Capitulo 1.
"Había una leyenda, una que relataba las increíbles hazañas de un hombre que, apesar de las adversidades se volvió un héroe".
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Ojos azules miraron con calma a la luna en lo alto del cielo.
"Prometo ser un verdadero héroe".
La luna y estrellas se reflejaron en esos grandes orbes zafiro.
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El sol iluminó todo de bajo suyo.
Un hombre con máscara corrió a gran velocidad por las calles empujando a cualquiera en su pasó.
Girando su cabeza hacia atrás pudo ver qué nadie lo perseguía.
"Ja, ese mocoso se rindió", pareciendo muy confiado, giro en una esquina para irse a su escondite, pero lo que no esperó fue una poderosa patada doble que se enterró de lleno en su rostro.
El cuerpo del hombre cayó al suelo con un sonido sordo.
Aterrizando en su dos pies, un adolescente rubio de ojos azules miro con una gran sonrisa al hombre en el suelo.
"Que tal?, pensaste que me rendiría?", el chico se cruzó de brazos, al mismo tiempo que ponía su pie izquierdo sobre la espalda del hombre inconsciente.
No tardó mucho cuando una patrulla de policía apareció.
"Aquí está está el ladron señor oficial", el chico levanto del cuello al hombre que había dejado inconsciente.
"Muchas gracias, se escondió por varios callejones, por un minuto creí que lo perdería, pero luego apareciste tu, fuiste de mucha ayuda", el agente de policía felicitó al adolescente.
"No hay nada que agradecer, solo hice lo que creí correcto", el rubio negó con su mano, pero antes de que algo más pasá, el bolsillo del pantalón del chico comenzó a emanar ruido.
Los ojos azules se abrieron como platós.
"Mierda, llegó tarde a la escuela", sin espera nada, el adolescente dió media vuelta y se alejó corriendo a una velocidad vertiginosa.
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"Ya es la cuarta vez en esta semana que llega cuarenta minutos tarde", un hombre con canas y arrugas en el rostro miro con severidad al adolescente rubio.
"Hubo un problema, no pude evitarlo", el chico dijo pero parecía algo cohibido.
"Oh, ¿Enserio?, al igual que ayer que había un gato atrapado en un árbol y tuviste que bajarlo?", el anciano se cruzó de brazos.
Dejando salir un suspiro cansado, el hombre relajo su expresión.
"Mira, se que tienes buenas intenciones, pero... Ten los pies en suelo, eres un hombre, no intentes volar demaciado cerca del sol, aún eres joven y soñar no está mal, pero hay que ser realistas, nosotros no tenemos la virtud de escoger lo que queremos hacer", el hombre puso su mano derecha sobre el hombro del rubio.
"Por favor Naruto, piensa un poco en lo que te dije", y con eso, el anciano se fue.
Con la mirada fija en el suelo, el ojiazul apretó con fuerza sus puños.
