . O que la puerta de la habitación no hubiera sido tiraba abajo.
Lauren se rió y reposiciono nuestros cuerpos por lo que ella estaba acostada encima de mí. Dándole una sonrisa suave, corrí mis dedos por su espalda. Se estremeció.
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IMPRUDENTE
Fanfiction¿Puede el amor sobrevivir cuando la vida se vuelve temeraria? Cuando la banda lo haga a lo grande, Camila y Lauren deben preguntarse a sí mismas: ¿Puede su amor por el otro sobrevivir a las presiones constantes del estrellato? Las amistades que han...