El camino hacía ti [GoYuu] [Omegaverse]

~ Nacimiento.

༻ El camino hacía ti ༺

El día tan anhelado por fin llegó.

Siendo las cuatro de la mañana, entró en labor de parto levantando a todo el mundo de sus camas.
Mientras que Itadori gritaba de dolor al pujar con todas sus fuerzas, Gojō le ofrecía apoyo verbal a un lado, recibiendo el apretón de manos más salvaje de su vida... pero no lo culpaba, sabía que era un trabajo difícil.

— Lo estas haciendo bien, querido.— dijo, usando un tono tranquilo.

— ¡Lo estoy haciendo todo!— gritó, enterrando sus uñas en la piel ajena.

Incómodo, el médico guardaba silencio mientras esperaba recibir al cachorro del emperador.
A su alrededor, un pequeño grupo conformado por asistentes y servidumbre traía todo lo necesario para facilitar el trabajo del hombre.

— Un poco más, su majestad, ya puedo ver la cabeza.— pidió, tomando algunas toallas.

Y tomando una última bocanada de aire, el peli rosa logró pujar con fuerza, consiguiendo que su bebé saliera, sintiendo el aire del exterior por primera vez.
Permitiendo que todos los presentes escucharán su fuerte llanto.

— Lo hiciste, cariño, tuviste a nuestro hijo.— sus ojos se llenaron de lagrimas, acercando su rostro al de su esposa para besar sus temblorosos labios.— Nuestro bebé.— le susurró, permitiendo que el momento se llenará de alegría.

Mientras que el médico se aseguraba de revisarlo y limpiarlo un poco, antes de entregárselo a Satoru.

— En un varón, señor.— envuelto en una pequeña sábana, el cachorro clamaba por el calor de sus padres.— Todo un Alpha como usted.— podía saberlo gracias a la marca que tenía en el hombro.

Con algo de miedo el peli blanco lo recibió, dándose cuenta de algo.

— Es igualito a ti.— dijo mostrando una sonrisa, con cabellos blancos y ojos azules, Gojō no podía negar su paternidad.— Sólo espero que no tenga tu personalidad.— se echo a reír, deseando en lo más profundo que no fuera así.

Cuando un nuevo dolor se presentó en su parte baja, deteniendo abruptamente su diversión.

— ¿Qué sucede? — su cuerpo tembló inmediatamente al imaginar que algo no estaba bien.— ¿Te sientes bien?— su semblante palideció.

— Si, no fue nada.— creyó que era algo normal después de parir, hasta que una nueva contracción vino, esta vez más fuerte.— Ngh...— se quejó por lo bajo, sujetando las sábanas.

— ¿Doctor, qué está pasando?— miró al hombre, quien terminaba de tratar al peli rosa allá abajo.— Dígame por qué mi esposa siente dolor.— se puso de pie, aun con el niño en brazos.

— No puedo creerlo.— habló, sin apartar su vista del peli rosa.— ¡Traigan más toallas!— ordenó, preparando todo de nuevo.

— ¿A qué se refiere con eso?— pensaba acercarse, cuando los gritos de Itadori le hicieron parar en seco.

— ¡Satoru!— exclamó con fuerza, llamando por él.

— Aquí estoy, cielo.— volvió hacía él cuanto antes, sosteniendo a su cachorro con la mano izquierda, mientras que la otra tomaba la de su Omega.

Y sólo unos momentos después descubrieron de que se trataba todo eso.
Con un nuevo llanto, Gojō y Itadori recibían a su segundo bebé, un embarazo de gemelos que ninguno imaginó.

Desconcertados y sorprendidos, ambos se miraron guardando silencio.

— Es una hermosa niña, majestad.— poniéndola en sus brazos, el médico le hacía saber el segundo género.