capitulo IV

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Narrador

Cierto pelinegro había abierto los ojos, mientras sentía un calor terrible, con dolores en su parte íntima, a la vez que sentía su trasero demasiado húmedo.

Asustado, se levantó de la cama de un susto, sin recordar como había llegado ahí. No veía más que a el en la habitación, encima que tenía su ropa puesta, así que que lo hayan violado no era una opción.

Relajado y sereno, volvió a echarse en la cama, volviendo a abrazar lo que tenia en brazos.

Con cuidado se volteo a ver a quien estaba abrazando, encontrándose con cierta albina, que dormía como un ángel, con una sonrisa en su rostro, mientras apretaba más su agarre al pelinegro.

- colette despierta, ¿Cómo llegue aquí? -

Exclamó, mientras intentaba liberarse, recibiendo un gruñido por parte de la albina; asustado, decidió volverse a acostar, intentando dormir, hasta que lo había conseguido.

....

- ¡Edgar! ¡Despierta! ¡Se nos hace demasiado tarde para ir al trabajo!-

Escuchaba los gritos provenientes de aquella simpática albina, odiada por todos.

El pelinegro se encontraba tan perdido en el aroma que había en la habitación que no pudo ni levantarse, encima que su celo no lo ayudaba, vaya que ser Omega es demasiado difícil ¿Verdad?

Continuando con nuestra historia, la albina se había preocupado por el Omega, porque no bajaba a la cocina para por lo menos desayunar, y tampoco le dijo nada.

La alfa sin esperar más, subió las escaleras rápidamente que Hiba al reluciente segundo piso, con una alfombra roja como las cerezas, y dos puertas blancas, una con adornos rosados, mientras que la otra tenía pegatinas de todos los brawlers.

Rápidamente entro a la segunda puerta, que era su habitación, que apestaba al olor del indefenso Omega, que se encontraba acostado en su cama sosteniendo su estómago con su mano derecha, y la izquierda en su cabeza.

Rápidamente el Omega volteó a ver a la peliblanca, para luego empezar a soltar sus feromonas, intentando atraer a la alfa, quien se tapaba la nariz para no caer ante sus instintos.

- alfa, por favor. Te nesesito-

El pelinegro había usado su voz de Omega, mientras colette buscaba desesperadamente supresores de Omega, que tenía en un cajón, Pero no las encontraba por ningún lado.

- Edgar, controlate, no voy a marcarte-

Por más de que sentía deseos de marcar al pelinegro, tenía que controlarse, simplemente era su compañero de trabajo, y no estaba bien....

-voy a ir a buscar supresores, mientras tú te quedas aquí -

Ordeno la alfa, mientras abandonaba la habitación. Edgar para este punto estaba llorando.

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𝐸𝑙 𝑂𝑟𝑖𝑔𝑒𝑛 𝐷𝑒 𝑇𝑢/𝑀𝑖 𝐿𝑜𝑐𝑢𝑟𝑎 ☾︎𝑜𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒☽︎ 𝐸 𝑋 𝐶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora