El invierno calaba los huesos, el paisaje gris de Londres, tan melancólico y lúgubre, las personas iban y venían en aquella estación de trenes, el humo, el frío, los aromas y las feromonas se mezclaban de manera tan extraña al igual que la sinfonía del ambiente a su alrededor, sus orejeras apenas lograban disminuir aquel caos sinfónico y disonante, mientras agradecía poder estar ligeraen exenta del poder de las feromonas ajenas en ella.
-"No te quedes atrás, debemos darnos prisa si no quieres perder el tren..."- Comentó una voz masculina, se notaba la ligera desesperación y ansiedad en aquella voz grave pero dulce marcada por ese encantador acento francés y los modismos propios de un inglés.
El hombre apenas y podía verificar que la niña a su lado le siguiera el paso sin siquiera darse cuenta de que ella estaba justo a su lado, estaba tan tenso que no se dió cuenta que justo la sujetaba de la mano hasta que la soltó buscando unas cosas en los bolsillos interiores de su traje, aterrado con la idea de haber olvidado algo.
-"Lo siento tío Linus, perdón, señor Moreau..."- Se corrigió la jovencita que cargaba su maleta con calma, aunque cualquiera de su edad tendría dificultades, demostraba una madurez bastante anormal y propia, aunque en el fondo esta actitud era reflejo de su ligero descontento.
El hombre dejó de mirar su reloj, sus ojos azules se pasaron en la pequeña, que lo pasaba de largo directo a su destino, por un momento sintió que su corazón se le encogió, podría ser su hija, pero lo era, al menos se sintió así un tiempo, Linus Moreau nunca pensó en tener hijos, o casarse, claro que se enamoró, pero había algo más grande que el deseo de tener una familia, la magia, eso siempre fue desde que era joven, todo parece ser más interesante que otro ser humano, los libros, los animales, plantas y pociones parecían ser sus amigos, un completó erudito ermitaño y extraño, que parecía incomprendido pero que tampoco le importaba estar solo, de sangre pura, padres adinerados gracias a las fábricas de sus abuelos en el mundo muggle y sus avances en la magia fusionada con la revolucionaria tecnología, él único hijo de sus padres, pues su hermana mayor murió antes de que naciera en manos de muggles, el abandono de sus padres que parecían estar más interesados en sus metas que su familia, aunque bastante enamorados como para darse la espalda mutuamente hicieron que Linus desarrollase un desapego enorme y dificultad para la interacción social, pues apenas sus padres lo veían, con una simple palmada en la cabeza y un "Muy bien" daban a entender su aprecio por él, se le podía encontrar siempre haciendo algo o manteniendo sus lecturas aunque lo dejasen colgando del techo, o cayendo en bromas por su despiste sus crueles primos o demás niños de Hogsmeade, lugar donde terminó viviendo con una tía viuda trabajadora del Ministerio para prepararlo, quería ir a otra academia que no fuera la de sus padres, no se le veía un futuro sin contactos, al menos hasta que conoció al padre de aquella pequeña.
Bartolo Orduña Buenaventura era un mestizo que simplemente buscaba más que solo seguir el legado de un padre al que jamás le importó, ni él ni sus hermanos, que solo se casó con una simple muggle para tener el control absoluto, alguien que no pudiera defenderse, seguir su palabra como si fuera la ley, por desgracia, de 6 hermanos, él único que heredó el poder era él y su hermano mayor por un año, pero como este murió por negligencia de su padre que no pudo rescatar a su propio hijo debido a lo borracho que estaba, solo él podría seguir el legado, un legado que le daba asco por solo recordarle a ese hombre despreciable, cuestionando porque, siendo el que menos buscaba la atención de su padre, tendría que mantener el legado mágico de la familia, intentó huir, pensando que eso evitaría su maldición, pero fue en uno de los viajes con su tío, Bernardino Orduña Salazar, dónde las cosas cambiarían drásticamente, el hombre no sólo se encargó de enseñarle lo que era el trabajo honesto, sino también, las maravillas de la magia, aceptando su destino, alguna vez Linus y Bartolo cruzaron caminos, pero ni ellos mismos se dieron cuenta, fue hasta que en París, ambos recibieron sus cartas, tan cerca y tan lejos, el señor Bernardino ya se había adelantado, siendo solo llevado a Hogsmeade por su varita, aunque sus caminos no se cruzaron en el vagón, fue en su segundo año que aquel beta y alfa se hicieron amigos, Bartolo estaba fascinado por los conocimientos y la pasión de Linus por la magia y sus derivados, Linus admiraba la fuerza y resiliencia de Bartolo, su carisma y agradecía enormemente su paciencia y comprensión, ayudándose mutuamente, un Ravenclaw excéntrico pero de buen y torpe corazón y un Griffindor bastante intrépido, en cuarto año, las cosas dieron un giro de 180 grados, cuando Andrómeda Morquecho Del Río llegó a sus vidas, sobre todo para Bartolo, ambos se conocían, fueron vecinos en una ciudad de México, dos niños que nunca pensaron volver a verse, mientras Bartolo iba de ciudad en ciudad por su padre problemático, los años que pasó al lado de Andrómeda fueron los mejores, lo que creía un romance prohibido entre un mestizo y una muggle, resultó que no sería tan imposible después de todo.

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La flor más hermosa y rara de todas
RandomLa vida es un vaivén de vueltas sin control, cuando te suelta, te lanza bien o te lanza mal, depende como caes para saber que procede o al menos si sobrevives, a algunos les sienta la caída, otros no, pese a lo poco justo que pueda parecer, como la...