La mañana se elevaba con los rayos del núcleo impactando sobre las entrañas del mundo. Me hice a la luz de manera progresiva. El hecho de pensar en mi realidad me impedía levantarme.
No quería ser consciente de que día era hoy en realidad. No quería considerar que cumpliría hoy la mayoría de edad. Se supone que debería estar contenta porque al fin sería responsable de mi misma. No obstante , yo lo veía como un suplicio.Me metí entre los edredones de mi cama de aire. Me elevaba unos palmos del suelo por las bombas hidrogenas de viento. Siempre había amado la sensación de estar volando. Se sentía como ser un pájaro y no tener que rendir cuentas a nadie. La tranquilidad duró poco por desgracia , ya que , apareció mi madre. Mi madre no era nada más ni nada menos que la reina del reino del aire. A los ojos del reino una reina bondadosa y sonriente , a mis ojos la persona más perversa que había conocido en toda mi vida. Me costaba creer que fuésemos de la misma sangre.
De repente , sentí una caída brusca que me hizo doler todo el cuerpo. La puerta del dormitorio se abrió bruscamente y mis mantas fueron arrebatadas a tirones mientras una familiar voz me hablaba.
– Leva Vento Tramontana! Levanta ahora mismo de la cama ! — chilló ella — A estas alturas ya tendrías que estar vestida y haciendo los cánticos en la santidad del templo! Además estás gastando todo el aire de hidrógeno de la ciudad con tanto dormir! Te doy diez minutos para llegar al desayuno o llamaré a tu maestra de defensa volátil !— sentenció.
– Ni siquiera quiero ir a esa congregación de presentación de príncipes del reino . ¿ Porque no lleváis a Leora en vez de a mi? — pregunté mosqueada.
Mi madre me miró con una cara que agudizaba un odio profundo. Sus pupilas eran negras a punto de traspasar mi alma . Eran como un pozo negro sin fondo ni vida. Se veía igual de hermosa que siempre. Sus labios estaban prietos en una línea fina de enfado. Su frente se fruncía y su larga melena negra quedaba suelta hasta la cintura. Una de sus manos estaba en su cadera , mientras que , su otra mano estaba señalándome con rabia.
– Mira pequeña mocosa — suspiró antes de seguir — Leora no tiene más que catorce años. La hermana mayor de las dos eres tú , y sin duda , eres la menos talentosa y agraciada de las dos. Sin embargo, tú padre es el rey y insiste en que debes gobernar el reino por algún motivo. Creo que hago bastante esfuerzo tratando contigo cada día de mi vida , así que , no vuelvas a meter a Leora en esto. Cumple tu deber como todos nosotros con el reino , niña insolente. — respondió amenazante Atalía.
La mujer desapareció por la puerta con pasos firmes. Leva tenía un nudo en la garganta y muchas ganas de llorar. No entendía el destino que le había tocado en esta vida. Cada día , le preguntaba a Dios el porqué de sus decisiones con ella. Era un reto levantarse y seguir con esa vida de encierro y maltrato. Su hermana iba a ser siempre el ojito derecho de su madre. Ella quería complacer a sus padres y que se sintieran orgullosos de ella. Sin embargo , nunca nada era suficiente. Todo lo que hacía según su criterio , era algo mediocre y mejorable ante sus ojos.
Me levanté para ver que el tatami estaba algo sucio en esos momentos. Me fui directa a los armarios para ponerme lo primero que encontrase. Tampoco es que hubiese una gran variedad de ropa. Todo lo que llevábamos en palacio era azul porque éramos los hijos del reino del viento. Agarré un kimono azul con blanco y dibujos de flores en los bordados. Me hice una trenza en el cabello y me puse unas chanclas oppari getta.
Me miré en el reflejo del espejo. Esos ojos eran normativamente azules. Mi padre los tenía más azul grisáceo. Mi madre tenía esos ojos negros que me provocaban pesadillas. Siempre me habían dicho que eran unos ojos provenientes de mis antepasados del pueblo de Akuritia. No acababa de creer en aquella historia porque no había encontrado familia allí. Ni siquiera se habían presentado nunca en palacio.
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CRÓNICAS DE AUDE
FantasyEl mundo terrenal no conoce de nuestro reino. Más allá de la existencia de la tierra , debajo de la corteza terrestre , existe un paraíso. Un lugar habitado por los cuatro reinos de la magia : Aude , Solían , Oxiden y Imnis . Los cuatros reinos han...