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Frío.

Su cuerpo estaba frío y su mirada completamente perdida en toda la belleza que podría rodearlo, además de ese lado perturbador y aire macabro.

Jardines bien cuidados y el espeso bosque rodeando la casa junto a una cerca de metal tan alto, la increíble casa con pinta antiguo mantenía un gran gusto.

Han lo amó.

Sus pies subieron las escaleras de la gran entrada pasando por un lado de la fuente en forma de sirena, sus ojos lloraban formando una extraña aura y asombrando al joven. El barandal hasta la entrada lucía como nuevo pero manteniendo esos puntos donde los dedos estaban marcados y el buzón algo oxidado.

Sus manos se pasaron en el extravagante timbre y el sonido de las campanas lo envolvió, se sentía como en un cuento de hadas.

Un chico abrió la puerta asomando nada más su cabeza.

-No esperamos visitas, no somos religiosos y no, no queremos donar.

La puerta se cerró de un portazo, Jisung sonrió, pensaban igual que el en ese aspecto.

Detrás de la puerta se escucharon pasos acelerados, unos regaños y nuevamente la puerta se abrió pero está vez era una mujer con una sonrisa de par en par.

-Lamento mucho eso, Jeongin no sabía que tendríamos a alguien nuevo en nuestro personal.

Han sonrió suave.

-Sientete como en casa, disculpa mis decoraciones antiguas, soy de la vieja escuela además mi padre amaba la decoración del siglo 21.

-No se preocupe, la decoración fue lo primero que me fascinó.

Ambos se miraron felices, pero había algo que Jisung todavía no lograba entender; un sentimiento extraño al poner un pie dentro de ese lugar.

Ignorarlo, mejor.

-Bien, como el portazo te lo dió Jeongin,- La mujer agarro una campana y solo una vez, una vez y ese chico apareció como si nada. -El te dará el tour, yo tengo que terminar de hacer unas cosas.

Miradas severas pero claras.

-Un placer, soy Han Jisung.

El pelinegro se adelantó tendiendo su mano al joven quien lo miró fijo antes de poner su mano sobre el otro, sus manos no eran suaves, eran bruscas y no eran tan delicadas como las de Jisung, el noto eso.

-Jeongin, te mostraré el lugar.

El rubio camino y el fue detrás de el mientras hablaba sobre la casa, sin embargo un líquido rojo en el pantalón blanco del joven lo alertó.

-¿Estás bien?

Lucio preocupado, pero este nada más levanto sus hombros sin importar.

-Aunque no creas, está mansión y nosostros seremos tu responsabilidad, Madame te llamo para eso, yo sufro de algo, y los demás también.

Eso sonó tan duro.

-Losiento.

-¿Porque? Nada más debes evitarnos y darnos el cuidado, eso sí, no te encariñes demasiado.

Esto le alertó a Jisung, sonaba como una advertencia silenciosa.

-Mira, solo tienes que vigilar nos, nada difícil, ver nuestro estado de salud etc.

-Ire de a poco.

-Ese es el plan,- Jeongin sonrió.-En la casa tienes de todo, menos la piscina, está en remodelación.

Jisung sostuvo una larga conversación con el joven rubio hasta que este lo dejo en su habitación.

-Una cosa,-Jeongin se detuvo en su puerta antes de cerrarla- ¿Ves esto?-Apunto a una parte de la madera donde había como una pequeña ventana en un recuadro de oro. -No te asomes mucho a las nueve que se cierran todas las puertas.

-¿Estas siendo dramático no ?

Un chico con cabello negro medianamente corto apareció detrás de el extendiéndose hacia Jisung.

-Seungmin, un placer.

-Supuse que vivía más gente- La cara de Jisung sostuvo una expresión rara, ahora viéndolos mejor eran muy blancos y sus rostros se veían muy cansados.-Todos lucen jóvenes.

-Somos jóvenes.-Dijeron al unisono despidiéndose de el.

Que extraño.

[°°°]

Justamente a las nueve Jisung escucho como a su puerta se le ponía doble seguro y ese marco se oscurecia. Lastimosamente los sonidos raros en todo el pasillo no pudieron darle un buen sueño y mucho menos podía cerrar los ojos ya que tenía ese presentimiento de que alguien lo miraba por esa rendija.

¿Malditasea esto no se puede cubrir? Pensó poniéndose se pie, sin embargo automáticamente dió un brinco, la madera estaba demasiado helada.

Camino en puntas hasta la puerta, tomando un libro de la mesa para cubrir la rendija con el, cuando lo coloco volvió a su cama como si nada, como si ese libro tapara todo.

Pero no, el libro cayó haciéndole brincar y dejar un gritito de miedo.

Tiro las sabanas molesto y cuando fue a poner el libro nuevamente, unos ojos negros le miraban por la rendija.

-Mierda!-chillo Jisung retrocediendo.

-Podrias bajar la puta voz.- ese tono , no era el mismo, no eran ni Jeongin ni Seungmin.

-¿Eres otro?

Jisung se acercó a rendija lentamente, algo que no debía hacer, sintió el dolor en su mejilla y un líquido bajando por ella.

-¿Con que mierda me cortaste?- tocó su mejilla, la sangre no paraba de salir.

La risita del otro lado de la puerta lo enojo más.

-Mañana te voy a reportar con tu madre. - Pudo ver cómo el otro se reía aún más en esa tenue oscuridad.

-Ella ni siquiera es mi madre.

En lo poco que pudo detallar Jisung fue sus manos pasando por su cabello.

-Buenas noches carne nueva.

Los pelos de Jisung se erizaron.

-Espera, por lo menos dime cómo te llamas- Al final iba a servirles a ellos para intentar ayudarles aunque esto se fuera por las nubes.

-Minho.

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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