Capítulo no. 1. En el principio...

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Capítulo. No. 1. Todo inicio se escribe con un poco de sangre.

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¡Crack!

El pequeño recipiente de su bebé lloraba desesperadamente, retorciéndose en su palma, estando tan cerca de él, Cheng Huang podía oírlo, el suave crujido de sus pequeños huesos rompiéndose dentro de su cuerpo, un sonido apagado por la carne y la sangre, sepultado bajo músculos y piel, ahogado por sus gritos.

En la soledad de su taller se arrodilló, encorvado sobre sí mismo, con las manos extendidas, el pequeño recipiente se contorsionaba violentamente pero era tan pequeño que por más que se agitara, no caería de sus palmas. "Shhh, shhh, papá está aquí", murmuró, acariciando con su pulgar la pequeña cabecita llena de cabello rubio. "¿Me puedes oír?", preguntó, intentando con todas sus fuerzas sonreírle. "Papá está aquí".

¡Crack!

"Shhhh, shhhh, deja de gritar, deja de gritar, necesito pensar, solo deja de gritar", suplicaba, meciendose hacia atrás y hacia adelante, abrumado por estos resultados. Cuando el primer hueso atravesó la piel y una gota de sangre logró salpicar su boca, Cheng Huang sollozó, ahogando un grito tembloroso, sin parar de mecerse en un intento desesperado de centrarse. "N-No...no...shhh, shhh", arrullaba, sintiendo que se ahogaba. "Aguanta un poco, solo un poco, solo necesito pensar en algo, puedo resolverlo", sus súplicas no encontraron oídos que las escuchen, con la mente en blanco solo pudo quedarse ahí, viendo como su pequeño humano empezaba a derretirse en sus palmas. "Y-Ya no grites, no grites, dejame pensar, ¡Déjame pensar!", sus lágrimas gotearon sobre la sustancia viscosa en la que se transformaba su bebé.

¡SPLASH!

Cheng Huan sollozó, su boca temblorosa dejó escapar un lamentable gemido al observar como lo que quedaba del pequeño humano goteaba entre sus dedos. Su llanto se tragó lo último que quedó de sus gritos.

Clap.

Clap.

Clap.

Goteó, hasta formar un minúsculo charco de sangre en su regazo. En sus manos temblorosas, entre sus dedos, su pequeño se filtró sin que pudiese evitarlo. Entre más intentaba contenerlo, más se esparcía. Los hombros de Cheng Huang temblaron con su llanto, mientras él suplicaba. "Q-Quédate conmigo...vamos, quédate conmigo", suplicó, a la vez que sus lágrimas se mezclaban con el charco de sangre y piel sobre su ropa. "P-Por favor", siguió encorvandose hasta que su frente tocó el piso, llorando entre ruegos temblorosos, con el olor a sangre en su nariz.

Ya no se escuchaban llantos.

"Por favor", su voz era tan pequeña.

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⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

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