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minjeong estaba diciéndose lo estúpida que era cuando escuchó del otro lado un sonido parecido a una risa, y segundos después tenía a yu jimin apoyada sobre el marco de la puerta con una sonrisa.
—eres media tonta, lo sabías, ¿no?
minjeong se sonrojó asintiendo y pidiendo perdón, aunque se permitió sonreír levemente ante la risa angelical de la mayor.
—anda, pasa —se movió hacia un lado, y jeong no quiso emocionarse, pero jimin lucía un poco más amistosa que ayer.
—permiso —murmuró, entrando con la cabeza agachada.
desde la entrada visualizó la mesita que usaron hace menos de veinticuatro horas para dejar sus materiales, y su cara ardió en más vergüenza recordando todo lo que pasó ese día... dios mío, había avanzado mucho, ¿no?
—trabajaremos donde mismo —anunció la más alta y pronto ya tenía a la niña posando para ella.
estaban en silencio otra vez, de esos pesados y que hacían el corazón de minjeong oprimirse por algún motivo. aunque yu se veía concentrada pintando, frunciendo el ceño y pareciendo detallar cada cosa de ese lienzo.
—ugh —la vio refunfuñar, apretando los labios en un gesto molesto— esta maldita sombra no me sale —tiró el pincel sobre la mesa, aunque por la fuerza este salió volando, cayendo a la alfombra y manchándola de paso.
ahora jimin parecía tener los ojos rojos de rabia.
minjeong sabía que el arte podía llegar a ser estresante, así que solo se levantó, recogiendo el pincel y dejándolo de lado.
—si hervimos agua, le echamos jabón para platos y le pasamos con un trapo la mancha saldrá —habló sin ser consciente, muy ocupada analizando la alfombra. ella era artista, había tenido un montón de veces ese problema y claro que le encontró una solución.
jimin se sorprendió un poco ante sus palabras, no esperaba que minjeong supiera tanto. ¿aunque era obvio, no? todavía recuerda el retrato perfecto y casi realista que había hecho de ella.
—¿unnie? —conectaron sus ojos, minjeong levantándose del piso— ¿tienes hervidor?
esta asintió y juntas fueron a la cocina, jeong haciendo la mezcla con el jabón una vez el agua estuvo a la temperatura adecuada.
jimin no hizo más que mirar cada uno de sus movimientos, cuando volvieron al salón se agachó junto a minjeong pero fue esta quien pasó el trapo hasta dejar la alfombra como nueva.
—listo —terminó orgullosa, sonriente por haber limpiado un desastre de la chica que le gustaba.
chica que no se había separado y ahora tenía sus ojos fijos en sus labios.
