Capitulo 1 | ♤

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Todo empezó en la base Autobot. Después de la batalla con Nemesis Prime, no se les permitió salir de la base, al menos no hasta que el Agente Fowler resolviera el asunto con los militares. Bumblebee y Optimus se sentaron en el techo y admiraron el cielo estrellado.

"Las estrellas son aún más brillantes de lo habitual esta noche", dijo Prime.

"Las estrellas siempre son más brillantes cuando estás cerca", dijo Bee en un susurro, acercándose a Optimus.

Prime solo miró a Bumblebee y continuó observando las estrellas, que se estaban volviendo más tenues y las constelaciones más brillantes, como para demostrar que Bee y Prime estaban destinados a estar juntos. Bumblebee también lo notó, pero no dejó que se notara, como si temiera que cuando Optimus lo notara, dijera: "No hay tiempo para el amor en la guerra". Eh, qué equivocado Bee. Pronto notaron juntos que las constelaciones parecían estar formando sus siluetas, mostrándoles algo. Respirando profundamente, Bumblebee aún decide hacer algo tan desesperado como declarar su amor.

—¿Optimus?

—¿Qué pasa, Bee?

—Después de pensarlo un poco más, Bumblebee todavía dijo:

—Te amo. Quería decírtelo después de que Cliffjumper fuera asesinado, pero tenía miedo. En caso de que dijeras que no y que no hay tiempo para el amor en la guerra, pero... —Antes
de que Bee pudiera terminar de hablar, sintió la mano de alguien en su cuello, seguida de un beso. Bumblebee, claramente no esperaba tal giro de los acontecimientos y tal comportamiento del líder, al principio se sorprendió mucho, pero luego se entregó a Optimus. Después de un momento, Prime se apartó y dijo:

—Yo también te amo.
De repente, todos los recuerdos de Bee de ese momento se habían ido, como si nunca hubieran sucedido. Pero había un recuerdo de las palabras del líder.

—Ni una palabra a nadie —dijo Bumblebee en voz baja.

No podía creer que justo ayer se habían besado y hoy esos recuerdos se habían ido. Solo habían pasado cuatro años desde la muerte del líder, pero para nuestro explorador era una eternidad. No podía dormir por las noches porque siempre estaba pensando en Optimus. Al salir del apartamento, Bee se dirigía al techo de esa misma base y miraba las estrellas donde veía a Prime. Un alma amable, pura y tan afín que le daba fuerza y ​​esperanza. Ahora el chico extrañaba esa mirada amorosa, esa calidez y ese tono gentil y autoritario de la voz de Optimus, agradable a los oídos.
Tan pronto como Bumblebee pasaba o se sentaba en el compartimiento del líder, no podía contener las lágrimas. Su corazón se desgarraba desde adentro ante el diagnóstico de soledad -era como hielo en la nuca- que no se podían curar todas esas heridas.
Primus se había llevado a quien le daba amor, calidez, fuerza, fe y esperanza.

Notas:
Lamento que el primer capítulo haya sido tan pequeño. Pronto publicaré 3 capítulos más.

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