damn, this ain't fair

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Chaeyoung corrió a decirle a Tzuyu que se iba. Su mejor amiga ya estaba acostumbrada a que Chaeyoung vaya a pasar la noche con alguna nueva conquista, por lo que le dio las habituales advertencias y la dejó ir. El alcohol estaba haciendo efecto en la coreana, los besos que compartió con su nueva conocida se habían encargado de activar cada uno de sus nervios, y la bebida multiplicaba cada sensación. Chaeyoung se sentía emocionada de haber descubierto a una chica así de guapa, y un poco orgullosa de que una mujer un poco mayor se fije en ella. Aunque lo negara, tener a tantas chicas esperando por una oportunidad con ella elevaba su ego.

La mayor la tomó por la cintura y la guió hacia la salida, donde un taxi las esperaba. Al subir al asiento trasero se encargó de accidentalmente dejar caer su celular al suelo, para inclinarse y darle a su acompañante una vista previa de lo que tenía bajo su vestido. No hablaron mucho en el camino, pero la chica no perdió oportunidad para, con disimulo, meter su mano entre las piernas de Chaeyoung y acariciar con posesividad la cara interna del muslo. Chaeyoung miraba por la ventana en un intento de retenerse. No estaba acostumbrada a que alguien se muestre dominante sobre ella, pero la estaba volviendo loca. Estaba emocionada por haberla conocido, y no podía esperar a contarle todo a Dahyun. Se iba a desmayar cuando se entere que había logrado conquistar a una mujer mayor.

Llegaron a la residencia para estudiantes de intercambio. Chaeyoung ya había estado ahí antes, hacía amigos con facilidad y la invitaban a todas las fiestas clandestinas en los dormitorios. Agradecía que se dirigían hacia uno individual, no estaba dispuesta a repetir la experiencia de su primer año, cuando la compañera de cuarto de la chica con la que salía las encontró en una situación comprometedora.

La mayor se colocó detrás de ella en cuanto entraron al ascensor. Sus manos se pegaron como imanes a su cintura, Chaeyoung empezaba a descubrir los gustos de su conquista. Volteó a mirarla por sobre su hombro, y con una sonrisa coqueta pasó todo su cabello hacia un lado para dejar su cuello al descubierto. La chica entendió la indirecta al instante, y se inclinó para besarle esa área.

El ascensor se abrió y la desconocida empujó ligeramente a Chaeyoung para que avancen, sin soltarla ni separar los labios de su cuello. El pasadizo de la residencia se encontraba vacío a esas horas, lo único que se escuchaba era el ruido amortiguado de una fiesta un par de pisos más arriba, y la mayor aprovechó la privacidad para pegar a Chaeyoung contra una pared y presionar su cuerpo al de ella. Chaeyoung jadeó agudo ante los rudos movimientos, sorprendida de lo mucho que le gustaba.

—Dios, eres preciosa— la chica susurró en su oído y luego chupó el lóbulo, con lo que se ganó otro jadeo suave—. No puedo creer que no te haya visto antes.

Chaeyoung se giró con rapidez y atrapó los labios contrarios. La besó desesperada, con desorden y pasión, mientras sentía unas manos que bajaban por su trasero y se colaban bajo su vestido.

—¿Me llevas a tu habitación?— habló con voz agitada y ojos oscuros.

La chica asintió y con rapidez sacó sus llaves y se dirigió a una de las puertas al otro lado del pasadizo. Chaeyoung se mordió el labio inferior y la siguió, deseosa por lo que sabía que iba a pasar. Cuando entró, le sorprendió el orden del lugar. Todo se encontraba perfectamente organizado, había un amplio escritorio libre de objetos, un pequeño sofá al lado de la ventana, y la cama pulcramente tendida con cojines decorativos, y no podía esperar a desordenarla. La misteriosa extraña le llamaba muchísimo la atención, y solo quería descubrir qué tenía para ofrecerle.

Chaeyoung se sentó sobre el colchón y observó a la otra chica retirarse los tacones. Se quitó el abrigo y recorrió con los ojos el cuerpo de su acompañante. El vestido de la desconocida abrazaba a la perfección cada una de sus curvas y resaltaba los pechos redondos. Sus labios eran abultados y suaves, y tenía una expresión de tranquilidad increíble, que la escondía tras una capa de aparente inocencia y desaparecía cada que sus ojos se posaban en Chaeyoung y el deseo invadía su rostro. Notó que la menor se había subido a su cama al instante, sin pedir permiso, y pensó que era una chiquilla con la que podía jugar un poco. Le resultaba un enigma encantador, tan coqueta y sensual cuando se lo proponía, pero una princesa caprichosa y sumisa apenas le daban un poco de lo que quería. Quizá lo único que le molestaba un poco es que tenía expresiones muy similares a las de su reciente ex novia, pero asumió que era su subconsciente jugándole una mala pasada que decidió ignorar. Chaeyoung era un caramelo de pura tentación, y esa noche era solo para ella.

Break up with your girlfriend- MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora