XI.

134 14 0
                                    

- Gracias por ayudarme a empacar. Desearía poder quedarme más tiempo contigo.

- Ojalá, - sonrío - muchas gracias por la cena y los regalos.

- No es nada, mereces lo mejor.

- Realmente aprecio todo lo que haces por mí.

El futbolista se acerca y me envuelve en sus brazos.

- Compartiré mi agenda contigo para que veas si hay alguna posibilidad de que coincidamos casualmente.

No puedo evitar reír ante su comentario.

- Por supuesto, distinguido caballero. Continuaré esforzándome para coincidir casualmente con usted.

- Toda la vida.

Sus ojos me examinan con atención, y el resplandor en ellos derrite mi corazón.

- Te quiero, Jude.

- Te quiero, Ari.

Nuestros labios, aunque se conocen bien, siguen deleitándose al unirse como si fuera la primera vez.

- No sé qué sería de mí en este momento si Damián no le hubiera sugerido a Abby que tú y yo nos conociéramos para establecer un acuerdo de noviazgo.

- Quizás serías un hombre más feliz, quizás con una hermosa modelo.

- Tú eres esa hermosa modelo, amor.

Él me roba un beso.

- Permíteme acompañarte al aeropuerto.

- Insisto, es mejor que te quedes aquí; de lo contrario, empezarán a hacer preguntas sobre mi estado de salud.

- De todos modos, me harán preguntas, ya sea aquí, en México o dondequiera que me vean. Además, pensándolo bien, fue un error dejarte cargar la maleta.

Jude me rodea nuevamente con sus brazos y acaricia mi cabello suavemente.

- Mi tontita, supongo que ya comprendes que, a estas alturas, todo mi equipo sabe la razón de mi lesión.

Suelto una risita.

- Cabeza hueca, creas estrategias sin consultar mi opinión.

- A eso se le llama sorpresa, cariño.

- Como digas.

- Tengo que irme. - Observa la pantalla de su celular.

Aún soy su fondo de pantalla.

- Te quiero, por favor cuídate.

Me aferro a sus brazos por última vez, detesto la idea de tener que separarnos otra vez, la detesto porque no sé cuándo volveré a verlo.

- Así lo haré, tú también cuídate y trata de descansar más, ¿vale? Prometo encontrar más tiempo para llamarte.

- Enfócate en tus partidos, confío en que lo harás excelente, te estaré viendo por la televisión.

- Te quiero.

- Y yo te quiero aún más, belligol.

[...]

- No puedo creer que hayas tenido a Jude un día entero y no le hayas preguntado sobre esa llamada en la que estaba ebrio.

- Lo sé, Damián, pero opté por mantener conversaciones positivas y felices.

- Entiendo... ¿Crees que Jude haya visto la entrevista de Isaías?

- Estaba en español, así que probablemente no.

2. DESCENSO | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora