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Mierda.

¿Por qué estaba tan nervioso?

Osea si lo sabía pero prefería fingir demencia.. era más fácil que aceptar que estaba completamente enamorado de su profesor.

En fin.

Debía dejar de comerse las uñas mientras veía su celular tendido en el medio de su cama esperando tan dichosa llamada. Tal vez el profesor Jeon ya se había olvidado completamente de que le daría clases extra, o está ocupado en cosas más importantes.. si, no debió haberse hecho ilusiones tan rápido.

-¡Carajo! -saltó del susto que le generó el sonar de su celular. Con el corazón latiendo a mil se acercó a la pantalla y pudo ver qué le llamaba un número desconocido, curioso decidió contestar.- H-Hola?

-Hola -y sin tardar un segundo reconoció la voz de su profesor de matemática- Hadaway?

-S-si, soy yo profesor -se maldijo internamente por balbucear.

-Al fin, que alivio -dijo del otro lado de la línea el mayor dejando confundido al contrario.- Estoy como hace 20 minutos tratando de contactarte pero bueno al fin lo conseguí. ¿Dónde prefieres que te dé tus clases?

Claro que la respuesta ya la tenía, estuvo pensando en eso desde que proceso todo lo que paso en el salón hace horas.

-¿Puedo ir yo a su departamento?

-Claro, ya te paso la ubicación. Nos vemos, Hadaway.

Y sin más corto la llamada.

Ahora solo tendría que ponerse algo decente y salir en rumbo al hogar de su querido profesor una vez le llegara la ubicación. Todo estaría bien, ¿verdad? Solo sería una clase que le ayudaría en matemática, nada más. Su profesor siendo bueno con él, o más bien apiadándose de él, o solo teniéndole pena. Lo último no le parecería nada raro ya que seria como el resto de sus profesores del colegio. 

En fin.

Su celular volvió a vibrar pero esta vez en señal de que le había llegado un nuevo mensaje. Reviso, siendo el profesor Jeon que había mandado su ubicación. Así que se sacó su pijama para reemplazarlo por unos jeans negros más una remera holgada, luego se maquillo un poco como siempre y por ultimo guardo un cuaderno y un lápiz en su mochila. 

Listo físicamente pero no mentalmente para lo que estaba por suceder salió de su casa.

De suerte no era tan lejos, unos 15 minutos caminando aproximadamente. Se coloco sus auriculares y emprendió viaje.

Al ritmo de One Direction, su banda favorita, llego al edificio en el que vivía su amor platónico. Solo pudo tragar duro y caminar torpemente hacia el interior, encontrándose a su profesor enfrente de lo que parecía ser el elevador hablando muy sonriente con otro hombre de contextura más frágil y de cabellos rubios que parecían brillar hermosamente entre todos ahí.

Vio como este desconocido le acaricio la mejilla a Jungkook haciendo que el contrario se sonrojara mientras parecía decirle algo.

Okey.. al parecer llego en un mal momento.

Estaba a punto de darse la vuelta e irse, pues algo es su pecho se contrajo al ser espectador de tal momento pero esa voz lo detuvo.

-Luka!

Carajo.

Con sus manos temblando reforzó el agarre en los tirantes de su mochila, lo había llamado por su nombre. Levanto la mirada, viendo cómo Jeon se acercaba al trote hacia donde estaba el.

Maldijo en voz baja.

-H-Hola profesor. -saludo una vez que el contario llego a su encuentro sin poder evitar tartamudear, tratando de poner una sonrisa que no delatara lo nervioso que se encontraba.

-¿Desde hace cuanto estas ahí? Bueno, no importa. Ven vamos.

Y así de rápido como llego comenzó a caminar hacia el ascensor. Tardo unos segundos en reaccionar pero empezó a seguirlo.

-Adios Jimin -se despidio su profesor del hombre, que seguía en su lugar.

-Nos vemos más tarde, kookie. -y con una sonrisa, el que al parecer se llamaba Jimin, se fue mientras que ellos se adentraban en el ascensor.

Cuando las puertas se cerraron, un silencio los invadió. Las manos del menor no dejaban de sacudirse discretamente y el más alto solo miraba al frente con el semblante serio.

Miles de pensamientos cruzaron la mente de Luka pero todos esos fueron callados cuando el sonido de las puertas abriéndose se hizo presente. Vio como su profesor salió a paso tranquilo y el se quedó estático en su lugar preso del miedo.

Cuando Jungkook se dio cuenta que no lo seguía, se giró confundido hacia él.

-¿No vienes?

Y de un salto reaccionó y con las mejillas encendidas en rojo por la vergüenza, alcanzó a su profesor que sonreía.

-No estés nervioso, no te voy a comer.

Y el decidió creerle.


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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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YOURS || Jeon Jungkook x Male Reader ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora