Tres

18 1 0
                                    

El inicio.

El sonido de una voz familiar sacó a Taehyung de su letargo. Parpadeó varias veces, la luz del sol golpeando sus ojos con fuerza. Para su decepción ya no estaba en la habitación del hospital. Estaba en su escritorio, con papeles y una taza de té frío frente a él.

—¡Taehyung! — La voz impaciente de Seok-Jin lo hizo girar la cabeza. Su hermano lo miraba con el ceño fruncido, sacudiéndolo ligeramente. —¿Qué demonios estabas haciendo? ¿Te quedaste dormido otra vez?

Taehyung parpadeó, aturdido. Su respiración era irregular, y su corazón latía con fuerza en su pecho. Miró a su alrededor, tratando de encontrar algún rastro de la habitación blanca o del chico rubio que lo había enfrentado con tanta valentía. Pero no había nada. Solo su oficina, su escritorio y la presencia insistente de su hermano.

—¿Qué…? — Murmuró, pasándose una mano por el cabello desordenado. —¿Dónde está…?

—¿Dónde está quién? — Preguntó Seok-Jin, confundido. —¿De qué hablas? Solo estabas aquí, durmiendo como una roca.

Taehyung no respondió de inmediato. Su mente seguía volviendo al rostro de Jimin, a su sonrisa cargada de sarcasmo y a la forma en que lo había desafiado sin miedo. Por un instante, sintió una punzada de decepción. Si solo había sido un sueño, ¿por qué se sentía tan real?

Finalmente, sacudió la cabeza, intentando recomponerse.

—Nada, olvídalo. — Se levantó lentamente, estirándose mientras miraba por la ventana. La luz del sol era cálida, pero no lograba disipar la sensación de vacío que se había instalado en su pecho. —Solo… tuve un sueño raro.

Seok-Jin lo observó con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Bueno, deja los sueños para después. Tienes cosas que hacer.

Taehyung asintió, pero su mente seguía perdida. Aunque sabía que no tenía sentido, no pudo evitar preguntarse: ¿Y si no fue solo un sueño? ¿Y si Jimin realmente existía, en algún lugar?

Seok-Jin suspiró mientras se alejaba del escritorio de su hermano menor, dándole un par de palmadas ligeras en el hombro.

—Ya basta de dormir ahí como un oso en invierno. Baja a desayunar algo decente y date una ducha, hueles como si hubieras peleado con un oso y perdido.

Taehyung no respondió de inmediato, sus ojos seguían fijos en el escritorio, como si aún intentara asimilar lo que acababa de soñar. Sin darse cuenta, murmuró un nombre que flotó en el aire de la habitación con un dejo de melancolía.

—Jimin...

Seok-Jin se detuvo en el marco de la puerta y levantó una ceja, su expresión cambiando de la impaciencia al humor en un instante.

—¿Jimin? ¿Así que ya encontraste inspiración eh, Romeo? — Bromeó, apoyándose casualmente contra el umbral, creyendo que su hermano habría conseguido alguna novia. —Suerte con tu novela épica de amor y drama. Pero no olvides bajar a desayunar, o terminarás escribiendo sobre hambruna.

Taehyung soltó una risa breve, sacudiendo la cabeza.

—Cállate, hermano. No es lo que piensas.

—Claro que no, claro que no — Replicó Seok-Jin con un tono sarcástico mientras desaparecía por el pasillo. —Pero igual, baja antes de que Namjoon se coma todo.

Cuando el sonido de los pasos de su hermano se desvaneció, Taehyung se quedó solo con el silencio y el eco de sus pensamientos. La burla ligera de Seok-Jin seguía flotando en su mente, pero, extrañamente, le ayudó a encender una chispa, haciendolo volver enseguida a su silla. Una idea brillante le cruzó la cabeza como un relámpago, y sus dedos se dirigieron de inmediato al teclado de su computadora.

Sus dedos comenzaron a moverse por el teclado, dudosos al principio, pero poco a poco ganando confianza.

—"Cuando dos vidas paralelas colisionan". — Murmuró para sí mismo mientras comenzaba a escribir frenéticamente, como si las palabras hubieran estado esperando ese momento para salir. —"Una silla de ruedas, una máscara de arrogancia... y un amor que desafía las barreras invisibles".

Taehyung se detuvo, releyendo lo que acababa de escribir. Había algo ahí, un inicio.

"Estaba allí, inmóvil bajo la lluvia, cada gota trazando caminos fríos sobre su piel, como si el tiempo mismo se hubiera detenido. Sus piernas, que alguna vez lo habían llevado a descubrir los rincones del mundo, ahora eran solo un eco doloroso de lo que fue. Pero en sus ojos no había resignación, sino una llama persistente: la esperanza de recuperar aquello que perdió, de volver a sentir el suelo bajo sus pies... y quizás, solo quizás, de encontrar un amor que lo abrazara, no a pesar de su condición, sino por todo que realmente era."

La historia empezaba a tomar forma con cada tecla que presionaba. Por primera vez en semanas, Taehyung sintió una energía renovada, como si todo lo que había buscado estuviera finalmente al alcance de sus manos.

Por primera vez en horas, una leve sonrisa apareció en sus labios.

—Quizá este sea el comienzo… — Murmuró, dejando el bolígrafo a un lado y observando la página con renovada determinación.

Taehyung se recargó en el respaldo de su silla, dejando escapar un suspiro de satisfacción al observar la pantalla de su computadora. No era mucho, apenas unas líneas iniciales, pero al menos ya tenía algo.

—Aún me falta el título. — Murmuró para sí mismo mientras se cruzaba de brazos, su mirada perdida en el monitor. —Pero al menos ya no estoy en blanco.

El rugido de su estómago lo trajo de vuelta a la realidad. Se llevó una mano al abdomen y dejó escapar una risa suave.

—Está bien, está bien, lo entendí. Hora de alimentarme.

Miró a su lado y vio la taza de té que había olvidado completamente. La tomó y, con una mueca al descubrir que estaba fría, decidió llevársela consigo de todas formas.

Antes de salir de la habitación, su reflejo en el espejo le recordó el estado desaliñado en el que estaba. Su cabello desordenado y el ligero rastro de sueño en su rostro no eran precisamente la imagen de alguien inspirado.

—Una ducha rápida no me matará. — Se dijo mientras dejaba la taza sobre el lavabo y comenzaba a abrir la llave del agua caliente.

El vapor llenó el baño rápidamente, y aunque solo estuvo bajo el agua unos minutos, fue suficiente para despejar su mente y revitalizarlo. Una vez vestido con ropa limpia, tomó la taza de té fría y salió de su habitación, dirigiéndose al comedor con una sonrisa ligera en el rostro.

El aroma del desayuno recién hecho por sus hermanos lo guió como un faro, y mientras bajaba las escaleras, se repetía mentalmente las ideas que tenía para su libro, ansioso por regresar a su escritorio después de comer.

Fairy tales 𓏲 vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora