capitulo único

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Wei Wuxian y Lan Wangji caminaban tranquilamente por los caminos sinuosos de las montañas, el sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, bañando el mundo con una luz dorada y suave y poco apoc sumiendo en la noche y la amable compañía de la luna. No había nada más que la tranquilidad de sus pasos y el sonido de sus ropas ondeando con la brisa. Wei Wuxian, como siempre, estaba lleno de una energía inquieta, tarareando alguna melodía mientras lanzaba de vez en cuando una mirada traviesa hacia Lan Wangji, esperando una reacción, una sonrisa, o incluso un suspiro.

Lan Wangji, por su parte, se mantenía tan sereno como siempre, con su expresión inmutable. Pero Wei Wuxian sabía que bajo esa serenidad había una cálida atención, un cuidado constante, un amor silencioso que hablaba a través de los pequeños gestos, como el modo en que sus dedos rozaban los suyos cuando pensaba que no se daba cuenta. Ese simple toque le bastaba, a veces, para sentirse completo como si nada más importara, como si solo fueran ellos dos contra el mundo y todo lo que implicaba.

Sin embargo, esa paz fue interrumpida cuando escucharon gritos en la distancia. Wei Wuxian se detuvo, alzando la mano. —¿Escuchaste eso, Lan Zhan?— preguntó, sus ojos brillando con interés, la curiosidad innata llamándolo a investigar lo que sea que sucediera.

Lan Wangji asintió levemente. —Probablemente sea una caza nocturna—, dijo con su calma habitual apenas notando el lugar donde se encontraban, su expresión de piedra endurecida al darse cuenta.

Sin embargo, ambos se dirigieron rápidamente hacia el origen del ruido. No pasó mucho tiempo antes de que los sonidos de lucha se hicieran más claros: el choque del metal, los gritos de esfuerzo y de comando, y el rugido feroz de cadáveres que se abalanzaban con violencia.

Al salir de la espesura del bosque, se encontraron con un grupo de discípulos de la Secta Jiang, rodeados por varios cadáveres feroces. Unos gouls de agua oscilaban a las orillas del lago mezclándose entre los cuerpos de los cadáveres, lanzándose en todas direcciones, y el aire estaba cargado de resentimiento oscuro. Wei Wuxian sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho. Algo en esa escena le recordaba demasiado a las batallas que había librado en el pasado un pesado sentimiento de incomodad se instalaba en su pecho.

Sin pensarlo, dio un paso adelante, levantando la mano para invocar su flauta Chenqing. Sin embargo, antes de que pudiera tocar una sola nota, un joven discípulo de la Secta Jiang se volvió hacia él con una expresión que parecía en conflicto entre la irritación y la impaciencia en el rostro. —No se molesten, Hanguang-Jun, Yiling Laozu,— dijo con un desdén casi imperceptible en su voz. —Esto es solo un entrenamiento. No necesitamos su ayuda.— Las palabras rudas, fueron dichas sin mucha ceremonia, causando molestia a Lan Wangji

Wei Wuxian se quedó inmóvil por un segundo, su mano aún en el aire. Luego bajó la flauta, con una sonrisa que no llegó a sus ojos. —¿Un entrenamiento, dices? Me parece que no están haciéndolo muy bien si se ven tan agotados por manejar a unos cuantos gouls y cadáveres. —

El discípulo rió entre dientes, pero no hubo amabilidad en su risa. —No tiene nada que ver con ustedes, ¿verdad? Los discípulos mayores y el líder de secta están observando. No se preocupen, lo tenemos bajo control. —

Wei Wuxian alzó una ceja, claramente divertido, pero también algo irritado. —Oh, ¿de veras? Entonces me quedaré aquí y disfrutaré del espectáculo. —

Lan Wangji, a su lado, observaba en silencio, pero su ceño ligeramente fruncido revelaba una preocupación latente. Sin embargo, si Wei Wuxian no iba a intervenir, él tampoco lo haría.

Los discípulos continuaron su lucha, demostrando destreza y coordinación bajo la presión de los cadáveres feroces, quienes se movían con una velocidad implacable, pronto lidiaron con los gouls y solo quedaban algunos cadáveres. Sin embargo, justo cuando parecía que la situación estaba bajo control, más cadáveres comenzaron a emerger de la espesura del bosque, sus ojos brillando con un odio frío.

Sentimientos complicadosWhere stories live. Discover now