Una vez que ya habían terminado de comer, Melody, Lindsay y Dany se sentaron en el sofá.
-Bueno, todo comenzó un día del verano de 1992, en un campamento de teatro en lo que ahora es La Torre de la Rosa.-empezó a contar Lindsay.- Algunas clases del campamento eran completamente innecesarias y yo estaba sentada en una parte muy aburrida. Y bueno, luego Dany se acercó a mí, empezamos a hablar y todo lo demás. Desde ese día, ambos nos volvimos inseparables.
-He de reconocer que me costó muchísimo acercarme a tí para entablar una amistad.-reconoció Dany.- No soy la persona más sociable del mundo que digamos.
-¿Te costó acercarte porque eras de estatura bastante baja?-bromeó Lindsay dándole a Dany con el codo.
-¡Lindsay!-se molestó un poco Dany y se sonrojó levemente.
-Era una broma muy mala, vale, lo siento Danystorm. Tampoco es que yo midiera dos metros o algo así.-dijo Lindsay mientras rodeaba a Dany con su brazo derecho.- Aún así me alegro de que ese día reunieses el valor para acercarte a hablar conmigo.
-Debería también de agradecerte a ti por no haber pasado olímpicamente de mí, como prácticamente todos los demás hicieron.-dijo Dany con tranquilidad.- Y también, gracias por lo de todos esos veranos.
-¡¿Todos esos veranos?!-se sorprendió Melody.-¿Quieres decir que tenéis un interesante pasado que nunca me habéis contado?
-Melody, si te contáramos todas nuestras aventuras de cuando éramos jóvenes, perderías la oportunidad de vivir las tuyas propias.-dijo Lindsay.-Aprovecha tu juventud.
-Lindsay tiene razón.-dijo Dany.- Obviamente todo no te lo podemos contar por eso mismo.
-Oh, entiendo.-dijo Melody. Acto seguido, miró la hora en su reloj y se levantó del sofá.- Me voy, he quedado con los demás a las cinco y media.
-Pasadlo bien.-dijo Lindsay.- Ah sí, y por si acaso, no paseis por La Torre de la Rosa.
-Hasta luego Melody.-se despidió Dany mientras Melody salía por la puerta. Una vez que Melody había salido por la puerta, Lindsay y Dany se miraron.
-Obviamente no le vamos a contar como doña Cara de Barro nos arruinó la vida más de un verano.-soltó Lindsay.
-Y tampoco que salvamos a los habitantes de una isla mágica cuando esta estaba siendo destruida y que fue así como perdiste el brazo que te falta.-dijo Dany.
-Eso por no hablar de los eventos macarrónicos.-añadió Lindsay. Ambos se quedaron en silencio un rato, hasta que a Dany se le escapó una risita y a Lindsay se le contagió.
-Puede que hayan pasado más de veinte años, pero tú sigues teniendo ese humor tan característico tuyo.-comentó Dany.- Me alegra que en ese aspecto no hayas cambiado, Lin.
-Sin mi humor no seguiría siendo yo.-respondió Lindsay.- Al igual que tú no serías tú sin sonrojarte cuando te entran los nervios.
-¡Eso no es cierto!-dijo Dany ruborizándose.- Bueno, tal vez sí lo sea.
-Hey, tranqui Dany.-dijo Lindsay mientras abrazaba a Dany.-Yo te quiero igualmente, tal y como eres.
-Y yo a ti igual.-dijo Dany correspondiendo al abrazo.- Eres genial.
-Me alegro de ser parte de tu sinfonía.-añadió Lindsay, guiñándole el ojo a Dany.
-¿Acabas de hacer una metáfora musical?-se sorprendió Dany.- Cada día me sorprendes más.
Mientras tanto, Melody estaba reunida con sus amigos: Cass, Lucas, Ian, Kat y Finn.
-¿Os habéis enterado de lo de la fiesta de fin de curso?-preguntó Kat a sus amigos.
-Mejor dicho, quién no se ha enterado de eso.-corrigió Lucas.- Está en boca de todos.
-¿En boca de todos?-preguntó Melody con un tono de humor.-¿Se comieron el folleto acaso?
-Melody, es una forma de hablar.-le corrigió Cass.- Se refiere a que todos están hablando de ello.
-Lo sé, solo intentaba hacer un chiste muy malo.-dijo Melody.- Bueno, ¿con quién iréis al baile?
-Ian y yo vamos a ir juntos al baile.-dijo Kat alegremente.
-Como amigos, claro.-aclaró Ian.
-Ah bueno.-dijo Cass.- Pues Melody y yo iremos juntas.
-Pero...pone que hay que ir en parejas de chico y chica...-empezó a decir Finn.
-Porque fingiré ser un chico, aunque luego acabe revelando mi verdadera identidad.-aclaró Melody.- Esa noche no seré Melody, seré un tal Milo.
-¿Ves Finn?-dijo Lucas.- Finges ser por la noche del género opuesto y ya está. Ya tendrías con quien ir: Conmigo, como amigos.
-¿Por qué me iba a vestir yo de chica?-preguntó Finn algo molesto.- ¿Por qué no tú?
-Bueno, pues hacemos una cosa.-sugirió Cass y sacó una moneda.- Voy a lanzar esta moneda al aire: si sale cara, Lucas será Lucía esa noche; si sale cruz, Finn será Fionna esa noche.
Cass lanzó la moneda al aire, que acabó en la mesa dando el resultado: había salido cruz.
-Me caes mal, moneda de un euro francesa.-le dijo a la moneda Finn.- Por tu culpa tendré que llevar peluca y vestido a la fiesta.
-No olvides los complementos, Fionna.-bromeó Lucas.- Asaltas el armario de tu madre a escondidas y ya está.
-¿Así que como hace a veces mi hermana?-pensó Finn en voz alta.- Espero que no me pillen...
-Y si te pillan tampoco pasa nada.-dijo Cass.- Les explicas la situación y ya está. Así de simple.
-¿Simple?-dijo Finn.- De seguro me echan una regañina. ¿Seguro que no puede ser Lucas el que...?
-No.-dijo Melody.- La moneda ha hablado. Y ha dicho que vas a ser la chica más linda de la fiesta.
-Oye, que porque me toque a mi ser la chica no tenéis porqué estar diciendo esas tonterías.-se quejó Finn.
-Te estamos intentando animar, hombre.-dijo Melody.- No estamos riéndonos de ti.
-Era una pequeña broma, Finn.-dijo Lucas.- Lo sentimos si te ha molestado.
-Bueno, supongo que es solo por una noche, tampoco es para tanto.-dijo Finn.
Finn volvió a su casa cuando terminó la quedada y se dirigió hacia el dormitorio de sus padres, aprovechando que ambos estaban trabajando. Había conseguido agarrar unos zapatos, un vestido y un neceser con maquillaje cuando justo en la puerta se encontró a alguien: Su hermana pequeña de 10 años, Lily.
-¿Qué estás haciendo Finn?-preguntó Lily.
-N-nada.-titubeó Finn intentando esconder detrás suyo su atuendo para dentro de unos días.
-¿Esa es ropa de mamá?-dedujo la niña.
-Si, pero puedo explicarlo.-reconoció Finn.
-Se lo voy a decir cuando vuelva del trabajo.-dijo Lily.
-No, por favor, haré lo que quieras.-dijo Finn.
-Bueno...-empezó a pensar Lily en voz alta.- Tendrás que comprarme un delfín rosa de peluche. Si no, le diré a mamá que pillas prestadas sus cosas sin permiso. ¿Trato hecho?
-De acuerdo...-aceptó Finn.
-Un placer negociar contigo, hermano.-dijo Lily y se fue a su cuarto.
CONTINUARÁ...
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Element Forces: El misterio sin resolver
RandomCorre el año 2018. Han pasado 23 años desde que Gea fue derrotada, pero casi nadie lo recuerda. Pero...¿Y si alguien descubriese lo que pasó? ¿Qué ocurriría? Descubre las aventuras de la siguiente generación en esta historia.