Los días pasaron lentamente en la casa de los Sung después de la gran noticia. Desde la llegada de Zhang Hao y sus hijos, la atmósfera en el hogar había cambiado, y no todos estaban preparados para aceptar la nueva realidad. La vida familiar, que antes seguía un ritmo predecible, se había vuelto una serie de encuentros incómodos y silencios tensos.
Hanbin observaba a sus hijos con una mezcla de orgullo y preocupación. Había querido lo mejor para ellos al tomar la decisión de invitar a Zhang Hao y a sus hijos a vivir con ellos, pero no había anticipado lo difícil que sería para todos adaptarse. Aun así, confiaba en que con el tiempo, las tensiones disminuirían y todos encontrarían su lugar en esta nueva familia.
Matthew fue el primero en intentar romper el hielo. Como el mayor de los Zhang, se sentía responsable de hacer que la transición fuera lo más suave posible. Aunque intentaba ser amigable, su habitual sentido del humor y sus bromas ligeras no parecían tener el efecto deseado. Gyuvin, en particular, lo recibía con frialdad. Cada comentario o broma era respondido con una mirada impasible o, en el mejor de los casos, con un encogimiento de hombros.
Una tarde, después de varios intentos fallidos de iniciar una conversación con sus nuevos hermanastros, Matthew decidió dar un paseo por el vecindario. Necesitaba despejarse, pensar en cómo podía hacer que las cosas funcionaran. A pesar de su frustración, sabía que no podía darse por vencido. Mientras caminaba, notó que la casa de los Sung estaba rodeada de un vecindario tranquilo, con calles arboladas y parques pequeños. Era diferente al lugar donde había vivido antes, pero tenía un encanto propio. Quizás, con el tiempo, podría empezar a sentirse en casa.
Ricky, por otro lado, se había refugiado en su arte. Pasaba horas en su habitación, pintando y dibujando, tratando de perderse en su mundo de colores y formas. Le dolía que la relación con sus nuevos hermanos no estuviera fluyendo, pero no sabía cómo cambiarlo. Desde que era pequeño, siempre había sido más reservado, prefiriendo la compañía de su arte antes que la de las personas. A veces, se preguntaba si quizás eso lo hacía parecer distante o arrogante, aunque nunca era su intención.
Una tarde, mientras trabajaba en un retrato, escuchó un leve golpe en su puerta. Era Taerae, Ricky se sorprendió al verlo ahí, ya que no habían hablado mucho desde que las familias se unieron. Taerae, con su guitarra en la mano, parecía incómodo.
"¿Te importa si toco un poco aquí?" preguntó Taerae, señalando su guitarra.
Ricky parpadeó, sorprendido por la solicitud. "Claro, adelante", respondió, apartando algunas de sus cosas para hacerle espacio.
Taerae se sentó en el suelo, apoyando su guitarra sobre las piernas, y comenzó a tocar suavemente. Ricky, aunque inicialmente confundido por la presencia de Taerae, pronto se encontró disfrutando de la música. Había algo tranquilizador en los acordes que Taerae tocaba, algo que calmaba la tensión que había sentido durante días.
Después de un rato, Ricky se dio cuenta de que estaba pintando al ritmo de la música. Los trazos en su lienzo fluían de manera más libre, más natural. Taerae, por su parte, tocaba con los ojos cerrados, como si la música fuera una forma de escapar, de encontrar paz en medio del caos.
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﹙ >.< : Family Sung-Zhang !̵
RandomHanbin y Hao deciden que ya es tiempo que sus hijos convivan entre si Capitulos cortos ( en mi opinión) No tengo fecha de actualizaciónes pero trato de hacerlo lo más seguido posible