࣪𓏲ּ ⌗ 𝗨𝗠𝗣𝗟 ˑ ִ ֶ | Max nunca necesito la ayuda de nadie para cuidar y criar a su hija Lily, sin embargo la ausencia de una madre en su vida era notoria, y no fue hasta que la niña empieza a buscarle una novia a su papá que eso se volvió un...
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La mirada de Max recorrió todo el lugar de punta a punta, acababa de bajar de su monoplaza luego de una exhausta clasificación en la que se habia llevado la pole, pero su hija no estaba por ningun lado. Por un momento se relajo pensando que estaría en el garaje con su niñera, así que dejo de pensar en ello y disfruto el festejo de su pole position.
Lo que no sabía Max, es que Lily, su hija, no estaba con la niñera, y mucho menos en el garaje del equipo, estaba dando vueltas por el paddock buscando a la chica perfecta para su papá. Pues esa mañana se levantó con la idea de que si su padre tenía una novia tal vez viviría menos enojado, y no es que fuera malo con ella, todo lo contrario, era el hombre más bueno que existiera en el mundo cuando compartía tiempo con su hija, pero solía ser muy estricto con ella. Y sin contar que también quería una mamá.
Jamás había conocido a la suya, según su papá una cigüeña la dejo en la puerta de su casa y cuando eso paso el estaba soltero y muy ocupado para buscar novia, esa era la explicacion que su padre la habia dado por años del porque no tenía una mamá, aunque Checo decia que es porque era aburrido y ninguna mujer lo querria asi.
Es por eso que ahí estaba Lily para solucionar la vida amorosa de su papá, buscando entre las mujeres del paddock a la indicada. Sin embargo su camino no duró mucho cuando se tropezó y cayó al suelo, sintiendo el dolor del raspón que se había formado en su rodilla para empezar a lagrimear y llorar.
Todos veían llorar a la niña pero nadie se acercaba, estaban demasiados ocupados en sus asuntos como para frenar todo por una niña llorando en el suelo. Todos menos una chica que se preocupaba demasiado por los demás, ella si tenía el corazón lo suficientemente lleno de amor como para pararse y preguntarle a la niña porque lloraba.
—Hey cariño ¿Que te paso? —le pregunto una voz suave frente a ella acariciando su cabello.
Lily paro un poco el llanto y levanto su vista encontrándose con unos lindos ojos celestes y una dulce sonrisa que la hizo parar de llorar.
—Me lastime la rodilla y quiero ir con mi papá. —sollozo la niña.
Los ojos de la chica se fueron directo a su rodilla lastimada para inspeccionar la herida y sonrió tranquila al saber que no era nada grave.
—No es nada grave, tienes suerte de que estuviera aquí, soy un hada sanadora. —dijo para ver si le sacaba una sonrisa a la niña que tenía intenciones de volver a llorar en cualquier momento.
Lily se rió divertida a lo que le había dicho.
—No existen las hadas sanadoras. —Corrigio. No era tonta, se había visto todas y cada una de las películas de Tinker Bell, sabía muy bien que ese tipo de hadas no existían.
