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Un día, Louis desafió a su novio, Harry, a pasar todo el fin de semana desnudo. Harry, siempre dispuesto a aceptar cualquier reto, sonrió con una chispa de picardía en sus ojos y aceptó, pero solo con la condición de que Louis hiciera lo mismo. Aceptaron el trato con un apretón de manos que parecía un pacto silencioso entre ellos, lleno de promesas de diversión y travesuras. Sin embargo, cuando llegó el sábado por la mañana, Harry ya se había olvidado por completo del desafío.

Louis lo encontró en la cocina, con una camiseta vieja y unos pantalones cortos, haciendo café mientras tarareaba una canción que apenas recordaba. Louis se acercó con una sonrisa maliciosa y le recordó las reglas del juego, deslizándose detrás de él para susurrarle al oído.

—¿Olvidaste algo, cariño? —preguntó Louis, con una voz grave que hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Harry.

—¿De qué estás hablando? —Harry se giró con una ceja arqueada, aún sosteniendo la taza de café caliente.

—Del desafío, amor. El fin de semana desnudos, ¿recuerdas? —Louis deslizó sus manos hacia abajo, agarrando la camiseta de Harry por el dobladillo y comenzando a levantársela lentamente—. Pero no te preocupes, te ayudaré a recordarlo.

Antes de que Harry pudiera protestar, Louis tiró de la camiseta por encima de su cabeza y la arrojó al suelo. Sin perder el ritmo, se arrodilló frente a Harry, quitándole los pantalones cortos y la ropa interior con un solo movimiento fluido. Harry jadeó, sorprendido por la rapidez con la que Louis había decidido tomar el control de la situación.

—¿Qué haces? —murmuró Harry, tratando de recuperar el aliento mientras sus mejillas se encendían.

—Te estoy mostrando por qué obedecerme siempre es lo correcto —susurró Louis con una sonrisa antes de inclinarse hacia adelante, presionando sus labios contra los de Harry en un beso ardiente.

La tensión en la cocina creció mientras Louis dejaba claro quién estaba al mando. Pronto, Harry comenzó a preguntarse si aquel desafío no había sido lanzado a propósito con otros objetivos en mente. Tal vez Louis había planeado todo desde el principio, anticipando este preciso momento.

El fin de semana siguiente, tuvieron un invitado en casa, pero Louis, fiel a su juego, insistió en que Harry continuara desnudo. Harry, ruborizado, miraba con incertidumbre a su novio, tratando de averiguar cuáles eran exactamente las intenciones de Louis. Sin embargo, por alguna razón que no podía explicar del todo, el desafío se sentía cada vez más intrigante y tentador.


—Pagaría por verte de esta manera a todas horas —murmuró Louis con voz ronca mientras miraba a Harry desde el otro lado de la habitación.

Harry giró la cabeza y, con una sonrisa juguetona, le respondió:

—¿De verdad? ¿Cuánto?

Louis se apoyó contra el marco de la puerta, solo vestido con unos bóxers negros ceñidos, y su sonrisa se hizo aún más amplia.

—No lo sé —respondió, midiendo las palabras con lentitud—. Depende de cuánto tiempo estés desnudo para mí.

—Hmm, ¿toda la noche? —preguntó Harry, acercándose un poco más.

Louis se rió suavemente.

—Amor, te quiero, pero ya duermes desnudo. No pagaría por eso.

Harry puso los ojos en blanco mientras rebuscaba en el cajón de la cocina buscando algo más que café para despertar.

—¿Entonces qué me dices? ¿Cuánto tiempo?

Louis hizo una pausa, saboreando el momento antes de hablar.

—Todo el fin de semana —sugirió Louis finalmente—. Si lo haces, te compraré esas botas que mirabas en el escaparate la otra tarde.

Harry se enderezó de inmediato, dándose la vuelta para enfrentarse a Louis, con las manos en las caderas y una expresión incrédula en el rostro.

—Estás bromeando, ¿verdad? ¿Quieres que pase todo el fin de semana desnudo y, a cambio, tú me harás un regalo?

Louis alzó las cejas con diversión.

—O... podría desafiarte a hacerlo —dijo, observando con atención cómo Harry se mordía el labio inferior, una señal inconfundible de que estaba considerando seriamente la oferta—. ¿Hay trato?

Los ojos de Harry brillaron con una mezcla de desafío y emoción.

—Hay trato, pero solo si tú también lo haces conmigo —dijo, sin ceder un centímetro.

Louis sonrió con suficiencia.

—No hay problema. No me importa deshacerme de la ropa.

Harry rió, conociendo perfectamente a su novio.

—No me digas...

Los ojos de Harry recorrieron el cuerpo de Louis de arriba abajo, sintiendo cómo una oleada de deseo crecía en su interior. Cada vez que estaba cerca de él, esa atracción se encendía como una chispa, especialmente ahora que lo veía de pie, solo con esos bóxers ajustados. El cabello húmedo de Louis caía en desorden sobre su frente, sus músculos se tensaban bajo su piel, y cada pequeño movimiento hacía que el aire a su alrededor se volviera más espeso, más cargado de deseo.

La polla de Louis se levantó notablemente mientras avanzaba hacia Harry, pero este levantó la mano con una sonrisa divertida.

—Oh, no. Conozco esa mirada. Ahora no, Casanova. Necesito prepararme para el trabajo.

—Por una vez podrías llegar tarde —sugirió Louis, acercándose un poco más.

—No hoy, cariño. Tengo una reunión importante esta mañana y... —la voz de Harry se desvaneció al ver la evidente erección en los bóxers de Louis—. Dios mío.

—Solo un rapidito —propuso Louis, con una sonrisa pícara.

Harry negó con la cabeza, aunque sus ojos traicionaban sus verdaderos deseos. Pero antes de que pudiera alejarse, Louis lo alcanzó, capturando sus labios en un beso hambriento. Harry gimió, y Louis supo que lo tenía justo donde lo quería.

Pensamientos sobre el siguiente fin de semana llenaron la mente de Louis, su polla palpitando con anticipación. Sin perder tiempo, lo levantó en brazos y lo llevó a la cama, separando sus piernas con urgencia. Su mirada se centró en el cuerpo desnudo de Harry, olvidando todo lo demás excepto hacer que su novio gritara de placer. Tenía planes para él... planes que comenzarían justo después de que Harry alcanzara el clímax con su polla enterrada profundamente dentro de él...

Y así, Louis comenzó a planear lo que sería un fin de semana que ambos recordarían durante mucho tiempo.

Dress ▬▬ Zourry ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora