Jimin es un tierno omega que apesta, su hedor lo ha llevado a huir en incontables ocasiones porque nadie lo soporta. Pero cuando un grupo de alfas y omegas está a punto de asesinarlo aparecen sus nuevos alfas, quienes luchan para marcar su cuello.
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Jimin, con su cabello oscuro y ojos brillantes, siempre había sido un despreciado en la comunidad de omegas y alfas a causa de su aroma ya que no era tan encantador como su apariencia. Era un dulce y amargo cóctel de miedo y soledad, una fragancia que alejaba a todos los que se atrevían a acercarse demasiado.
En las noches oscuras, Jimin vagaba por los callejones, evitando las miradas curiosas y los susurros de desprecio. Su piel estaba marcada por cicatrices invisibles, recuerdos de los momentos en que había sido rechazado, golpeado y humillado.
Un día, Jimin se encontró rodeado por un grupo de alfas y omegas. Sus ojos brillaron con malicia mientras lo acorralaban, listos para infligir dolor. Pero antes de que pudieran atacar, una sombra se interpuso entre ellos y Jimin.
Eran sus nuevos alfas: Seis hombres imponentes con miradas intensas y corazones protectores. No eran como los demás. No se alejaban de Jimin ni se burlaban de su aroma. En cambio, lucharon por él, dispuestos a marcar su cuello y reclamarlo como suyo.
Jimin no podía creerlo. ¿Por qué esos alfas poderosos se preocuparían por alguien como él? Pero cuando sintió sus manos acariciando su piel, cuando sus labios se encontraron en un beso apasionado, supo que había encontrado algo especial. Algo real.
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COMENZARÉ A ACTUALIZAR ESTA HISTORIA FINALIZANDO APUESTA DE ENIGMAS, ASÍ QUE ABROCHEN SUS CINTURONES Y GUÁRDENLA EN SU LISTA DE LECTURA.
