Uno hace tiempo atrás había soñado con ése tan ansiado momento romántico entre ambos.
Él otro ni en sus más profundos sueños lo hubiese imaginado. Pero estaba siendo más que perfecto sin duda alguna.
En el borde de aquel escritorio, Hannibal y Will movían sus labios con intensidad. Will habia llegado para retomar las terapias con Hannibal, el mayor le había confesado a Will días atrás sobre el hecho de él ser el Destripador de Chesapeake.
Hannibal pensaba que Will se alejaría más de él y que pronto el FBI vendría a capturarlo, el mayor nunca se imaginó que Will nuevamente vendría a su consultorio para empezar a besarlo con necesidad.
Will se sentía abrumado por estarse entregando a Hannibal.. El Destripador de Chesapeake, Un asesino.
Ambas manos de él agente recorría su espalda y espalda baja por completo, encantandole la suavidad de su piel y para Hannibal, estar así con Will era simplemente una maravilla. Un acto mágico entre ambos, una maravilla apasionante y lleno de lujuria.
Cada segundo que pasaba, tenía la necesidad de sentirlo más, de tocarlo a profundidad, de escucharlo jadear o gemir su nombre ante su intenso toque.
Con cuidado Hannibal levantó el cuerpo de Will poniéndolo sobre el escritorio apartando o más bien tirando las cosas que estaban encima de esta para más espacio.
Will rió al ver al mayor tan perdido en el momento y mentiría si él no lo estaba, las cosas cayeron al suelo haciendo algo de ruido por suerte Will era el último paciente que Hannibal tendría. Ya no había nadie, tenían el lugar para ellos.
Estando Will sentado y Hannibal de pie, aquel beso siguió, teniendo al joven Will tocando el pecho y el abdomen de Hannibal con la palma entera de su mano, disfrutando demasiado al tocarlo.
Por falta de aire es que se separó del beso, Hannibal quito el cinturón y bajo la cremallera del pantalón de Will quedando solo en bóxer, Will llevo su mirada al mayor. Hannibal sonrió y acarició el miembro del agente sobre la fina tela los leves jadeos no tardaron en aparecer.
—¿E-enserio lo... haremos aquí?
—Nadie más vendrá, solo somos tu y yo.
Hannibal volvió atacar loa labios de Will esta vez con una mano bajo los bóxer de Will y con la otra desprendió los botones de su camisa, ahora tenía un Will Graham totalmente desnudo sobre su escritorio.
Tan hermoso.
La boca del mayor se desplazó de sus labios a su cuello dejando mordidas y lamidas en esa hermosa zona, Will llevo sus piernas a la cintura de Hannibal para acercarlo más.
—Maldición, tu también desnudate.
—Lo que desees, mi chico inteligente.
Hannibal empezó a desvestirse lentamente observando a Will en todo momento cuando estuvo listo jalo a Will más cerca de la orilla del escritorio haciendo sobresaltar al joven. Will abrió las piernas para darle acceso a Hannibal de colocarse entre éstas, los besos volvieron con igual intensidad Hannibal empezó a masturbar el pene de Will ahogando sus gemidos en el beso gracias a la hermosa melodía de Will su miembro logró ponerse erecto.
Podia verlo disfrutar de su toque, perdiendo poco a poco el control de sus pensamientos, palabras y boca. A Will en ese momento le daba igual quien fuera Hannibal y todo lo que fuera de aquel consultorio.
Hizo su cabeza levemente hacia atrás, arqueando su espalda solamente un poco al Hannibal haber aumentado el movimiento con su mano. Deseaba más de el y no sabía cómo pedírselo sin gemir o jadear.
Hannibal se acercó más a Will colocandose más entre las piernas de Will, bajando dos dedos a su entrada trasera y así comenzar a penetrarlo con los mismos, muy suavemente y así poder dilatarlo para que no sea tan doloroso al momento de hacerlo con su miembro.
