Los alumnos salían a mares de sus aulas, apenas se había escuchado el timbre que indicaba; hora de ir a casa.
Tomé mi mochila color marrón para guardar mis cosas con tranquilidad.
—apresúrate Shima —llamó mi animado amigo Takanori; un enano rubio de ojos azules, saltando como pulga en el marco de la puerta.
—Ya voy, ya voy —respondí caminando a donde él para salir del salón juntos.
Directo a la avalancha de gente.
— ¿Patito, quieres ir a mi casa a jugar videojuegos? —preguntó Taka, caminando de espaladas para poder mirarme.
—me encantaría...
— ¿pero...? —continuó, mirándome con una sonrisa pícara.
—me quedaré en casa de Akira esta noche —respondí algo ruborizado.
— ¿¡De verdad!? ¡Oh! ¡Es perfecto! —gritaba, danto saltos de emoción— ¿Te declararás por fin? ¡Di que sí!
— ¡Shh! ¡Callate! —manoteé. — te puede oír alguien. Él rodó los ojos.
—Oh, vamos, Shima todos en este universo saben que Akira te gusta —rió.
—Eso es una vil mentira —respondí, apresurando el paso.
—Tienes razón —admitió— hay alguien que no sabe, ¿Sabes quién? Déjame pensar, ah sí ¡ÉL! Vamos Shima, no seas cobarde.
Estuve a punto de gritarle que cerrara la boca cuando...
—Shima, ya es tarde —habló la varonil voz que ya conocía.
—sí, lo siento Aki. Nos vemos Taka —dije todo con rapidez caminando al lado de mi mal teñido amigo.
Todo el camino transcurrió en silencio, como todos los días, caminábamos tranquilos, bueno, supongo que él estaba tranquilo, yo por otra parte, luchaba por mantener mi corazón dentro de mi pecho, ya que latía tan rápido que poco faltaba para que saliese disparado de ahí.
Taka tiene razón, soy un cobarde. Llevo tres malditos años tirando baba por el sujeto rubio con nariz cubierta junto a mí, e innumerables oportunidades para confesarle mi sexualidad y mis sentimientos, más todas y cada una las he dejado pasar. Si, así es; tengo miedo. Miedo de que me rechace, de perder su amistad...miedo de todo a lo que esta confesión pueda hacer daño... tanto miedo, que prefiero continuar escondiendo mis sentimientos...
— ¡Hey, Akira! —llamó una voz desde lejos, proveniente de un moreno de labio perforado; Yuu Shiroyama.
— ¿qué cuentas, Yuu? —respondió Akira, sonriente.
—miles de cosas —rió negando con la cabeza.
Y así el moreno se unió a la caminata por aquel sendero de árboles de cerezo, platicándole al rubio todo lo sucedido en su día en la universidad, con 22 años de edad (era dos años mayor que Akira y yo) parecía infante quejándose de todo. En minutos, la plática dio un giro, comenzaron las críticas negativas a compañeros y maestros, y le secundaron los comentarios homofóbicos.
Intentaba ocupar mi atención en el camino, los pétalos que caían de los árboles, el sonido de los pájaros, pero volví de golpe a la realidad al escuchar...
—Esa gente me da asco —me lo esperaba de Yuu, pero...
¿De Akira?...
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Hacía Falta Arriesgarse[OneShot]
FanfictionSi, así es; tengo miedo. Miedo de que me rechace, de perder su amistad…miedo de todo a lo que esta confesión pueda hacer daño… tanto miedo, que prefiero continuar escondiendo mis sentimientos…