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En un rincón tranquilo y modesto de la ciudad vivía un joven llamado Beomgyu. Tenía la peculiar costumbre de coleccionar recuerdos olvidados. Su apartamento era un laberinto desordenado de fotografías antiguas, cartas y recuerdos que no le pertenecían. Las paredes estaban cubiertas de recortes de periódicos y notas adhesivas, cada una de ellas una pieza del rompecabezas del pasado de otra persona. Los ojos de Beomgyu recorrieron la habitación, una tormenta silenciosa de pensamientos detrás de sus gafas. Colocó con cuidado un talón de boleto descolorido junto a un medallón con una cadena rota. El cierre del medallón tenía forma de un pequeño corazón, y se preguntó si los dos objetos alguna vez habían compartido una historia.

Una tarde, cuando las luces de la ciudad empezaban a parpadear fuera de su ventana, un golpe resonó en el pasillo. Beomgyu levantó la vista de su trabajo, con el corazón dando un vuelco. Era raro que alguien lo visitara a esas horas. Se acercó con cautela a la puerta, mirando por la mirilla. Un joven, no mayor que Beomgyu, con una mirada de desesperación grabada en su rostro, estaba del otro lado. Los ojos de Yeonjun escrutaron el suelo mientras hablaba: "He oído que puedes ayudarme... con un recuerdo".

Beomgyu abrió la puerta, intrigado por la urgencia del extraño. Yeonjun entró, mirando nerviosamente alrededor de la habitación. El aire estaba cargado con el olor a papel viejo y un leve rastro de polvo. Beomgyu le ofreció un asiento en la desordenada mesa de la cocina y escuchó mientras Yeonjun contaba un amor perdido en el tiempo. Su voz temblaba mientras hablaba de un chico llamado Soobin, cuya sonrisa alguna vez había sido el sol en su cielo. Ahora, no era más que un recuerdo que se desvanecía, un nombre susurrado en el viento.

"Necesito olvidarlo", dijo Yeonjun, sus ojos brillaban con lágrimas contenidas. "Todo lo que compartimos, cada momento, cada toque, me está matando". Beomgyu asintió, su mirada se suavizó. Entendía el dolor de aferrarse a algo que ya no existía. "Cuéntame más sobre Soobin", le pidió suavemente.

Yeonjun respiró profundamente y sus hombros se hundieron bajo el peso de sus palabras. —Él era... todo. Éramos inseparables. Su risa era como música, sus ojos... eran como las estrellas. —Hizo una pausa y tragó saliva—. Pero un día, simplemente... se fue. Sin dejar rastro, sin un adiós. —Su voz se quebró y miró a Beomgyu con una mezcla de esperanza y desesperación—. ¿De verdad puedes hacerlo? ¿Puedes borrarlo de mi mente?

Beomgyu estudió el rostro de Yeonjun, la cruda emoción expuesta ante él. Conocía la desesperación que venía con el deseo de escapar del pasado. —Puedo intentarlo —dijo, colocando una mano reconfortante sobre el hombro del hombre más joven—. Pero recuerda, es un proceso delicado. No se trata solo de olvidar a alguien; se trata de dejar ir una parte de ti mismo.

Yeonjun asintió, con los ojos cerrados como si se estuviera preparando para un golpe. "Lo sé", murmuró. "Es solo que... no puedo soportarlo más".

Beomgyu lo condujo a una habitación poco iluminada en la parte trasera del apartamento, llena de una variedad de dispositivos peculiares y cables que serpenteaban por el suelo. En el centro había una silla que parecía sacada directamente de una película de ciencia ficción, rodeada de pantallas que mostraban un laberinto de patrones neuronales. El corazón de Yeonjun se aceleró cuando se sentó, el frío metal contra su piel le provocó un escalofrío en la columna. Beomgyu comenzó a colocarse sensores en las sienes, explicando cada paso con una voz tranquila y tranquilizadora. La habitación zumbaba con el silencioso zumbido de la maquinaria al encenderse.

—¿Listo? —preguntó Beomgyu, y Yeonjun asintió, con los ojos cerrados con fuerza. La silla se reclinó y las pantallas cobraron vida. Los recuerdos inundaron la mente de Yeonjun, un caleidoscopio de momentos con Soobin. Riendo en el parque, tomados de la mano bajo la lluvia, confesiones susurradas bajo las estrellas. El dolor era tan intenso que parecía que lo consumiría por completo.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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eternal sunshine • yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora