Capitulo 1 - El proyecto

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Marco llegó a la sala de clases 10 minutos tarde ya que trasnochó investigando sobre fotografía, su hobby, cosa que hizo que su alarma no fuera suficiente para despertarlo. Al cruzar la puerta, saludó al profesor y fue a su asiento rápidamente, intentando evitar que sus compañeros lo miraran. Marco era un poco introvertido, nunca tomaba la iniciativa de conversaciones, pero si le empiezan una, no tiene problema de ello.
— 10 minutos tarde, Bianchi. ¿Cuál es la excusa de hoy? —dijo su profesor mientras él subía las escaleras a ubicarse en su asiento.
Marco se detuvo.
— Uhm, trasnoché por estar... investigando sobre programación. —dijo Marco, nervioso, pero no sabía muy bien de qué.
— ¿Qué tipo de programación? —preguntó su profesor con curiosidad.
— Uh... C++. Y también C#. Un poco de los dos.
— Ah, ya veo. Te lo dejaré pasar. Toma asiento, por favor.
Marco le asintió al profesor y caminó entre las filas de asientos para ubicarse en el suyo, la sala estaba casi llena. Desarollo de videojuegos era una carrera dura pero era relativamente corta, contaba de 4 años. En la carrera, se le enseñaba a los estudiantes: programación, diseño, arte y producción. Distintos tipos de cada uno.
Se sentó al lado de su amiga Elena y se dieron un "puñito" para saludarse. Se conocían desde el último año de secundaria y tuvieron la suerte de ir a la misma universidad. Él y Elena tenían mucho en común, hacer la misma carrera universitaria era un ejemplo de ello.
— Abran sus portátiles para el tema de hoy. —dijo su profesor. No había mucho que decir de él, parecía un profesor promedio, es como si buscaras "profesor universitario" en Google y abrieras Imágenes. Los primeros resultados serían perfectamente como su profesor.
Marco obedeció, y lo abrió encima de sus piernas. Todavía tenía la pestaña abierta de "Consejos para tomar mejores fotografías" en Google, pero la cerró rápidamente y se quedó en el escritorio.
— La clase de hoy será corta, pero estos 2 meses no. Como ya saben, lleváis 2 años en el curso, la mitad. Así que creo que ya sois capaces de hacer un videojuego sólido, ni tan básico, ni tan avanzado. En menos de 2 meses. —dijo el profesor.
Elena y Marco se miraron, no sabían si podían hacerlo a tiempo.
— ¿Preguntas?
La clase entera todavía no quería creer lo que acababan de oír. Puede parecer bueno, pero en la universidad ningún desafío es bueno.
Una chica levantó la mano.
— ¿Es en grupo, parejas o individual?
— Este año será individual, el siguiente será en parejas.
La última chispa de esperanza de los alumnos se cayó cuando el profesor habló, todos suspiraron o gruñeron.
Marco levantó la mano.
— ¿Qué pasará si no se completa a tiempo? —preguntó.
— Todavía tenéis oportunidad. Como máximo, nota 6 si es que lo entregáis incompleto.
La nota máxima en España era de 10, y 5 para abajo era reprobado. Marco bufó.
Su amiga Elena levantó la mano.
— ¿Hay algún género específico en que hacer el juego? Fantasía, acción...
— Buena pregunta, pero no. Sois totalmente libres en todos los aspectos. En género, lenguaje de programación, arte, bits, etc.
— Por lo menos... —susurró Marco.
La clase estuvo conversando entre si hablando sobre el tema.
— ¿Podemos solo seguir con la clase? —dijo Marco.
— Claro, asi que luego de esta noticia, hoy repasaremos el lenguaje de programación de C#. Enhorabuena Bianchi por ver más del tema ayer.
Marco sonrió falsamente, no vió nada del tema.
— ¿Así que alguien me puede decir...
La voz del profesor parecía desvanecerse mientras Marco estaba concentrado imaginando que videojuego podría hacer. Pero decidió que primero saldría a pensar cuando terminara la clase.


— Así que, para hoy eso es todo. La clase de mañana si será de duración regular. Pueden retirarse. —avisó el profesor.
La clase guardó su portátil en la mochila y se levantaron de sus asientos caminando hacia la puerta. Mientras Marco y Elena bajaban, el profesor le llamó la atención a esta última. Marco no supo que decía el profesor, pero parecía felicitarle de algo. Marco esperó pacientemente a su amiga en la puerta durante un rato.
— ¿Que te dijo? —le preguntó Marco, mientras caminaban por los pasillos de la universidad.
— Nada, solo me estaba felicitando por la activa participación de hoy. —dijo Elena.
Su amiga frecuentemente era participativa en las clases. Desde que la conoció, ella siempre ha sido responsable y amable. Incluso iba al gimnasio.
— ¿Sobre qué harás el juego? —le preguntó Marco.
— Estuve pensando en algunas ideas, pero no estoy segura todavía. En la habitación investigaré un poco sobre algunos juegos e intentaré hacer un tipo de fusión, por así decirlo. —le contó Elena mientras salían al campus de la universidad, camino al edificio de residencias apartamentales gratuitas otorgadas por la propia universidad—. ¿Y tú?
Marco se tardó en responder.
— No sé, cuando lleguemos me cambiaré y saldré a ver qué me puede inspirar.
— Vale.
Mientras caminaban, Álvaro se le acercó a Marco.
— ¿Que hay de bueno, Italo?
Álvaro era un amigo de Marco desde el primer año de universidad. A veces conversaban de temas de cualquier tipo, e incluso jugaban deportes como fútbol. A veces salían a dar un paseo en motocicleta.
— ¿Que tal, tío? —dijo Marco con una sonrisa, saludándolo con un apretón de manos típico entre amigos.
— Todo bien bro. ¿Y tú Ele? ¿Cómo vas? —dijo Álvaro, dándole un beso rápido. Álvaro y Elena eran novios desde antes de empezar la universidad, y Marco no tenía problema con eso.
— Todo bien, preocupada por un juego que tenemos que empezar y terminar en 2 meses. —dijo Elena.
— ¿Qué? ¿2 meses? Eso es imposible.
Marco y Elena asintieron lentamente.
— Lo sé, y si lo entregamos incompleto se descuentan 4 puntos. O sea, como máximo un 6 de nota. —murmuró Elena.
— Bufff, eso si que está difícil, chaval. No tengo nada más que desearos suerte. A mí me pusieron a crear un mecanismo en ingeniería para el próximo año, pero no es nada comparado con lo de vosotros. —dijo Álvaro, poniéndose una mano en el cuello. Él estudiaba ingeniería mecánica, le gustaba el tema de los videojuegos también pero siempre ha demostrado una pasión y talento por la mecánica.
— Ya ves. —murmuró Marco.
— ¡Tío, Álvaro, mira lo que le ha pasado a Andrés! ¡Jaja! —dijo un amigo de éste a lo lejos, riéndose.
— Bueno, el deber me llama, suerte chicos. —dijo Álvaro despidiéndose de Marco con otro apretón de manos y dándole un beso a Elena.
Ella suspiró, pero ninguno de los dos dijo nada más en el resto del camino a su habitación.

Los Secretos Del Éxito (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora