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tiago es mejor amigo de mauro desde niños, desde jardín de infantes gracias a lazos entre las familias de cada uno, hasta la actualidad que son adultos responsables con labores respectivos; ambos sabían demasiado del otro, su conexión era tan fuerte como la de unos hermanos, teniendo así gran confianza y seguridad ciega recíprocamente.
el gran problema es que el azabache comenzó a sentir que esa conexión iba más allá de una amistad con el pelicenizo, o al menos, él se sentía así y deseaba que así lo fuera.
desde séptimo grado de primaria (según su consciente) que él se sentía así, aunque al inicio trató de evitar esos pensamientos y convencerse que eran culpables sus hormonas, además de que estaba atravesando una etapa de descubrimiento y de nuevos intereses que, posiblemente sean pasajeros, así como un capricho, pero, no fue todo como se esperaba, porque ahora que es un mayor seguía con ese sentimiento que lo abrumaba desde jóven
nunca quiso hablar de lo que sentía, menos con mauro o algún amigo cercano, le aterraba el futuro y lo que podría depararle si se atrevía a hablar, peor sabiendo que era un tema que iba de la mano con la homosexualidad, asunto para nada bien visto en esta discriminadora y entrometida sociedad
a parte que aún tenía muchísimas dudas y preguntas rondando en su cabeza que, lo carcomían y aportaban más y más estrés en el más alto, sin saber cómo lidiar con todo estodesde que eran niños él se tenía que aguantar varias actitudes por parte del ojiverde que lo ponían celoso, incómodo o inseguro; mauro se caracterizó siempre por ser chamuyero, descansero, coqueto, gato, entre más de esos términos con los que lo apodaban sus compañeros y amigos a este, hasta en el presente
siempre andaba presumiendo o levantándose a alguien nuevo día a día por pura diversión, lo que más dolía no era tan solo que las usaba si no, era que se trataban de puras y exclusivamente de chicas.
no era tóxico ni posesivo, simplemente le dolía ver a su amado coqueteando con personas alternativas del género opuesto, sin poder reclamar ni hacer absolutamente nada al respecto porque no correspondía y no eran más que simples amigos.
deseaba estar en el lugar de ellas, deseaba ser como ellas.
por suerte, superó esas inseguridades, no se rindió ante su amor pero tampoco se mataba pensando en que debería ser una mujer para ser amado por él, no quería volverse loco y menospreciarse por alguien, pero él lo hacía hacer y pensar tantas cosas en contra de su voluntad...mauro era tan jodidamente encantador para tiago, era su putísima debilidad
usualmente peleaban por cosas así, por culpa del comportamiento de mauro que desagradaba a tiago y, el más bajo lo sabía a la perfección
pero el trigueño conocía al ojiverde, sabía como era, aunque habían desacuerdos le encantaba, tenía fe ciega en que él no iba a hacerle daño a propósito, por más que cometiese el error miles y miles de veces.
se sentía estúpido en repetidos casos, pero, mierda..
la mirada penetrante de mauro cuando se disculpaba, esa boquita muy linda moviéndose al expulsar palabras de perdón y explicaciones que cada vez se volvían más vacías, incoherentes, desganadas, como si se sintiera obligado...
esos abrazos que siempre lo aseguraban, le calmaban el estrés, lo hacían sentirse de nuevo seguro y querido aunque fuera sólo por ese momento
los mensajes a altas horas de la madrugada
su perfume de uva que siempre lo caracterizaba e inundaba el lugar en donde sea que esté, haciendo notar su presencia
mejor aún cuando se combinaban sus abrazos con ese dulce aroma, se sentía como tocando la luna.
su manera de modelar en las pasarelas, en su trabajo..
su cuerpo acelerándose y alterándose al compás de sus pulsaciones cuando se relacionaba con él de alguna manera
esta relación sentía que le restaba, como si estuviese perdiendo tiempo, pero mauro siempre encontraba ese algo para que tiago sienta que le sumaba nuevamente.
mauro era la excepción, la gran excepción porque, tiago jamás se dejó pisotear así por nadie, pero mauro lo traía de rodillas aunque no quisiera reconocerlo, siempre caía en la tentación, en la misma trampa y ciclo que parecía no tener un final.