𝐌𝐲 𝐧𝐞𝐯𝐞𝐫𝐭𝐡𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬 𝐬𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞; 𝐅𝐫𝐞𝐞𝐧𝐛𝐞𝐜𝐤𝐲

𝟎𝟐 | "𝚃𝚑𝚊𝚝 𝚘𝚗𝚎 𝚜𝚙𝚎𝚌𝚒𝚊𝚕 𝚏𝚛𝚒𝚎𝚗𝚍"

-Señorita, señorita -la voz de la empleada me sacó de mis recuerdos. -Le gustó el nuevo color o quiere que se lo cambié?

-Si si está lindo no te preocupes está bien.

Pagué rápidamente y salí de ahí, cuánto tiempo será que me tarde? No importaba estoy segura de que lo suficiente para que Richie ya me esté llamando

Decidí no contestar, ya el taxi no estaba a unos minutos de llegar a
casa

Llegué a casa de mamá ya era tarde Probablemente las cinco de la tarde aunque por el calor y el sol que había hasta tarde cuando es verano en Tailandia no sé siente que sea tarde. Al abrir la puerta el olor a comida me envolvió y una sonrisa se dibujó en mi rostro

Richie estaba sentado en al mesa, al verme se levantó de un salto y me abrazó con fuerza

-Basta basta no puedo creer
que estés aquí, haber dejame ver, si sigues igual -Richie apretó sus mejillas jugando.

-Basta, tu eres el que sigue igual
-le revolvió el pelo haciéndolo reir.
-Esta bien, deja te ayudo, Mamá, Becky ya está aquí! -gritó tomando las maletas.

-Mi pequeña regresó! -mi madre salió de la cocina atrapandome con un abrazó. -Siéntate la comida ya casi está.

-Bueno, pero no está el?

-No tranquila, siéntate.

-Bueno, Richie pon la mesa -bromee para estar más calmada.

Las risas y anécdotas empezaron a fluir durante la cena. Los tres estábamos sentados en la mesa no estaba siendo incómodo como pensé

Agradezco que mi padre no haya venido

Mi madre contaba historias de nuestra infancia avergonzandonos con las cosas ridículas que hacíamos de niños. Cómo aquella vez que Richie se disfrazó de superhéroe y terminó mojando todo el salón. Me uni ala conversación sintiéndome conectada con esos recuerdos hasta que mamá empezó a recoger los platos y ví la hora

Mierda ya es tarde

-Debo irme es tarde, y si salgo tarde ya ningún hotel va a estar abierto.

-Un hotel? -intervino mamá. -¡No! Ni lo pienses Rebecca, vas a quedarte aquí en tu casa, tu viejo cuarto está preparado para ti.

Sentí un nudo en mi estómago pero no me atreví a insistir. Me levanté de la mesa y seguí a mamá por el pasillo con mi maleta, el eco de las risas aún
sonando en mis oídos

Cuando entré ami viejo cuarto un torrente de nostalgia me envolvió, y ese mismo aroma no se había desvanecido. De inmediato aquellos días llenos de risas con las chicas

Me senté en la cama recordando las noches de chismes y secretos que nos contábamos, extrañaba esas risas, nuestro grupo y las risas

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