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Aunque no cruzaran palabra alguna, ya se había manifestado dentro de las mentes de Sanji y Zoro, una especie de atracción del uno hacia el otro. Cada vez que se topaban en los pasillos de la universidad; Cada cual intercambiaba una mirada o un gesto que exteriorizaba su interés. No vale la pena intentar encontrarle explicación razonable a este hecho. Se habían visto aquella vez en el teatro universitario, y eso había bastado.

En varias ocasiones, durante largo tiempo, Sanji se sentaba debajo de la sombra de un árbol para fumar un cigarrillo. Y desde la distancia sus curiosos ojos veían a zoro gozar entre sus amigos. Del mismo modo, a veces, Roronoa miraba a Vinsmoke caminar elegantemente por los pasillos de la biblioteca para buscar un libro. Un día en particular, Zoro yacía dormido entre uno de estos pasillos. A decir verdad, a él le parecía un lugar ideal para echarse una siesta debido a lo silencioso del sitio. Estaba recostado a la pared y fue visto por el rubio. Con el deseo de apreciar a Zoro más de cerca, Sanji se acercó un poco, y con cuidado asomó su cabeza para observarlo a través de un estante de libros.

Días después a este suceso, ellos no tardarían en conocerse. Pues, cierta tarde, después de clases. Luffy les propuso a Sanji, Robin y Nami, ir a un bar, y pasar el rato ahí . Él muy gentil se ofreció a pagar la cuenta y los chicos aceptaron.

-Hoy tocará mi hermano y su banda. Les propongo que vayamos todos. Yo pago los tragos- dijo Luffy con una sonrisa y muy emocionado.

-Me parece bien- respondió Sanji.

El bar aquel, era la cuna de bohemios artistas, poetas ricos, y jugadores de billar. Tenía un aspecto de antigua taberna francesa. En pocas palabras era un " Bistro". Sanji entró junto con sus amigos, andaba vestido con una camisa de lino color crema, y unos pantalones marrones muy sencillos.

Los cuatro se acomodaron en la mesa, misma que estaba justo frente a los músicos que tocaban. Sanji no tardaría mucho en tener su habitual cigarrillo en una mano y una copa de vino en la otra. Se sentía cómodo, extasiado y agradable. Pero al ver a Zoro subir a la tarima se puso más feliz.

-¡ Que guapo se ve ! - pensó en sus adentros, al verlo luciendo una blusa manga larga de color blanco que estaba remangada hasta los codos.

Zoro tomó su guitarra con sus brazos toscos y bronceados. Después notó que entre el público estaba Sanji. Por consiguiente sintió cierto gusto y sonrió disimuladamente. En sus adentros la tensión era palpable y sus corazones latían fuertemente. Al verse fijamente , ambos tenían la sensación de conocerse de años, aunque aún eran desconocidos. "Extraña y cercana conexión" así es como lo describió Vinsmoke.

Zoro tomó el micrófono sin despegar sus ojos verdes de la fisionomía de Sanji. Nami y Robin se percataron de este hecho y voltearon a ver al rubio con sorpresa, quien parecía cautivado por Roronoa. Sin más, el peliverde empezó a cantar y a tocar la guitarra. A su vez Franky empezó a tocar el piano, mientras que Ace seguía el ritmo con toques suaves en la batería. Law tocaba el bajo, haciendo de coro y segunda voz. Sanji estaba embelesado escuchando la grave voz de Roronoa. Por un momento su mente abandonó este mundo y todo su enfoque se centró en captar en su memoria cada gesto, parte y sonido que Zoro emitía. No se dio cuenta, de cuando culminó la presentación. Y luego de parpadear repetidamente, miró como toda la banda de chicos se unía a su mesa para empezar a parlotear y reír.

-¡Estuvo increíble, Ace!- exclamó Luffy abriendo los brazos para abrazar a su hermano.

Ace correspondió al gesto, haciendo lo propio.

-Desde que tocaba en la cochera, te gustaba esta banda de perdedores. Pero gracias enano.- contestó Ace revolviendo el cabello de Luffy.

-Pueden sentarse. Si quieren- comentó Robin cruzando las piernas.

-Pues gracias por la invitación- agradeció Franky tomando asiento.

-Pediré más licor y cigarrillos- dijo Nami llamando al camarero con señas.

-Estoy de acuerdo. Yo pagaré- agregó Law sacando su billetera.

-No será necesario. Yo corro con la cuenta- dispuso Zoro.

-Yo puedo invitar a los cigarrillos- dijo el rubio tímidamente, sintiendo vergüenza por la presencia de Roronoa.

Todos se le quedaron viendo en silencio por un instante. El rubio astutamente, resolvió sacarse una cajetilla de cigarrillos de su bolsillo para después ponerla encima de la mesa. Roronoa fijó su vista en él, y tomó uno.

Las horas pasaron y la divertida tertulia se extendió hasta tarde en la madrugada. Entre las cervezas, el licor y el humo de los cigarrillos, todos reían a carcajadas rodeando aquella circular mesa. Nami contaba sus decepciones románticas como chistes. Robin parecía con cada trago abrirse más y más. Law hablaba de temas filosóficos y extraños. Franky escuchaba sin parar de reír. Zoro veía como todos poco a poco se iban embriagando( menos él). Pero, en un punto se dio cuenta, que Sanji se entregaba por completo en cada momento. Y que además, era un poco loco y muy genuino.

- A ver Sanji ¿Cómo sería tu hombre ideal?- preguntó Nami con una actitud juguetona.

Sanji miró a Robin.

-Por favor, Robin. Ayúdame- respondió Sanji con ironía.

-No contestes si te hace sentir incómodo, amor- aconsejó Robin con calma terminando de tomar su cerveza.

Sanji se animó a contestar tras darle una profunda calada a su cigarrillo. El alzó una ceja con sensualidad y astutamente describiría a Roronoa.

-Esta bien. Pues me gustan altos, guapos, fuertes y por supuesto con mucha pasta...

Tras decir lo último, Vinsmoke ríe a carcajadas, a la vez que, seguía sosteniendo el cigarrillo en su mano izquierda. Luego, posó sus grandes ojos azules en el rostro del peliverde, puesto que, deseaba ver su reacción...

Al pasar un rato, Ace se marchó junto con Luffy, Nami y Law en su auto. Todos ellos aprovecharon el "aventón" del pelinegro para regresar a sus respectivas casas. Franky y Robin prefirieron irse antes, con el propósito de charlar en privado. Sanji optó por quedarse y Zoro decidió hacerle compañía.

- Vinsmoke, ya que...

-Por favor, dígame Sanji, así estaría bien- interrumpió el rubio.

-Esta bien. Sanji, ya que respondes a cualquier pregunta indiscreta. Te haré una- advirtió Zoro tomando su último trago.

-¿Cuál es?- cuestionó Sanji curioso apagando su cigarrillo.

El peliverde dudó por un momento, se retractó, respiró profundo. Sin embargo al final, se armó de valor e hizo la pregunta.

-¿Serias capaz de ir al apartamento de un tipo que acabas de conocer?.

El rubio quedó sin palabras. Cerró los ojos y sonrió con picardía, ya que entendía que esto, no era en sí una pregunta, sino una discreta y muy ingeniosa invitación.

-Si el sujeto me interesa, entonces, creo que la respuesta sería afirmativa.

Roronoa entrecerró los ojos con sospecha, levantó el mentón, apretó los labios, y dijo:

-Mi apartamento esta cerca de aquí. Quizás tu, quieras...

-Me encantaría conocerlo, Roronoa.

-Dime Zoro. Por mi también estaría bien.

El peliverde sonrió levemente y estiró su mano para ofrecérsela al rubio. Mismo que la tomó sin pensarlo mucho.

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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