Capitulo 4: Ayudando a Una Niña

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Corriendo y saltando por entre las paredes y techos de las casas y tiendas de la ciudad, Fire Dog seguía persiguiendo a aquellos dos ladrones de los pañuelos amarrillos, que le habían robado a aquella niña con la que se había cruzado. Al parecer habían notado que alguien aun los estaba siguiendo, por lo cual continuaron escapando pese a que ya habían logrado dejar atrás a la niña.

Ninguno de los dos había podido ver bien quien era el que los seguía, pero preferían no pararse a ver. Los miembros mas veteranos del grupo ya les habían dicho que esa zona estaba vigilada por Fire Dog, y que a no ser que se quisieran enfrentar a el, era mejor que ni se acercaran.

Sabían que se estaban jugando el trasero robándole a alguien cerca de esa plaza y la verdad no habían estado allí precisamente para eso. De echo solo habían pasado por ese lugar para comprar unas hamburguesas en un puesto de comida rápida. Sin embargo sus planes cambiaron cuando en el mismo lugar se encontraron con aquella niña, que se quedo viendo el puesto durante un rato y volvió su mirada a su bolso al que dejo abierto por un rato para revisarlo. 

En ese momento la niña no sé dió cuenta, pero había dejado ver por un buen rato su contenido, viendo ambos la enorme cantidad de dinero que ésta llevaba consigo. Fue en eso en lo que la tentación los venció, y unos momentos después cuando la niña se encontraba sentada en una banqueta comiendo unas papas fritas, uno de ellos se abalanzo rápido sobre su bolso, quitándoselo de un jalón y haciéndola caer, para luego ambos salir corriendo rápidamente del lugar.

Creyeron que seria fácil, su objetivo era solo una niña y lo único que tenían que hacer era quitarle el bolso y escapar con él, evitando quedarse el suficiente tiempo para que Fire Dog los viera. Por lo rumores sobre él ya sabían de lo que era capaz y preferían no lidiar con éste si era posible, creyendo ambos que de ésta manera seria la mejor forma para obtener el dinero de manera fácil.

Sin embargo, una ves ya habiendo perdido a la niña, comenzaron a oír como arriba de ellos unos veloces pasos los seguían, presintiendo que no podía tratarse de otro mas que de Fire Dog. Habían oído que el solía perseguir desde los techos a los miembros del grupo que huían por las calles, cayéndoles por encima cuando los alcanzaba. Sintiendo ambos ahora una enorme tención al saber lo que podía pasarles.

No lo iban a negar, le tenían miedo al perro guardián de Las Flamas. Pero la cantidad de dinero que habían podido quitarle a aquella niña, era demasiado grande como para renunciar a ella. Por lo cual pese a lo atemorizados que estaban con esta persecución, ambos se detuvieron dándose la vuelta para enfrentarlo. Sacando uno de ellos un cuchillo, mientras el otro tomaba una pistola apuntándola hacia arriba.

-¡¡Sabemos que eres tu pulgoso, baja de una ves y pelea!!- le grito él del cuchillo, colgándose el bolso al hombro.

No hubo respuesta.

Los pasos dejaron de oírse, pero nadie respondió. El silencio predomino en el amplio callejón donde se habían metido, quedándose ambos viendo hacia arriba a la espera de que Fire Dog se les abalanzara. Sintiendo como la tención crecía por cada segundo que pasaba.

-¡¡¿SAL DE UNA MALDITA VEZ?!!- le grito él de la pistola, pareciendo estar apunto de entrar en una crisis nerviosa.

Sin embargo Fire Dog seguía sin aparecer, haciendo que ambos pensaran que quizás estuvieron paranoicos escapando de nada en realidad, hasta que de pronto sintieron detrás de ellos como una lata caía, haciendo que uno pegara rápido una vuelta hacia atrás, apuntando la pistola.

La verdad ambos se sintieron como un par de tontos cuando vieron que solo había sido un gato callejero, para luego involuntariamente relajarse por unos segundos.

Cronicas de Fuego: Los Origenes de Fire DogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora