04 🖤

637 59 5
                                    

Dos semanas después.

Ara.

El silencio en el apartamento era abrumador. Me senté en el sofá, las manos temblando mientras miraba las fotos que llegaron a mi teléfono de un número desconocido. Cada imagen era una daga afilada, clavada directamente en mi corazón. Jungkook estaba allí, en una de las fotos, besándose con una chica en una fiesta. Otra imagen lo mostraba con una chica diferente, en una posición tan íntima y humillante que sentí que me faltaba el aire. No era solo la traición la que me estaba matando, era la crudeza de verlo tan despreocupado, disfrutando de lo que debería haber sido nuestro.

—Maldito —me dije con enojo al ver lo siguiente.

En el video que me enviaron, Jungkook estaba borracho, perdido en una espiral de placer que parecía burlarse de todo lo que habíamos compartido. El sonido de sus gemidos y el ambiente de la fiesta eran una cruel ironía a la imagen que tenía de él como el hombre que una vez me prometió lealtad.

Las lágrimas caían sin control mientras mis dedos temblaban al escribir un mensaje al número desconocido.

—¿Por qué me envías esto? —pregunté, tratando de mantener la voz firme, aunque las palabras salieron con un temblor de dolor—. ¿Por qué justo ahora, cuando ya sabía que me estaba engañando?

La respuesta llegó casi de inmediato, fría y calculadora.

—Soy un amigo de Jungkook. Estoy cansado de escuchar cómo se burla de ti, aunque no lo haga abiertamente. Me irrita ver cómo se sale con la suya, y pensé que merecías saber la verdad.

Sentí una mezcla de furia y desesperación. ¿Qué tipo de "amigo" era este que se deleitaba con mi sufrimiento? Sin embargo, el dolor predominante era el ver a Jungkook, el hombre que amaba, perdiéndose en una espiral de indulgencia sin importarle el daño que estaba causando.

En ese instante, el timbre de mi puerta me sacó de mi estado catatónico. Al abrirla, me encontré con Jungkook, que parecía tan despreocupado como siempre, como si nada estuviera mal. Se demoro dos semanas, dos jodidas semanas en aparecer y justo cuando me envían pruebas, aparece como si nada.

—Hola, Ara —dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. ¿Puedo entrar?

El corazón me latía con fuerza en el pecho. Tenía que actuar con frialdad, aunque cada célula en mi cuerpo gritaba de dolor. Me aparté para dejarlo entrar, y lo observé mientras caminaba hacia la sala con una calma perturbadora.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté con la mayor indiferencia que pude reunir, a pesar de que su presencia me desarmaba.

—Solo quería verte —dijo, y noté una sombra de preocupación en su rostro al notar mi actitud distante—. ¿Estás bien?

—¿Por qué debería estar bien? —respondí, mi tono cargado de dolor y resentimiento—. ¿No te has dado cuenta de lo que me has hecho? ¿No te importa en absoluto?

Él frunció el ceño, claramente desconcertado. No estaba acostumbrado a verme así, y la confusión en sus ojos me dio una chispa de satisfacción, a pesar del dolor que sentía.

—¿Qué te pasa? —preguntó, dando un paso hacia mí—. Pareces... diferente.

—Sí —dije, tratando de mantener la calma—. Estoy diferente. He decidido que no voy a quedarme aquí esperando semanas mientras te diviertes con otras chicas. Hoy voy a salir.

—¿Con quién? —su voz se volvió tensa, y vi cómo sus ojos se estrechaban con una mezcla de celos y enojo.

—Con un chico que conocí —respondí, con un desafío en la mirada—. Voy a hacer lo mismo que tú, Jungkook. Divertirme sin pensar en nada, metiéndome con muchos hombres, incluso con los amigos que solías presentar como "nuestros" amigos.

Su rostro se transformó en una mueca de ira, y sentí un retorcimiento en mi pecho al ver su reacción. Era como si mi plan para hacerme daño a mí misma lo hiciera aún más iracundo.

—¿Estás loca? —gritó, su voz resonando en el pequeño apartamento—. ¿Cómo puedes hablarme así después de todo lo que hemos pasado?

—¿Y cómo puedes comportarte así después de todo lo que hemos compartido? —respondí, sin dejarme intimidar por su enojo—. ¿De verdad crees que tienes el derecho de gritarme cuando tú eres el que ha estado rompiendo todo?

Él intentó acercarse a mí, pero yo di un paso atrás, alejándome de su alcance. La distancia entre nosotros se sentía como un abismo que no podía cruzarse, no importa cuánto lo intentáramos.

—No te atrevas a seguirme, Jungkook. No quiero verte más —dije, con una firmeza que apenas podía sostener.

La rabia en sus ojos era palpable, pero lo que me dolió más fue ver cómo su preocupación se tornaba en desesperación. Me gritó algo más, pero sus palabras se desvanecieron en el aire mientras cerraba la puerta detrás de mí.

🖤🖤🖤

Caminé con rapidez hasta la casa de mi prima, cada paso sintiéndose como una condena, pero también como una liberación. El dolor que sentía era casi insoportable, pero al menos estaba tomando una decisión que sentía que era mía, por una vez. Llegué a la puerta de su casa, derrumbada y deshecha, lista para contarle todo.

—Hola, Ara —dijo mi prima, al abrir la puerta y ver mi rostro deshecho—. ¿Qué pasó?

No pude contener más las lágrimas. Me lancé a sus brazos, y empecé a contarle todo, desde las fotos hasta el video, pasando por la última conversación con Jungkook. Cada palabra era una grieta más en el muro que había estado construyendo para protegerme, y al final de la noche, me sentí completamente expuesta, pero al menos no estaba sola.

 Cada palabra era una grieta más en el muro que había estado construyendo para protegerme, y al final de la noche, me sentí completamente expuesta, pero al menos no estaba sola

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


BAD BOYFRIEND ; Jungkook ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora