MASOCHISTIC | billy loomis and stu macher

iv. really?

Scar se encontró en un momento de plena indignación cuando el teléfono de su hogar sonó anunciando una llamada que interrumpió su paz. Suspiró mirando las burbujas sobre su piel desnuda y movió su pie que bailó en el agua caliente de la bañera dentro del baño iluminado por velas aromáticas. Se hundió aguantando la respiración, buscando ignorar el ruido que la fastidiaba.

Sintió una gran satisfacción cuando todo su cuerpo se mojó, relajándose al sentir su rostro ser acariciado suavemente por las burbujas de aire que se pegaban a ella. Emergió de nuevo a la superficie, una mueca creándose en sus labios al notar que la insistencia no había cesado aún ante su nula atención.

Apoyó sus manos a los lados de la bañera y se levantó de su lugar, escuchando el agua escurrir por su figura hasta caer de nuevo dentro de la tina. Tanteo contra la pared a un lado, buscando su bata rosada, al encontrarla sonrió satisfecha y se envolvió en la misma, saliendo para secar sus pies en la alfombra y sin ponerse un calzado, salió del cuarto con intenciones de atender el llamado de quién sea que quisiese molestar su paz aquella noche.

— Hey. — Saludo perezosamente sin ningún interés, paseando su vista por sus uñas.

— ¡Amor, Dios Santo! Te llamé quinientas veces. —  Tatum se quejó del otro lado. — Hubieron problemas, Sydney fue atacada por ese asesino del que hablamos, ven a la comisaría. Está asustada. — Dijo golpeando el teléfono con sus uñas.

— ¿Atacada? — El desconcierto fue notorio. — Pero si no he salido de mi casa hoy.

— Scarlett…

— Es broma, es broma… — Se rió levemente ante la voz tensa de la rubia. — Llegó en unos minutos. — Informó cortando la llamada antes de que ella le contestara. — En qué estaba pensando. — Mordió su labio negando.

Rápidamente borró sus pensamientos y subió la escalera hacia su habitación para poder vestirse y salir en dirección a la comisaría, donde se suponía que se encontraban Sydney y Tatum.

Se miró al espejo estando completamente satisfecha con su reflejo. Acomodó sus senos para que se vieran mejor en aquella blusa de tirantes color azul, y una media vuelta sobre su lugar le bastó para comprobar el corto de su falda negra, mostrando lo suficiente, pero sin mostrar nada que no quisiese.
Scarlett no tardó mucho en llegar a la comisaría, esquivando a los medios de comunicación que rodeaban la entrada. Por un momento se sintió una celebridad al tener los ojos de todos sobre ella, pero ignoró el sentimiento mientras ingresaba al lugar. Elevó una de sus cejas cuando el silencio se volvió asfixiante y las miradas pesaron sobre su figura.

— ¿Qué? — Preguntó en una mueca confusa.

— ¡Sigan con su trabajo! — Un hombre algo robusto ordenó y luego de algunos segundos sus órdenes fueron acotadas.

Suspiró mirando a Sydney a lo lejos, y no tardó en llegar junto a ella dejando un beso en su mejilla para luego apoyar sus manos en el respaldo de la silla en la que la castaña reposaba. Intercalo sus piernas poniendo su peso en sus manos mientras que observaba aburrida toda la escena. Su rostro se levantó y giró levemente en su lugar cuando Billy fue sacado de un cuarto, gritando que él no había hecho nada.

Ladeo su rostro viendo como lo llevaban, y los ojos del chico buscaron conectarse con los suyos, para luego escanearla completamente, frenando en la falda que cubría apenas sus muslos. Scarlett le dio una sonrisa burlona ante su situación, y segundos después, él ya no estaba en su campo de visión.
Sintió que una mano se posaba sobre su espalda baja y sus ojos se encontraron con la rubia, quién la saludó levemente.

— Estas preciosa. — Comentó levemente. — Syd, — Se agachó abrazando a la chica de cabellos castaños. — te sacaremos de aquí.

— Es más seguro que vayamos a tu casa. — Dijo la pelinegra mirando de reojo al hermano de la chica, para luego volver su atención al dúo frente a ella. — No sé qué tan bueno sea estar las tres solas en mi casa.

— Mansión.

— Casa. — Se río de su comentario.

— Oye, Dewey. — Tatum llamó la atención de su hermano, el cuál se encontraba hablando con el que parecía ser algo así como su jefe. — ¿Podemos irnos?

— Tengo sueño.

— Esperen un segundo. — Las interrumpió con un gesto.

— Maldita sea, Dewey.

El castaño con la placa en su pecho se movió indignado hacia su hermana, siendo analizado bajo la mirada divertida de Scarlett.

— ¿Qué te dijo mamá? Cuando use esta placa tratame como un Oficial.

— Por favor, Oficial Dewey. — Ante sus palabras burlonas sólo consiguió una mala mirada por parte del varón.

— Lo lamento, Oficial Dewey, pero queremos irnos ya. ¿Sí? — Tatum comenzó a agarrar las cosas de Sydney y las tres se dirigieron hacia el chico. Golpeó la gorra marrón contra su pecho mientras sostenía la mano de Scarlett.

— Sacalas por atrás para evitar todo ese circo. — Le sugirió el hombre y no tardaron en hacerle caso, avanzando mientras que las risas y silbidos se oían de fondo.

Tatum se quejó soltándose del agarre de su hermano, y Scar sonrió levemente cuándo Dewey giró para mirarla y tomarla de su antebrazo.

— ¿Qué crees que haces?

— ¿Ahora te molesta que te tome? — Cuestionó y la mujer solo atinó a girar los ojos, liberando su antebrazo y acelerando sus pasos hasta llegar junto a sus amigas.

La puerta se abrió y ambas chicas no tardaron en salir, pero Scarlett fue tomada de la mano unos segundos antes de poder imitar sus acciones.

— Una minifalda, ¿es en serio? — Dewey preguntó.

— ¿Para venir a la comisaría? — Volvió a preguntar mientras trataba de acercarse a ella, pero Scarlett seguía enojada después de aquella vez en la que se habían visto y Dewey la había dejado por una emergencia de trabajo, por lo que se alejó.

— ¿Te importa? — Miró los dedos enroscados en su mano y luego tiró de sí misma, alejándose y saliendo. Oyó el suspiró pesado del castaño, mismo que no tardó en salir luego de que ella lo hiciera.

— Quédense ahí, no hagan ningún tipo de ruido.

Les indico y se alejó de ella en cuestión de segundos.
Scarlett envolvió sus brazos sobre la figura delgada de Sydney, abrazándola mientras que esperaban que Dewey volviera. Su rostro dejó de estar hundido en el hombro de Syd cuando escuchó tacones tintinear en la acera. Alzó su vista viendo a la mujer que había visto en su colegio la vez pasada.

— ¡Sydney!

— Hola. Que noche. — Comentó. — ¿Qué pasó? ¿Estás bien? — No tardó en elevar su brazo, acercando su micrófono al rostro de la castaña en un gesto invasivo.

— Ella no dará entrevistas. — Tatum corrió el micrófono a un lado y Scarlett se enderezó mirando a la periodista.

— ¿Puedes dejarnos en paz? Eres un maldito grano en el trasero.

— No, déjenla. — Sydney las frenó. — Ella está haciendo su trabajo.

La mujer sonrió ante su comprensión. — Así es.

— ¿Y cómo va el libro?

— Creo que saldrá este año. — Sonrió llena de orgullo y Scarlett hizo una mueca.

Sydney asintió llena de ironía. — Iré a comprarlo.

Su amiga se dio la media vuelta para irse, y ellas no tuvieron otra opción que seguir sus pasos.

— Te enviaré una copia.

Scarlett dejó salir una carcajada cuando la mujer cayó hacia atrás a causa del puño de Sydney estrellándose de lleno contra su rostro.

— Perra. — Soltó aún con sus ojos sobre ella, negó levemente y luego se dio la vuelta siguiendo a Tatum y Sydney. — Maldita perra.