Agua Salada

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      Soy Roxana Attaway, habitante del continente: un lugar de paz y brillo, de magia y prosperidad... o por los menos eso cuentan los antiguos que aún defienden su tierra.

La verdad es que nuestro hogar lleva algunos años cayendo en la decadencia, y al decir años me refiero a unos cuantos milenios en el pasado... más exactamente 4580 años. Nuestro reino calló en picada luego de la desaparición de la familia real en la Gran Guerra. 

En aquellos años, dicen los textos, que nuestro reino rebosaba de brillo y color, desde la corta del Sol hasta las islas de la Corte Ápeiron, rebosaban riqueza y magia. Los lores y lady's de la época cumplían a rajatabla las órdenes del rey; pero con la desaparición de este, su hermana, cuñado y prometida, el trono quedo vacío y los lores y lady's perdieron el control a largo plazo; por lo cual contamos actualmente con nuestros maravillosos Tres Gobernantes. Tres ancianos que lo único que han conseguido en más de 1500 años de gobierno dividido en Sur, Centro y Norte ha sido empobrecer nuestras ciudades y pueblos y conseguir que ellos y sus familias vivían como dioses. 

Nadie los ha visto en más de 1500 años, nadie excepto el capitán general de las tropas elementales... o eso dicen. Pero claro, como somos medio idiotas nos creemos el cuento de: los gobernantes están muy ocupados buscando a nuestros reyes, unos reyes ''necesitados'' que solo existen en un poema posiblemente inventado a base de esperanza. Entonces, si están tan ocupados, que le den el paso a alguien capacitado para gobernar ¡un continente! ... Ya, con qué cara le dices eso a los únicos conocidos portadores de magia fuerte. 

Lo bonito además de que el continente está en crisis, que tenemos a tres señores corruptos, que solo han sido vistos por una persona, 'buscando' a los reyes de la leyenda, es que aún hay personas que creen en la leyenda. O sea, llevan siglos cuidando el palacio como si esas personas que profecía dice que nacerán de la vida y de la muerte, fueran a aparecer en cualquier momento. 

Y en eso entro yo, Roxana, ciudadana de la ciudad principal y una de cientos de sirvientes del palacio real. Solo aceptaron a tres personas de mi generación, ya que tres de las ancianas decidieron partir; y entre esas tres chicas de entre 15 y 35 años, me eligieron a mí. De ese gran suceso han pasado dos años exactos y por ello me encuentro en un acantilado, descalza y con mi mejor amigo sonriéndole al aire.

 — ¿Qué estamos celebrando?− pregunta James riendo, dejando que sus rizos azabaches vuelen en el viento— ¿Tus 17 años o tu segundo aniversario a la entrada en el castillo? 

Suelto una carcajada al ver la cara de disgusto de Ruth completamente opuesta a la de su hermano. 

—¿Cuál es la necesidad de traer a Rox a su muerte absoluta? —pregunta la chica. 

—No seas aguafiestas−bufa, James—. Cuando cumplimos 17, padre nos aventó del acantilado y seguimos vivitos y coleando. —me guiña un ojo de forma cómplice y sonrío. 

—Pero tú no eres su padre, James−Ruth voltea los ojos diciendo lo más obvio—. Solo le llevas seis años. 

—Pero soy su modelo a seguir−dice con el pecho hinchado de orgullo y yo asiento estando de acuerdo como una niña pequeña.

 —Sonaste como un viejo− dice su hermana—Pero ya estoy viejo−se encorva y se toca la cadera como si le doliera horrores. 

—Ya. Un viejo de 23 años en un mundo de inmortales−se burla Ruth. 

 James sacude la cabeza con una sonrisa, y con una inclinación me señala la punta del acantilado. Ruth al darse cuenta de que simplemente nos íbamos a aventar al agua, resopla y vuelve a fijar la vista en el libro que tenía en su regazo.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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