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estuvieron buscando un lugar perfecto en donde grabar, al ser fin de semana era tarea difícil. decidieron que sería detrás de un club, de esos en los que iban de adolescentes para bailar.

soobin estaba muy emocionado por el acto de hoy, pero no quería hacerse iluciones. había leído muchos comentarios pidiendo cosas que aún no hacía el pequeño, así que cualquier cosa podría pasar. notó al menor algo nervioso, suponía que era normal por lo que haría.

jugaba con sus manos a la espera de que el sol termine de irse, de que las luces de la calle iluminen la cuidad. esperaba no ponerse nervioso a la hora de jugar con su lugar prohibido.

de a poco, los faros prendieron sus luces anunciando la salida de la luna. era momento de ir al lugar.

a pasos lentos se dirigieron, no tenían prisas pues la noche era larga. la gente iba a paso contrario a ellos, seguramente para volver a sus casas. otros se dirigían al dichoso club, en la busca de algún amor de una sola oscuridad.

sabían que nadie los descubriría, la puerta estaba a un lado de aquél sitio y no detrás. Lo recordaban con anhelo, habían ido allí tantas veces. siempre en busca de tomar algo o relajarse, muy al contrario de sus compañeros.

—¿no me dirás que te traes para hoy?— soltó choi. necesitaba prepararse mentalmente para la vista que tendría.

—prefiero no decirlo, me dará vergüenza después. — contestó en un susurro audible para el castaño.

estaban a un paso del club, el corazón del mayor latía con fuerza. empezaba a prepararse mentalmente para lo que vendría. cuantas veces lo había imaginado de forma lasciva, cosas que nunca nadie habría imaginado con el actor.

al llegar, choi sacó sus materiales de grabación con ansias. colocó la camara en un lugar cómodo, procurando que esa hermosa cara no quedara en enfoque.

la brisa era suave, no daba frio al ser verano.

—¿listo? —preguntó dando los últimos retoques a su cámara.

—s-si, ya puedes grabar.

en la esquina superior de la pequeña pantalla, aparecían dígitos en rojo, dando a entender que ya no había vuelta atrás. una vez que empezaba, el menor no paraba.

toqueteo sensualmente su cuerpo sobre sus ropas, intentando calentarse para la acción. en su cabeza se repetían millones de ideas eróticas, su cuerpo comenzaba a tomar calor. levantó su remera y sostuvo el borde con su boca, mostrando aquellos apetecibles pezones que volvían loco al camarógrafo.

los tocó despacio, con sumo cuidado ya que eran muy sensibles. suspiros ahogados por la tela salían de sus labios, deseaba que alguien lo hiciera por él.

bajó una de sus manos hasta el pequeño bulto ya formado en sus pantalones, tratando de que la erección se termine de formar. desabrochó su cinturón con delicadeza, hoy quería aparentar ser otra persona, no la ruda de siempre. soltó de su boca el borde de su remera, a sus espectadores le encantaban sus quejidos.

con ambas manos, comenzó a bajar su pantalón y calzoncillo, dando pequeños meneos de cadera de forma seductora.

el miembro de soobin se estaba endureciendo de tan solo verlo y saber que era su amigo, el chico que tanto deseaba. fue acercándose para dar una mejor visión de lo que hacía, dándole un toque más profesional a la toma.

yeonjun quitó su remera, quedando totalmente desnudo detrás del club. volvió a tocar su cuerpo con sensualidad, dando movimientos que pedían pecar. dió vuelta su cuerpo, pegando su torso contra la pared rugosa. su trasero quedó expuesto ante la cámara, pero nada importaba, estaba demasiado caliente como para retroceder. era demasiado placer sentir lo frío de la pared junto a la rugosidad en sus botoncitos, más cuando meneaba su culo delante de su mejor amigo.

a choi se le hacía agua la boca. tenía la vista mas perfecta delante de sus ojos, quería quedarse admirando aquellas esferas por la eternidad. enfocó su cámara en ellas, seguramente los fans le darían un gran aplauso por el autocontrol que estaba teniendo.

yeonjun se agachó para tomar sus pequeños vibradores junto con unas cintas adhesivas negras. volvió a su posición inicial para poder mostrar lo que haría. pegó los objetivos a sus sensibles pezones y los prendió. los jadeos que empezaron a salir de su boca eran incontrolables, demasiado para la cordura del castaño.

volvió a darse la vuelta, mostrando su trasero frente a la cámara nuevamente. con ambas manos tomó sus mejillas y las separó, mostrando lo que soobin denominaría "fruto prohibido".

joder, su miembro estaba como roca al verlo. necesitaba tomarlo con fuerza, contra esa pared, escuchar fuertes sus gemidos.

el pequeño tomó el bote de lubricante, poniendo un poco sobre dos de sus dedos. con insistencia comenzó a frotarlos en su agujero, el cual palpitaba en busca de más. terminó por meter solo la punta de uno, no se arrepentía de nada. era un pequeño ardor, pero se le hacía muy excitante sentirlo.

a los minutos se encontraba con dos de sus dedos moviéndose sin control en su interior. sus gemidos salían algo fuertes, su respiración se notaba agitada, no quería parar. ya se sentía lo suficientemente dilatado para lo siguiente. quitó sus dedos de su agujero, sintiéndose vacío al hacerlo, pero dejándole una vista maravillosa a choi. tomó la pequeña cajita negra, y comenzó a sacar el objeto con delicadeza.

el castaño quedó boquiabierto al ver lo que tenía entre sus manos, un plug negro, uno no tan pequeño. yeonjun intentó introducirlo apenas lo embarró con lubricante, pero no pudo. sus manos estaban tan temblorosas que no pudo en ninguno de sus intentos, estaba frustrado.

giró un poco su cabeza, y miró a su camarógrafo en busca de ayuda. meneaba su culo en busca de que su amigo metiera el objeto, y soobin lo notó. se veía tan necesitado, con sus ojos dilatados al igual que su entrada.

con la poca cordura que le quedaba, tomó el trípode y dejó la cámara en el. procurando de que ningún rostro se mostrara en escena. se acercó al cuerpo contrario, quien le mostraba el objeto con insistencia.

—¿quieres ayuda, gatito? — le susurró en la oreja de forma lasciva. teniendo como respuesta un jadeo y un trasero en su erección.

le arrebató el juguete de las manos para luego jugar un rato con la cordura del pelinegro. paseaba el plug entre sus mejillas, con insistencia cuando rozaban el agujerito.

—r-rapido, soo-

no pudo de terminar de completar la frase, cuando sintió el objeto entrar. sus piernas comenzaron a templar fuertemente, siendole imposible mantenerse en pie. ardía demasiado, pero le excitaba en demasía.

el objeto entraba y salía rápidamente, sin necesidad de ser delicado. nunca pensó que su mejor amigo estuviera participando activamente de uno de sus videos. su miembro goteaba, dejando rastros en el suelo, mientras que sus caderas se movían al compás del juguete. sus pezones dolían por la gran estimulación que recibía por parte de los vibradores junto con la precisión que ejercía contra la pared.

soobin sostenía su cadera con fuerza, intentando dejar rastro de sus dedos en ella. moría por hacer todo lo que imaginó desde hace tiempo, pero necesitaba tener autocontrol, era su amigo y no quería asustarlo.

—más por favor, no te detengas. — gimió el bajito. —no tengas piedad, soobin.— dijo lo último en un susurro tentador.

siguió sus órdenes, no tuvo compasión con el pequeño. arremetía con fuerza el objeto dentro del menor, quien ya estaba casi en su punto. su rostro estaba sonrojado junto con pequeñas lágrimas de placer. yeonjun sostenía sus mejillas para que tuviera mejor acceso, de paso para intentar acabar con la poca cordura que tenía su mejor amigo.

las piernas temblaban a sobremanera, ya estaba a punto de correrse. nunca pensó que hacer tal cosa era mejor que lo que hacía habitualmente. jadeos y susurros avisaban lo que se aproximaba, junto con la dificultad que choi estaba teniendo al meter el objeto.

tiras blancas salieron, salpicando la rugosidad de la pared y parte del suelo. los pies se tenzaron al igual que su cavidad, se había corrido.

el castaño apagó la cámara, dando por finalizado el video. cuando se volvió acercar al menor para sacar el objeto, este lo detuvo con sus manos.

—no lo saques, estoy bien. — jadeó cansado.

decidió dejarlo cambiarse, mientras comenzaba a guardar todo en su mochila. aún no podía creerlo, había tocado a yeonjun.

street sex - soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora