Desperté en una celda fría, recién de haber dormido en cartones puestos en el suelo, con el hedor de las paredes, el baño y el propio suelo, esperando que me llamaran para salir, hasta que escuche mi nombre en la mañana y la alegría se me fue propiamente al alma, sin embargo solo era mi vuelo al complejo judicial, donde en breves minutos me darían puerta abierta para que mi estancia fuera preventiva, donde empezaría a surgir el camino de 92 días sin llegar a casa.
ESTÁS LEYENDO
Con el corazón libre
PoetryEstas son las memorias de un acusado, quien injustamente fue detenido y privado de la libertad por más de 82 días. Quizá no sea nada comparado con lo que viven muchos que son condenados a años de cárcel injustamente pero quiero compartir un poco de...