II

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Probablemente todos nosotros estamos en algún lugar del mundo leyendo esto, con cierto desapego a la vida y cierto cansancio leyendo esto con un poco de tranquilidad, la que tanto buscamos, bueno, también cualquier cosa que respire o se mueva en el novaverso se siente así. Inclusive un dios.
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Se sentía raro esa mañana, un día antes tuvo su primer encuentro con su "deidad", la que le iluminó su camino y lo iluminará más adelante, o eso supone. Se sentía algo desanimado, pues creía que solo fue obra de su imaginación, un delirio de la soledad misma que se a impregnado en su cuerpo con el tiempo, ¿de verdad estaba tan mal?

Así mismo se preguntaba si alguna vez eso hubiera pasado en realidad, hasta que llegó a la conclusión de que solo fue un reproche de su conciencia en no rendirse tan fácil, no dejar todo por lo que a luchado a medias.

Secándose la lágrima que recorría su mejilla, se dispuso a iniciar un nuevo día tratando de capturar unos cuantos gnomos del bosque y estudiarlos por quinta vez.

Todo iba común, correr por ahí, por allá, por abajo, por doquier por unos estúpidos y escurridizos gnomos que ya lo tenían harto.

Eso hasta que sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, como si alguien le pasara el dedo por la espalda en manera de masaje bastante frío y tétrico.

Se estremeció tanto que tuvo que agacharse y hacerse en una pequeña bolita por el escalofrío
Mientras miraba a todos lados tratando de buscar a quien le jugo con su espalda, sin embargo no vio a nadie en es parte tan perdida del bosque.

Mientras caminaba más tarde y llegaba a su cabaña, sintió un susurro en su oído que era más como su misma conciencia, el instintivamente puso su mano en su oreja, con miedo a la locura, decidió que ese día sería llamado el más raro de su vida, o eso cree.

Al llegar a la cabaña perdida en el verde y suave de los árboles a causa de la primavera, concluyó que todo sería más difícil, ya que su cabeza está empezando a perder sentido de quien es y que hace ahí.

Se sentó desanimado en su sofá, con ojeras que dejaban ver lo cansado que estaba y su calma poco normal que dejaba ver lo deprimido que sentía hasta ese punto, vamos ford, ¿no crees que te lo mereces?.

Tal vez la aparición de ese ser el día anterior lo dejo marcado, de verdad quería que fuese real, que lo animase como lo hizo, que le dijera que es listo y lo ayudara a revelar los secretos del mundo. Aquella deidad que sólo apareció una vez hasta ese punto O........

--si que te vez mal, sixer, si quieres mi ayuda solo pidemela--era el......

El al levantarse se dio cuenta que no se encontraba en su sofá descansando, si no que más bien estaba en el plano astral de aquella deidad de un solo ojo, aquella que el día anterior lo reconoció como un ser inteligente, importante y único.

--¿Eres tu?---dijo emocionado el mortal--de verdad eres real.

--oh--mencióno el triángulo amarillo adelante de el--claro que soy real, si no estuviera hablando contigo ahora. Tontito --dejo caer las palabras, con calma e ironía en su voz.

Ford le parecía algo rato aquel ser, sin embargo también encantador, alguien que si fuese delirio, o no, sería de ciertamanera encantador.

Era una criatura, no, el era un dios de un solo ojo y triangular que brillaba como las estrellas tenues cada vez que hablaba con su tranquila, ironica y divertida voz. Tenía un listón oscuro que hacía resaltar los recuadros de su cuerpo y los más destacable en el ser divino, su sombrero de copa.

--Entonces no eres creación de mi soledad y delirio como trastornado--dijo con emoción el ojiazul.

Este último comentario hizo reír al semidiós, estallando en carcajadas y hechandose hacia atrás recargando su delgada y oscura mano en el bastón que invoco apenas en un parpadeo.

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⏰ Última actualización: Sep 08 ⏰

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