✝𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 𝐅𝐥𝐚𝐦𝐞✝ | 𝑴𝒊𝒈𝒖𝒆𝒍 𝑶❜𝒉𝒂𝒓𝒂 ''ᴴᵃˡˡᵒʷᵉᵉⁿ ᵀʰʳᵉᵉˢʰᵒᵗ

2.El baile de los condenados

31 Octubre; All Hallows'eve.

Víspera de Halloween, la noche de las brujas; Una fiesta pagana en la que se ocultan las verdaderas intenciones de un espíritu desolado, donde la oscuridad se disfraza de diversión, un terreno fértil para las tentaciones más peligrosas.

Para los niños; una de las mejores festividades del año, destruyendo su dentadura con todos dulces que deseen sin supervisión de sus padres negligentes, ya puedo imaginar sus voces chillonas listas para maldecirnos por darles frutas en vez de dulces caros mi cabeza duele. En la vida de los adultos y jóvenes; una oportunidad de evocar a los muertos en el culto demoníaco del éxtasis y alcohol, calles vacías de algún responsable, clubes y bares llenos, vandalización con papel higiénico colgado o grafitis con el nombre de la persona a la que aman o aborrecen.

Rituales, cultos, santería, obra negra y esa clase de blasfemias que la iglesia alguna vez castigó; sigh. Será un día pesado.

Miguel había pasado días sin dormir de forma agradable desde la vez que conoció a Alexis.

Al recordar el fugaz momento de verlo cara a cara el pesar en su pecho aumentaba y el aire salía de sus pulmones, su último aliento de paz fue dedicado para esa aparición. Las monjas y todos en la iglesia se habían percatado de que había algo raro en él, pero nunca se detuvieron a preguntar, con los preparativos de los altares en la iglesia y recinto de creyentes estaban lo suficientemente ocupados como para percatarse de algo que veían a diario.

Su intento de distracción y el enfoque de santificar las vibras de ese día, Miguel comenzó a prepararse para la siguiente ronda de confesiones. Se percibía el aroma a incienso, mezclado con el olor fresco del perfume de la señora Morales, una de las fieles más devotas de la parroquia. Pero el aroma también le recordaba a Alexis, esa mezcla agridulce de madera y cítricos que lo llenaba de deseo y levemente complacencia.

Impasible y desorientado, no logró atender a los monaguillos como era correcto, solo podía pensar en esa fragancia, uno de los niños vio a lo lejos a la señora Morales y jaló la sotana de O'hara para que pusiera atención.

-Pss, Padre.- El monaguillo dejó al padre hablando con ella.

-Buenos Días padre, disculpe mi interrupción pero es que tenía algunas dudas

Al irse la creyente, O'hara dejó que sus sentidos guardaran por un poco más de tiempo el aroma que le recordaba a su musa, . Miguel fue directo a uno de los cuartos de la iglesia, se quitó la sotana, ajustando los botones de su camisa nuevamente y evitando mirar su imagen reflejada en el espejo. No necesitaba ver de más lo que tanto lo contradecía, la imagen de un hombre que no encajaba con la imagen típica de un sacerdote: lleno de luz y con actitud radiante.

Con un suspiro después de caminar como un demente alrededor de la habitación, se acomodó en la silla del altar, sobre pensando la breve interacción con Alexis. "¿Dejaré que la tentación impregne mi mente y tome el control? O, por el contrario, ¿me mantendré firme en y alejaré a este chico que mi cabeza se niega a soltar? " Los pensamientos oscuros de Miguel le daban múltiples razones para sucumbir, pero había algo, un débil intento de resistencia en su interior en busca de luz.

Su dedo acariciaba sus cejas, su rostro estaba apoyado sobre su palma, bostezó aburrido con las cejas fruncidas y alcanzó a escuchar un par de murmullos de forma desganada, sus ojos se movieron en dirección al sonido encontrando a un par de jóvenes que servían en la iglesia por las tardes, sus risas amargaron la paz del párroco con un sentimiento de molestia por la falta de silencio en ese día tan ajetreado.

-Mary, ¿escuchaste lo que dijeron los alumnos de literatura?

-¿Qué cosa Claire?- La otra chica entrecerró los ojos desconfiada.- ah lo del Oasis, sí lo escuché pero no me atrae la idea de ir a pecar, no tengo suficientes ánimos para pasar el Halloween, sobre todo en un lugar como ese.