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—no podés ser así boludo— rodrigo con lágrimas en los ojos miraba a su pareja, tomi.

—¿así como? ¿vos entendés que estoy ocupado?— el más alto tomó de los hombros a su pareja, apretando fuerte —no puedo darte toda la atención que quieres—

—"¿estás listo para llorar?"— su conciencia hablo a rodrigo y lentamente las lágrimas empezaron a caer, la garganta se cerró y sintió como su mundo se derrumbaba

—no vale de nada estar con vos, remo solo boludo, vos no haces nada para estar conmigo, nisiquiera te esforzás— limpio sus lágrimas —hasta nunca Tomas— se alejó rompiendo el agarre de su pareja

—no no, no me podés hacer esto roro, vos y yo juramos que íbamos a estar juntos para siempre, no seas cobarde, ¿solo por una que te falle? ¿lo que hice bien no cuenta?— tomó su brazo—yo te amo

—no digas que me amas si me dejas con toda la cena hecha, no digas que me amas, cuando me dejás con todo el amor en las manos... no puedo con esto— las lágrimas volvieron a escurrir —¿para esto que rogaste ser mi novio? ¿para humillarme?—

—sos un exagerado mi amor...— tomás habló— vos sabes que te amo, fue solo un error de cálculos— tomo sus mejillas aunque el más bajo se resistiera— ¿ves estos brazos?—acaricio la cara de él ojiverde — me pongo más fuerte para ti, si llegue tarde fue porque se me pasó la hora en el gimnasio nada más....

—¿vos crees que yo soy pelotudo? de pelotudo no tengo un pelo, llegaste 3 horas tarde tomas, apestando a fernet, con un teléfono en tu bolsillo, ¿que? ¿me vas a decir que hay barra libre en un gimnasio? déjame en paz.— rodrigo se deciso del agarre, bastantes veces tomas lo había manipulado emocionalmente para hacerle creer que no lo engañaba, rodrigo le asentía, lo perdonaba, pero en el fondo sabía la verdad

—si cruzas esa puerta, olvidá todo rodrigo— tomas lo miro furioso

—adiós, tomas—

salió por la puerta de ese pequeño departamento, bajo y empezó a caminar, estaba a media hora de su casa, no tenía plata para el uber, solo lágrimas secas lo acompañaban, y una extraña sensación de ser observado, pero la ignoro, "de seguro es tomás" pensó, el único detalle fue que este no lo persiguió

—la concha de su madre como se me ocurrió venir a encararlo a las 12:30 de la noche...— susurró para si mismo rodrigo

sintió pasos rápidos atrás de él, y antes de darse la vuelta vio a un hombre alto y pelinegro, luego de eso solo vio negro.

(horas después)

rodrigo estaba amarrado a una silla, con algo metido en la boca, algo así a un pañuelo, se asustó demasiado, su corazón latía a mil por hora, el miedo lo estaba calcomiendo por dentro, la desesperación y ansiedad le hacía sentir la sangre helada, solo rezaba y rezaba pensando en que porfavor esto sea una pesadilla, que el no merecía esto

hasta que entró a la habitación una persona alta, con una máscara, una máscara blanca, que tenía una sonrisa.

pero la situación le hacía tener más miedo a rodrigo.

aquel hombre se acercó y puso un banco al frente del ojiverde, lo observó por unos minutos en silencio y le sacó el pañuelo de la boca.

—q-quien eres— se le quebró la voz al ojiverde

aquel hombre solo lo miró, y luego se paró, porfin rodrigo pudo dimensionar cuán alto era, 1.81 sin duda...

—¿para que querés saber? no te sirve de nada— tenía un acento santafesino

—solo para poder calmarme un poco....— observaba cada detalle del más alto, su pelo negro ondulado, sus manos grandes y largas, sus ojos con pestañas abundantes

—soy iván— tomó un cuchillo cerca de él verificando en filo y luego cortó las cuerdas de las manos de él más bajo, apenas lo hizo el más bajo corrió hacia la puerta, abriéndola tratándo de escapar, hasta que sintió como lo jalaban de el cabello

—dios, porque me confié tanto — iván rió y lo volvió a llevar a la habitación, tirándolo con fuerza hacia donde la silla— me costó demasiado tenerte bonito, te tuve en la mira por meses— cerró la puerta con seguro— tu noviecito no se despegaba de ti — se acercó al más bajo—

rodrigo por su lado tomó el cuchillo que antes había ocupado iván —a-alejáte— le apuntó

iván rió — porfavor, te faltan bolas— le quitó el cuchillo de las manos — como te dije, me costó demasiado tenerte— tomó con fuerza el brazo de él más petiso para empujarlo a una cama que estaba atrás—

"es el único hombre que se ha esforzado por tenerte"  la conciencia de rodrigo habló y la mirada sobre el pelinegro con la máscara cambió, era verdad, nadie se había esforzado tanto por tenerlo, por hablarle, solo este extraño, que lo deseaba con toda su alma

—¿te costó tenerme?— mordió su labio y se acomodó en la cama, el que lo haya tirado hacia ella no le importó para nada, se había borrado ese suceso, ahora solo quedaban las palabras de "me costó demasiado tenerte"

—demasiado....— se sentó a su lado — si no eras mío por las buenas, será por las malas.— miro hacia otro lado

escuchar eso prendió completamente a rodrigo, pasó de sentir miedo a tener un problema en su entrepierna, ¿como podía ser que un completo desconocido se esforzara más que su ex novio?

—dios, es tan hot escucharte decir eso...— acarició el cuello de él desconocido oliéndolo, dejando pequeños besos en este

iván quedó desconcertado, no esperaba que rodrigo se comportara así, ¿tenía algún tipo de problema? un peso encima de sus piernas lo había sacado de sus pensamientos

—quiero que me cojas iván, quiero sentirtela toda dentro de mi—

ivan nervioso puso sus manos en los glúteos del contrario, puesto que se había sentado a horcajadas de él, acariciando mientras rodri se meneaba en la entrepierna del más alto.

ivan era totalmente inexperto, había matado a muchas personas, si, pero rodrigo lo volvía loco, tan solo tenerlo cerca de él hacía que sintiera como el corazón se le salía del pecho

—¿iván puedes decir que me amas? — lo miró a los ojos

—t-te amo rodrigo—

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díganme q quieren q actualice /besitos 💋

estocolmo -RODRIVAN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora