Aemond Targaryen siempre había vivido a la sombra de su hermano mayor, Aegon. Desde joven, las burlas y los comentarios mordaces de Aegon le dejaron cicatrices que, aunque no visibles, seguían pesando en su mente y en su corazón. Aegon, con su naturaleza despreocupada y provocadora, encontraba placer en destacar las fallas de su hermano menor, relegando a Aemond a un rincón de inseguridad. Esa tensión entre ellos crecía con cada palabra hiriente y cada acto desconsiderado.
En el mundo empresarial, Aemond no lo tenía mucho mejor. A pesar de su ambición y capacidades, había sido relegado a un papel secundario en la empresa de la familia Hightower. Mientras su hermano Aegon recibía la mayor parte de la atención y las responsabilidades, Aemond se encontraba atrapado como el tercero, el que siempre estaba ahí, pero nunca en el centro de las decisiones importantes. Esto lo llenaba de una frustración silenciosa, sabiendo que tenía el potencial para ser mucho más, pero constantemente siendo subestimado.
La relación con sus padres, Alicent y Viserys, era distante y fría. A pesar de ser parte de una de las familias más poderosas, Aemond se sentía como un extraño en su propio hogar. Alicent, siempre preocupada por las apariencias y el control de la imagen familiar, le mostraba afecto solo cuando era conveniente para las expectativas sociales. Viserys, por otro lado, parecía estar perdido en su propio mundo, distante de la realidad y sin prestar atención a las tensiones que se gestaban en su familia.
Sin embargo, no todo era oscuridad en la vida de Aemond. Mantenía una relación cercana con sus hermanos menores, Daeron y Helaena. Con Daeron, encontraba un compañero de conversación y alguien que lo entendía sin necesidad de muchas palabras. Helaena, con su naturaleza tranquila y soñadora, era un respiro de paz en medio del caos familiar. Con ellos, Aemond podía ser él mismo, sin la presión de demostrar nada.
A pesar de sus frustraciones, Aemond mantenía una relación casual con Alys Rivers, una mujer enigmática que había entrado en su vida de manera inesperada. Su relación no tenía promesas ni expectativas, pero le ofrecía una distracción de las tensiones familiares y empresariales. Alys entendía sus ambiciones y su deseo de poder, y aunque no había amor en el sentido tradicional, había una conexión que los mantenía unidos, aunque fuera por momentos.
Aemond sabía que quería más, tanto en su vida personal como en su posición dentro de la familia Hightower. No estaba dispuesto a conformarse con ser un tercero, con ser el hermano que se quedaba atrás. Sabía que el mundo podía ofrecerle mucho más, y estaba decidido a encontrar la manera de reclamarlo, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.
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El omega de mis pesadillas
FanfictionEn un mundo donde los acuerdos matrimoniales se forjan por poder e influencia, Aemond Targaryen, un alfa dominante y ambicioso, se embarca en una búsqueda para encontrar al omega perfecto que le asegure una alianza estratégica. Su objetivo es claro:...