𝔽𝕀ℕ

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Seokmin le frotó la nuca haciéndole ronronear bajo su cálido toque. Después de horas de deliberación y algunas amenazas, el Consejo finalmente accedió a dejar el planeta al pueblo Elvarian, no había sido fácil pero después de que los resultados de sus análisis de sangre fueran enviados al Consejo no podían negar la verdad él era un miembro de la casa real Elvarian, ellos dudaron al principio pero después de que Vernon amenazara con enviar la fuerza espacial de Warsarian, el Consejo cedió rápidamente.

En esta sección del universo, Vernon tenía ventaja, podría sitiar el planeta antes de que el Consejo pudiera reunir suficiente fuerza para mantener la posición y el consejo había perdido su reivindicación, justificaban que habían asumido el gobierno porque no había nadie para gobernar. El conflicto en Elvarian terminó casi con la misma velocidad con la que había comenzado, el Consejo publicó una declaración oficial para evitar que empeorara su deteriorada imagen, trató de recordar las palabras exactas pero la mierda era fácil de olvidar, se acordó de la idea básica, eso era mejor que nada.

El Consejo había informado que estaba contento de que el conflicto en Elvarian se hubiera resuelto y no tuvieran que intervenir, Vernon había resoplado y dijo que la declaración era " una gran mierda". En esta parte del espacio el consejo no tenía ninguna influencia y no tenían fuerza para actuar, tal vez si no hubieran pasado años tratando de tomar el control de los mundos, algunas personas podrían confiar en ellos. Elvarian era importante porque el consejo quería establecer una base militar en la zona, durante siglos, el consejo había intentado expandirse en esta parte del espacio pero los Warsarians mantuvieron la paz y al Consejo a distancia.

El consejo ya existía hacía siglos, el grupo estaba compuesto por miembros de cinco planetas, personas de cinco planetas que habían colonizado la mayor parte de los planetas, esas colonias no se consideraban parte de esos mundos pero mantuvieron su lealtad, lo que alimentó el poder del Consejo. La derrota en Elvarian expuso la debilidad del Consejo, ellos no iban a declarar la guerra para mantener su imagen y no porque sus miembros no estaban sedientos de sangre y hambre de poder sino porque ellos no podían ganar la lucha.

Cuando el Rey Vernon envió su declaración, comprometió la ayuda del pueblo Warsarian y dejó en claro que un ataque a Elvarian sería lo mismo que un ataque al pueblo Warsarian. Después de que desembarcara en Elvarian, haría una declaración similar, suspiró, había mucho que aprender y estaba sólo ahora empezando a entender la política alrededor de él pero estaba intentándolo.

― ¿Estás bien? ― preguntó Seokmin, puso los ojos en blanco. ― Si quieres escapar, te llevaré a donde desees ir.

Mientras que quería escapar rápidamente y empezar una nueva vida, Seokmin no era un hombre hecho para esconderse en un pequeño planeta en medio de la nada, el Guerrero quería luchar contra todas las injusticias y él se negó a quedarse atrás, un buen y un mal rasgo para poseer un gobernante, además, él había intentado dejar Elvarian atrás pero cuando había aterrizado en Warsarian, sabía que Elvarian era su hogar y las noches que pasó mirando hacia el cielo consolidaron aún más este hecho.

― No tengo idea de lo que haré ― confesó. ― Yo no sé nada
sobre poder o gobierno.

― Por eso Vernon envió asesores y la primera flota irá a ayudar a los militares a recordar quien está a cargo. Además, ya visité una gran cantidad de planetas para romper el hielo y restaurar el orden.

― No te irás, no importa qué tan caótico esto se vuelva, ¿Te quedarás a mi lado? ― ya sabía la respuesta pero necesitaba tener esas garantías.

Seokmin besó su frente. ― Esa es una pregunta que no necesitas hacer. Nunca te dejaré.

― ¿Por qué? He puesto tu vida al revés, eso no puede ser divertido. ― una parte de él todavía esperaba que Seokmin se cansara de él.

― He vivido mucho tiempo y tú haces mi vida interesante. Me encanta tu obstinación, tu actitud sin miedo y tu valor. Tú no huyes. Nunca.

Seokmin palmeó las vestiduras reales del pueblo Elvarian, estaban muy bien plegadas en la silla después de que se negó a usarlas, en el momento en que se confirmó su identidad, los líderes militares actuales enviaron las prendas de vestir. Después de que su general murio los líderes comenzaron a buscarlo y él no era tan tonto como para creer que eran fieles seguidores, su último Rey les mostró lo malo que podía ser un gobernante.

― No creo que un hombre deba gobernar un planeta. Mi padre era un hombre justo pero mi hermano era un tirano, por eso, los militares lo mataron. Quiero que las personas ayuden en mi gobierno. Yo quiero que tengan algo que decir.

― Eso es ambicioso ― Seokmin dijo frotándose la barbilla mientras pensaba en sus palabras.

― ¿Crees que es posible? ― no pudo evitar la incertidumbre en su voz, el hecho de que sabía lo que quería no significaba que eso fuera a suceder.

― Lo haremos posible.

Se inclinó y le dio un beso suave en los labios a su compañero. Los otros hombres en el puente de mando se quejaron pero no les importaba.

― Basta, ― dijo Chan mientras caminaba sobre el puente. Seokmin se apartó lentamente para mirar a su hermano, esa mirada podría haber asustado a algunos hombres pero o Chan no se dio cuenta o a él no le importaba. ― Buenas noticias, nuestro nuevo médico sobrevivió al viaje, fue un vuelo espacial de cinco días, pero tenemos que empezar poco a poco. Mientras él deje de mover mis suministros y tratar de hacerse cargo de mi ala y de respirar mi aire, él estará bien.

― ¿Respirar tu aire? ― preguntó Seokmin. ―Tú nunca has sido tacaño en el intercambio de aire.

Chan lo miró. ―Tú no lo conoces.

Seokmin rió pero se detuvo cuando los controles en su silla sonaron. ―Nos acercamos a Elvarian.

Su compañero giró un interruptor y una imagen del planeta apareció en la pantalla gigante, Elvarian era precioso con frondosos bosques y aguas azul profundo, los colores tenían intensos tonos vibrantes que hacían el mundo muy bonito. Este mundo había sido su casa y sería de nuevo su hogar, hizo una promesa a sí mismo cuando miraba Elvarian, él tendría la certeza de que haría lo correcto en este hermoso mundo.

― Yo no sé cómo gobernar.

Seokmin resopló. ― No te preocupes, estoy contigo. Además, quieres crear un tipo diferente de gobierno y esa es la decisión de un líder.

― Tengo demasiado miedo de ser un mal líder para el pueblo ― dijo. ― Además, no tengo buenos recuerdos de este lugar. ― así que cerró los ojos y suspiró. ― Pero no puedo dejar que el Consejo destruya este mundo, las personas que no tienen voz en sus vidas sufrirán y yo era una de esas personas, mi familia me controlaba y después, me vendieron. ― cerró los ojos ante el sonido de su voz amarga.

― No me gusta ese tono de auto―sacrificio, tú no estás solo. Yo nunca te dejaré y juntos vamos a cuidar de esto.

Le dio una sonrisa maliciosa. ― ¿Sabes que no hay una sala del trono?

Seokmin levantó una ceja. ― No, no lo sabía. ¿Te gusta este tipo de habitación?.

― No, no me gustan. Seongkwan me habló de la sala del trono de Vernon. A él le gusta estar encima del regazo de su Rey mientras que este sentado en el trono.

― Eso es más de lo que quería saber sobre la vida sexual de mi Rey. ― su compañero se acercó más. ― Tendremos que probarlo pero quiero que te inclines sobre él con tu trasero hacia arriba.

Se estremeció y luego asintió. ― Tal vez la silla de mando del puente funcionaría. ― no podía esperar para hacer realidad esta imagen. ― Puedo pedir a los hombres que abandonen el puente y hundirme en tu culo.

Chan suspiró recordándoles que él era todavía parte de la conversación, el médico vino y golpeó un par de botones, y la pantalla de vídeo se iluminó y más imágenes del planeta llenaron la pantalla. Le dio la mano a Seokmin mientras observaban a las personas celebrando en las calles, toda la población del planeta bailaba y reía, algunos hombres sostenían pancartas condenando al Consejo, mientras que algunos carteles eran de bienvenida para él, la celebración no era por él sino una celebración por estar libre del control del Consejo. Se pasó la mano sobre la marca de esclavo en el brazo.

― Estoy cansado de la tiranía ―  dijo, más para sí que para
cualquier otra persona.

― Tú no estás solo. Estoy aquí. Puedes confiar en mí. Confía... ― dijo Seokmin, ― Porque te amo.

Su labio inferior comenzó a temblar y en lugar de tratar de hablar, asintió, le resultaba difícil creer en las palabras de su compañero pero sabía que el Guerrero nunca lo dejaría, confiaba plenamente en las promesas de Seokmin.

Yo también te amo. ― susurró, su voz falló pero luchó por el control, no se convertiría en un caos emocional en este momento.

La sonrisa de Seokmin le dijo que sus palabras habían sido escuchadas, su compañero frotó su espalda y él adoró la muestra de apoyo, ellos tenían mucho que aprender sobre el gobierno de un planeta pero juntos podrían gestionarlo, eran un equipo que sobreviviría a todo lo que el universo les lanzara. El Guerrero acercó más a él y el calor de su compañero disipó la frialdad del pasado, el dolor, la tristeza y la decepción no importaban más, sólo su futuro con Seokmin importaba y juntos iban a sobrevivir.




FIN

6_ SeokHaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora