El camino hacia ti [GoYuu] [Omegaverse]

~ Tierras lejanas.

༻ El camino hacía ti ༺

Abajo, con un aura amenazante e impaciente, Gojō esperaba la llegada de su esposa, en compañia de algunos guardias y la servidumbre.

~ Preparen todo, salgo en este mismo instante.

Ordenó aquel día una vez que supo donde estaba Itadori, necesitaba ir con él cuanto antes... así tuviera que mandar al carajō a todo mundo.

~ Pero señor, no puede abandonar el reino como si nada.

Debían tener preparativos para su ausencia y nombrar un representante, algo que habrían hecho con calma los días siguientes si Itadori no lo hubiera descubierto con Megumi.
Acudiendo ambos al pequeño reino como la pareja que supuestamente eran.

Pero ahora, cegado por la desesperación, a Gojō eso no le importaba.

~ ¿Te atreves a ponerme un "pero"?

Su mirada molesta se posó en el peli negro, quien sintió su cuerpo temblar.

~ No, no, señor, me disculpó.

Bajó la mirada.

~ Entonces obedece ahora mismo.

Señalo la puerta para que Yūta saliera y diera las instrucciones al resto, llegando así al momento actual.
Se le veía molesto y con cara de pocos amigos, esparciendo el miedo entre todos aquellos que no lo conocían como realmente era.

Y sólo unos minutos después de su llegada, un exaltado peli rosa aparecía.

— El emperador lo espera aquí adentro, majestad.— el asistente mencionó, abriendo lentamente la puerta para permitirle el paso.

Yūji trago con dificultad, sintiéndose extrañamente nervioso por ver a su Alpha.

Pero supo mantener la calma y acomodando sus ropas dio el primer paso al interior, donde el grupo lo esperaba.

— Salgan de aquí.— con una voz firme, el peli blanco saco a las personas de la habitación, ya que no tenían nada que hacer ahí.

Esperando unos segundos, hasta que la puerta fue sellada nuevamente.

— Satoru...— pronunció su nombre por lo bajo.— ¿Qué estás haciendo aquí?— sentía mucha curiosidad, aunque en el fondo tenía una vaga idea.

— ¿Dónde está el bastardo de Getō?— ignoró la pregunta del Omega, sólo para lanzar las suyas.

— Esta arriba, descansando en su habitación.— no mentía.

Una vez que el asistente se alejó de la alcoba, Itadori le pidió a Suguru volver a su habitación y esperar ahí hasta que todo pasará.

— ¿Cómo te atreves a salir del palacio sin avisar y completamente solo?— se acercó.— ¿Creías que sería suficiente con estar acompañado de un simple Alpha?— en sus ojos se veía la molestia.

— Yo no necesito decirte absolutamente todo lo que hago, además... ¿Tengo que recordarte la razón del por qué no mencione nada?— frunció el ceño, retrocediendo dos pasos.— Estoy seguro de que Getō podría protegerme, mucho mejor que cualquier otra persona.— confiaba demasiado en él.

— Sigues siendo mi esposa, tenemos una conversación pendiente.— tomó su brazo.— No puedo permitir que vayas por ahí, paseando libremente con otro Alpha mientras yo me quedo en casa pareciendo un desconsiderado contigo por dejarte solo.— habló.

Causando la risa del Omega.

— ¿Ahora si te preocupa?— se soltó del agarre, alejándose más.— Te lo digo una vez más, cuando vuelva al palacio te entregaré los papeles del divorcio, hasta entonces comportate como lo que eres, un emperador, y no un niño caprichoso que llora por perder un juguete.— sus palabras eran duras.— Este no es el lugar para hablar sobre ese tema.— lo último que deseaba eran rumores en tierras ajenas.