Piloto 2

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Género: Drama, sobrenatural, suspense (?) toques de horror 


                                                                               -*-*-*-


—Buenas noticias, al parecer tu herida se cerró por completo —dijo Abel mientras sostenía gentilmente su brazo derecho y pasaba las yemas de sus dedos sobre la cicatriz larga y rosada. 

Caleb le sonrió agradecido y una vez recuperó su brazo, imitó a Abel y pasó la yema de su pulgar izquierdo por la cicatriz. Era extraño, la textura de la herida cerrada le recordaba a la de un texto escrito en lápiz.

—Gracias —finalmente alzó la mirada. 

—Sí, sí, no fue nada —respondió Abel, agitando su mano y dándole la espalda para tirar a la basura las vendas manchadas de sangre. Caleb no podía quitar sus pupilas del color rojizo que las cubría. Le sorprendía lo tranquilo que Abel se movía, la expresión casi aburrida en su rostro ovalado, sus movimientos casi elegantes. 

Observó en silencio como Abel se miraba los dedos manchados de sangre y murmuraba un "que puto asco" (su frase favorita) y se acercaba a Caleb, extendiendo la mano.

—Súbeme la manga de la chaqueta, anda.

Obedeció sin decir una palabra, doblándolo perfectamente hasta el codo. Luego extendió su otra mano y Caleb repitió la acción. Después de eso, Abel le dio la espalda de nuevo y se dirigió al fregadero para lavarse las manos. 

Se le quedó admirando. Sus hombros rectos y algo escuálidos. Su cabello corto y negro. Su chaqueta de franela favorita que Abel solía "tomar prestada". 

Quiso pensar que Abel se estaba impregnando de su olor cada vez que la llevaba.

"Demonios, ¿qué me pasa? ¿Por qué soy así?" 

Bajó la mirada y se fijó en como los pantalones negros le apretaban el-

Apartó la mirada, asqueado de sí mismo, y sus ojos verdes se posaron nuevamente en la cicatriz de su brazo. Era imposible no fijarse en ella. Era bastante larga, empezaba desde su codo y terminaba cerca de su muñeca. 

Recordó como la obtuvo.

"Siempre, siempre, siempre, ¡¡¡SIEMPRE CREES QUE PUEDES HACER LO QUE SE TE DE LA GANA!!!"

Y miró a Abel. 

Seguía dándole la espalda, aún lavándose las manos. Se acababa de poner jabón y ahora podía oír como frotaba las palmas de sus manos con fuerza. Como entrecruzaba sus dedos, y el sonido que hacía el jabón cuando era frotado contra la piel.

—Lo que me pasó no estuvo bien —dijo sin pensar. 

Quizás lo hizo para ver su reacción. O para convencerse a sí mismo. Pero el punto es que Abel lo oyó y frenó sus movimientos. Permaneció congelado por un par de segundos en los que sólo se oían a lo lejos el motor de los coches al pasar, el agua caer del grifo y el ritmico tic-toc del reloj de la cocina, el cuál estaba pegado a la pared blanca. 

Vio como sus hombros se tensaban y como dejaba de respirar en esos breves segundos. Luego retomó la acción y terminó de enjuagarse las manos.

—No, no estuvo bien, no... —murmuró. 

Pudo ver como agachaba su cabeza y sus hombros se hundían. Hundiéndose en la memoria, hundiéndose en el dolor, hundiéndose en la-

—Hey, hey, tranquilo -dijo Caleb en un tono suave mientras se levantaba y acercaba al pelinegro-. No me molesta, y además, ya no duele. No te preocupes.

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⏰ Last updated: Sep 10 ⏰

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