come right on me, i mean camadarie

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Lisa besó tiernamente a Jennie en la frente mientras esta se estremecía sobre sus dedos. El momento era mágico, y a la tailandesa le encantaba. Por su parte, Jennie estaba aún más encantada con ella. Ambas disfrutaban del cuerpo de la otra sin preocuparse de nada más; después de todo, no tenían las responsabilidades de una pareja formal.

Al terminar, la pelinegra decidió acostarse en el pecho de la castaña, dándose unos minutos para respirar y relajarse. Todo estaba perfecto, hasta que...

—Jennie...

—¿Mhm? —Jennie levantó la vista, encontrando los ojos de la tailandesa—. ¿Qué pasa, lili?

—Creo que te amo.

En ese momento, todo paró. Jennie no sabía qué decir. Se suponía que estaba claro: nada de "te amo", ni de sentimientos profundos, ¡eso era lo último que querían! no estaban ahí para enamorarse.

—¿Me amas? —preguntó Jennie, con sus ojos felinos llenos de duda.

—Pues... honestamente, eso creo. Me gustas, o sea, me pareces linda... y... y... me gusta estar contigo. Creo que me estoy acostumbrando a pasar tiempo contigo, y eso me agrada.

Jennie permaneció en silencio, sin decir nada. Su respuesta fue un absoluto silencio, que en lenguaje de Jennie, equivalía a "¿Cómo salgo de aquí sin arruinarme las uñas?"

—Me encantaría amarte, Jennie, lo digo en serio. Ya sabes, quizá vivir juntas... es que no sé, ¡me gustas mucho!

La pelinegra, que hasta ese momento estaba a medio camino entre la siesta y la reflexión profunda, comenzó a levantarse lentamente de la cama, tratando de taparse con la sábana. Estaba en estado de shock, y no de los buenos.

—No, no, no. ¡Lisa, basta! ¡No sabes lo que dices! Tú y yo solo somos... ya sabes... esto. ¡Fue lo que siempre hablamos! No tenemos por qué ser algo más, ¿verdad? es como...

—Bueno, Jennie, pero déjame explicarte...

—¡Nada, Lisa! Por favor, vístete y déjame sola. Necesito pensar las cosas.

—Lo siento, Jennie. Perdón por esto, solo quería ser honesta contigo.

—Da igual, cierra la puerta antes de irte.

Y así fue. La tailandesa se vistió en silencio y, minutos después, salió de la casa de la coreana, dejando tras de sí una estela de confusión y una Jennie aún más enredada en sus pensamientos... y en las sábanas.

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hola nenas jajas se me ocurrio esto escuchando short n' sweet como te amo sabrina les juro q no tengo mucha idea d a donde planeo llevar esto pero léanlo y si les gusta ahí veo q hago chauchi

bed chem ; jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora