El camino hacia ti [GoYuu] [Omegaverse]

~ Negociaciones.

༻ El camino hacía ti ༺

Sentado en uno de los extremos de la mesa se hallaba un perturbado Alpha peli negro, quien, apenas escuchó lo que dijo el guardia, sintió el alma abandonar su cuerpo.

La hora del banquete había llegado y el emperador no aparecía por ningún lado, así que el líder de los Zeni'n pidió que fueran a buscarlo junto a su esposa, la emperatriz.
Sin embargo, se llevó una sorpresa al oír que Gojō experimentó su rut de forma repentina e Itadori le ayudaba.

Además, le pidió a Naoya que guardara silencio ya que Getō si se encontraba entre ellos.
Recordando que el peli rosa lo presentó como un amigo muy cercano, queriendo evitar problemas entre las familias, si es que Suguru abría la boca sobre lo que dijo Naoya del emperador.

— Lo siento, me gustaría retirarme en este momento.— se puso de pie, ofreciendo una reverencia.

Con el estómago revuelto y la mente hecha un lío, lo último que Suguru deseaba era pasar tiempo rodeado de gente extraña.

— Supongo que es lo más apropiado.— respondió el hombre.— Podemos organizar un nuevo banquete cuando el emperador y su esposa se encuentren en mejores condiciones.— respondió con seriedad.

— Con su permiso, señor Zeni'n.— dijo, antes de huir a toda prisa.

Se refugiaría en su habitación hasta que fuera el momento de volver a casa.

— Que desastre.— habló nuevamente.— Parece que Getō no soporto la idea de perder.— sonreía burlonamente.— Me pregunto qué pasaría si el emperador se entera que su esposa tiene una aventura con el mejor amigo.— soltó.

Antes de que su padre golpeara la mesa y se pusiera de pie.

— ¿De qué tonterias estas hablando?— preguntó, frunciendo el ceño.

— No son tonterías, padre.— le miró atento.— El día de ayer la emperatriz se encerró en sus aposentos con ese tipo y no salieron hasta que llegó el emperador.— explicó.— No lo viste, pero se le notaba muy nervioso cuando escucho que su esposo había llegado sin avisar.— sonreía, antes de darle una mordida al pan que tenía en la mano.

Aunque no estaba completamente seguro de lo que había sucedido adentro, dejaba todo a su imaginación.
Creando una escena falsa, sólo para alborotar las cosas a su alrededor, únicamente por encontrarse aburrido y deseoso de diversión.

— Será mejor que cierres la boca y no le menciones nada de esto a nadie... ¡¿Entendido?!— exclamó con fuerza.

— ¿Por qué razón no habría de hacerlo?— se molestó de igual forma, ya que no le permitía disfrutar del espectáculo.

— El emperador es una persona con un carácter muy fuerte.— lo conocía por por las fuertes disputas que tuvo con otros reinos durante la guerra.— ¿Sabes lo qué podría hacerle a una nación tan pequeña como la nuestra?— cuestionó.— Si abres la boca para acusar a su emperatriz de esa forma y sin pruebas puedes irte despidiendo de ser el próximo líder.— no pensaba arriesgarse.

— Tks.— chasqueó la lengua mientras desviaba la mirada.

— Lo que la emperatriz haga o deje de hacer con ese tipo no es asunto tuyo, así que deja de husmear en su vida privada.— ordenó, sabiendo que su hijo era una persona muy poco prudente.

— Si, si, ya oí.— no era tonto.

— Ya no tengo apetito.— dijo, arrojando su servilleta contra la mesa, antes de alejarse.

Con la cena arruinada, lo único que podían hacer era volver a la comodidad de sus habitaciones.

Sin embargo, había alguien que no pensaba de la misma forma.