Las gotas de agua recorrían tu cuerpo desnudo, siguiendo mi mirada en su danza sensual sobre tu piel clara erizandose sutilmente con el choque del agua, tus cabellos mojados pegados a tu rostro le agregan un toque elegante a las fracciones de tu rostro. Mi mirada traviesa va bajando a ciertos sectores de su cuerpo deseando tocar y dejar marcas en esos lugares, advirtiendo que eres solo mio y yo soy tuyo. Te giras sobre su hombro pasando el jabón sobre tu brazo, tu mirada choca con la mía, reflejando la lujuria que me causa verte en ese estado. Un sonrojo surca tu rostro, sin apartar tu mirada me dedicas una sonrisa traviesa y avergonzada desviando la mirada a un rincón del cuarto de baño. El vapor resalta el sonrojo de tu rostro incitandome a invadir tu espacio, devorar tus labios hasta quedarnos sin aire. Puedo notar tu cuerpo tensarse al oírme cerrar la puerta detrás mio, lo sabes y lo deseas tanto como yo, ambos anhelamos sentir el cuerpo del otro fundiendose en un apasionado abrazo lujurioso. Me das la espalda corriendo tu cabello a un lado mirándome con un brillo malicioso, dejando a la vista tu bien formado tracero incitandome al pecado de jugar con el y llenarte hasta quedar satisfechos.
Muichiro: que esperas allí parado? —dictas con un hilo de voz meciendo tus caderas provocandome— siento mi piel arder de tanto que me miras...
Obanai: tu provocas eso en mi, nubecita —suelto un suspiro despojandome de mi ropa ingresando a la ducha a tu lado— déjame lavar tu espalda.
Tomo el jabon de tu mano comenzando a pasarlo por tu cuello bajando por tu espalda, te oigo soltar un gemido disfrutando de mis caricias al limpiarte, llevo mi mano libre a su rostro girandote hacia mi uniendo nuestras bocas. Saboreo cada centímetro de tu cavidad disfrutando cada rincón. Acortó la distancia entre nosotros abrazando tu cintura apegandote a mi, toda cordura en mi se desvanece al oirte gemir cuando apretó tu trasero y nuestros miembros se rozan.
Sin separarme de tu boca, te levanto arriconandote contra la pared, tu enredas tus piernas al rededor de mi. Introduzco un dedo en tu interior preparándote adecuadamente, en un ritmo lento y tortuoso.
Muichiro: o-oba...hah... Obanai.. —gime, retorciéndose ante la tortuosa oleada de placer que le proporcionaba iguro—
Obanai: pidemelo, quiero oirte rogarme —susurra con voz ronca—
Muichiro: ha... Por...favor...ha... T-te lo ruego.. —suplicante enreda sus brazos detrás de la cabeza del pelinegro—
Adoro verte en esta posición tan vulnerable, pero aún no te concederé tu deseo mi nubecita, quiero jugar un poco mas contigo. Aprieto tus pezones, succionando y apretando, te oigo gemir más alto tirando tu cabeza hacia atrás. Bajando x tu pecho comienzo a masturbarte lentamente, entierras tus uñas en mi espalda avivando el fuego dentro de mi.
Muichiro —esconde su rostro en su pecho perdido en el éxtasis, su miembro pedía a gritos ser liberado—
Obanai —lo mira enternecido susurrándole en su oido— no te are sufrir más, solo aguarda y nos corremos juntos.
Uno nuestros labios, besándote con desesperación y cariño, entrando poco a poco en tu interior. Te oigo gemir con desesperación en cada estocada, sujetándote con firmeza de tus muslos te penetro más profundamente tocando tu punto dulce, oyendote gemir aún más alto pidiéndome más y más. Te corres sobre mi, al poco tiempo que te lleno por completo con mi semilla, mesclandose con el agua al caer por tus piernas. Ambos agitados por el éxtasis, disfrutando cada sensación entre nosotros. No hace falta decirnos nada para ver lo q sentimos el uno por el otro.
Obanai: recuerdo la primera vez q te vi llegar a mi vida.
Muichiro: estaba tan confundido conmigo mismo, sentía q algo faltaba dentro de mi así q intenté ocuparlo cazando demonios —sonrie con ojos brillantes— si no fuera x el regaño q me diste ese día, no hubiéramos llegado a este punto.
Obanai —asiente— el destino así lo decidió.
Muichiro: no me arrepiento de nada... En realidad, solo de una cosa.
Obanai: uhm, que es? —confundido y curioso—
Muichiro —hace puchero— le dije a kaburamaru lombriz de tierra blanca y q me quieres más a mi que a él.
Obanai —rie leve— tienen una forma peculiar de llevarse.
Muichiro: aún así lo quiero como a ti, pero los celos me ganan.
Obanai —lo besa, muichiro corresponde—
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Espero les allá gustado esta obra sobre nuestra bella parejita!
Gracias x el apoyo q le dieron a la obra, me divertí mucho con sus comentarios que me animaban a seguir estos capitulos hasta el final. Se los dedico con todo mi corazón.
Espero poder reencontrarnos en otra obra muy pronto! Muchas gracias! 🥰
FIN...
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