𓏲ᥫ᭡ 𝘚𝘪𝘱𝘯𝘰𝘴𝘪𝘴

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Cuando todo parecía, ser pura oscuridad.

Tu sonrisa mostró una luz, difícil de ignorar.

Una belleza que en mi provocaría.

que nuevamente en mi vida me vuelva a enamorar.

YoonGi estaba buscando con la mirada el famoso estudio de baile donde su madre daba clases y era directora, cuando llegó hasta una gran casa pintada de colores pastel con un gran cartel que decía en colores negros "Pour l' amour de la danse" supo que había llegado.

Aparcó su carro frente al estudio y se bajó casi corriendo, se supone que debía haber llegado hace más de 20 minutos pero su departamento quedaba lejos de ahí y se había levantado tarde por haber estado de fiesta hasta tarde con Hoseok.

"Maldito irresponsable" Se reprochó a sí mismo mientras se terminaba de beber su café y botaba el envase en una de las papeleras que se encontraban cerca de la entrada.

Caminó por la recepción y saludó con una pequeña sonrisa amable a la mujer mayor que trabajaba como secretaria ahí y se adentró al salón principal donde su madre dictaba las clases a los alumnos mayores, respiró aliviado al ver que solo su madre se encontraba ahí estirando en una de las barras.

Nunca dejaba de sorprenderle lo el hecho de que, a pesar de los años, su madre seguía siendo igual de buena en el ballet como cuando era más joven, cuando terminó de estirar YoonGi aplaudió a modo de felicitación llamando la atención de Minseo que fue corriendo hasta él y le dio un fuerte abrazo.

—¡Por fin llegaste cariño! —Saludó su madre besando las mejillas del pelinegro.

—Uh... Sí, pensé que venía tarde. —Dijo desconcertado recorriendo de nuevo con su mirada el salón vacío.

La pelinegra sonrió con picardía y se separó del abrazo. —Bueno, es como yo sé que llegas tarde a todos lados te dije que vinieras una hora antes de que comiencen las clases.

—¡Mamá, tuve que venir casi corriendo para llegar a tiempo!

—Lo sé y a pesar de todo llegaste 30 minutos después de lo acordado ¿No? —Preguntó Minseo con una sonrisa de auto suficiencia que hizo que YoonGi bufara fastidiado y cruzara los brazos sobre su pecho sabiendo que su madre tenía razón.

—De todas maneras ¿Para qué exactamente querías que viniera?

—Bueno... Yo sé que acabas de graduarte de la universidad y por ahora solo quieres disfrutar tus vacaciones pero la señora que solía tocar el piano para nuestras clases ya se jubiló y quería saber si tú me podías hacer el favor de reemplazarla por unos cuantos meses hasta que encuentre a alguien más.

—Mamá... Tú sabes que estas vacaciones son para organizar todo antes de dar el próximo paso e irme a Juilliard a estudiar música.

—Lo sé cariño, lo sé y créeme que no te pediría esto si no lo necesitara con urgencia. —Dijo Minseo con ojos suplicantes.

—Ugh... ¿Y no pueden practicar con un cd o algo mientras tanto? —Preguntó fastidiado.

—No, nosotros ensayamos con música original que componía la señora que solía tocar el piano y ya montamos toda la próxima producción con esas canciones, no podemos cambiarlas ahora... Por favor YoonGi hazme este favor antes de que tengas que irte y yo no vuelva a verte hasta dentro de no sé cuánto tiempo. —Pidió su madre y YoonGi sabía que no podría resistirse.

El pelinegro suspiró derrotado y pasó una de sus manos por su cabello antes de asentir. —De acuerdo... Acepto, pero no me quedaré más allá de la fecha en la que tenga que irme ¿Ok? —Preguntó con seriedad y Minseo aceptó con una sonrisa brillante

—¡Genial! De verdad te lo agradezco mucho cariño. —Respondió su madre agradecida y YoonGi no pudo evitar sentirse enternecido por lo feliz que estaba su madre.

Los sonidos de personas llegando hacia el salón los interrumpieron de su pequeña charla, Minseo cambió su semblante a uno más serio y profesional y se volteó para recibir a sus alumnos, YoonGi se paró a su lado y también espero a que todos entraran.

Casi todos los alumnos entraron al mismo tiempo haciendo un gran bullicio y el pelinegro pudo observar como varios chicos y chicas que no se veían mayores de 18 o 20 años entraban al salón y dejaban sus mochilas en el suelo cerca de la puerta de entrada, casi al mismo tiempo todos se voltearon a verlo con miradas curiosas, algunas chicas se lo devoraban con la mirada haciéndolo sentir muy incómodo.

Su madre se aclaró la garganta llamando la atención de todos haciendo que guardaran silencio de inmediato. —Buenos días étudiants. —Saludó con un perfecto acento francés que YoonGi sabía que procedía de los muchos años que vivieron en Francia mientras ella bailaba ahí.

—Buenos días madame Min. —Respondieron todos a coro.

—Como notarán hay una nueva persona en nuestro estudio, este es mi hijo YoonGi. —Lo presentó y el chico de ojos felinos simplemente se limitó a mover una de sus manos en un pequeño saludo. —Él se encargará de tocar el piano mientras encuentre a otra persona que lo haga de manera permanente ¿Alguna pregunta? —Inquirió observando a sus alumnos y una chica que tenía su largo cabello rubio recogido en una alta coleta levantó uno de sus brazos indicando que quería hablar y Minseo asintió indicando que podía hacerlo

—¿Eres soltero? —Preguntó con una sonrisa coqueta observando al pelinegro de arriba abajo

—Soy gay. —Respondió YoonGi con naturalidad haciendo que la chica hiciera una mueca molesta y que los demás se burlaran de ella.

—Bueno basta de griterío, vayan a estirar. —Ordenó Minseo con voz seria pero internamente feliz por como su hijo había actuado.

Todos le hicieron caso y fueron hasta las barras a estirar mientras YoonGi seguía los pasos de su madre hasta donde se encontraba un gran piano de color blanco en una esquina alejada del salón.

—Aquí está el piano, todas las partituras están en esta carpeta. —Indicó extendiéndole una carpeta marrón. —Por hoy solo vamos a estirar y a practicar algunas cosas básicas porque es el primer día de clases así que no necesitas tocar nada, pero puedes revisar las partituras y practicar un poco si quieres.

El pelinegro asintió y empezó a revisar las hojas con las partituras, la verdad no eran tan difíciles, las podría tocar sin problemas, iba a empezar a practicar un poco cuando el sonido de la puerta chocando estruendosamente contra la pared llamó su atención de inmediato

—¡Lamento haber llegado tarde! —Gritó una voz chillona y cuando YoonGi levantó su vista para observar quien había entrado sintió como su boca se abría por la impresión.

Frente a él estaba un chico con la respiración agitada y su cabello castaño pegado a su frente por el sudor por haber estado corriendo para llegar a tiempo, las mallas negras que usaban para bailar abrazaban de manera perfecta sus torneadas piernas y su gran trasero que el chico de ojos felinos tenía ganas de apretar, tenía una camiseta del mismo color de las mallas que resaltaba sus hermosos ojos y cuando estos chocaron contra los felinos de YoonGi ambos sintieron como una corriente eléctrica los recorría.

—Oh Seokjin, no te preocupes, solo estábamos estirando. —Dijo Minseo interrumpiendo el choque de miradas haciendo que el pelinegro volteara a verla un poco desorientado antes de asentir e ir a las barras para estirar junto a sus compañeros.

YoonGi en todo lo que duró la clase no pudo apartar la vista de ese lindo chico con curvas suaves y Seokjin a veces también le devolvía la mirada con timidez apartándola inmediatamente por la vergüenza.

Y ahí, sin que ninguno de los dos se diera cuenta, ambos habían experimentado lo que se sentía el amor a primera vista.


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𓍯 ִֶָ 𝐸𝓁  𝐵𝒶𝒾𝓁𝒶𝓇í𝓃  𝓎  𝑒𝓁  𝒫𝒾𝒶𝓃𝒾𝓈𝓉𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora