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Levanto la vista de mi taza de café la cual reposa sobre la mesa, mi novio me dedica una sonrisa que le  devuelvo al instante, hoy es nuestro primer aniversario, un año juntos.

Sinceramente no creí que fuéramos a durar tanto. ¿La razón? Somos totalmente opuestos. No tenemos nada en común, claro ejemplo de ello, es que, yo amo la tranquilidad, la lectura y las exposiciones de arte, y él, bueno él ama las fiestas, las motos, y por sobre todo, adora ir a las carreras que se celebran a las afueras de la ciudad, que por cierto, son ilegales.

No voy a mentir, cuando comenzamos a salir pensé varías veces en terminar todo y distanciarme por todo lo anterior, pero, no lo hice porque en realidad me gustaba, y aunque aún no me acostumbro a esas cosas, intento apoyar lo que le gusta.

—Rony. -escucho que me llama sacándome de mis pensamientos.- ¿Que sucede? Te noto distraída.

—Si, solo recordé que el viernes en la noche habrá una exposición de arte, y pensaba que podríamos ir juntos y... -no logro terminar de hablar, cuando soy interrumpida.-

—Sabes que siempre voy a las carreras los viernes en la noche. -dice, su rostro ahora expresaba total seriedad.-

—Lo sé, pero por una vez no pasará nada. -trato de convencerlo.-

—No me perderé una noche por ir a ver unos cuantos cuadros con garabatos sin sentido alguno. -sus palabras casi derrochaban veneno, no sé en que momento dejó de ser el chico tierno que solía ser, para pasar a ser este.-

—Está bien, iré yo sola, como siempre. -susurro lo último solo para mi misma-

Si, no de apoyar lo que nos gusta no es recíproco.

Luego de eso quedamos en silencio, no sé si él lo notó, pero para mí era incómodo, aunque no sé ni por que, es más, debería estar acostumbrada a esto, luego de el sexto mes, ya no hubieron más flores, no más mensajes de buenos días y buenas noches, y mucho menos salidas a lugares de mi preferencia.

Al terminar los cafés, él pagó la cuenta, y sin decir ni una sola  palabra, salimos de la cafetería, caminamos hasta donde estaba su moto, una YAMAHA YZF-R1M, el rugir de la misma al arrancarla hizo que varias personas miraran.

Al pasar unos minutos detiene la moto frente a mi casa, ni siquiera se quita el casco para despedirse, me quito el mío y lo veo desaparecer a la distancia.

—El mejor aniversario. -digo con ironía, cuando la no está en mi campo de visión.-

Entro a mi casa dejando el casco en la pequeña mesa al lado de la puerta.

—Ya llegué. -aviso mi llegada y mi perro aparece por el pasillo al escuchar mi voz, y corre hacia mi para recibirme.-

Es un Pomerania color café, me lo regalaron mis padres en navidad hace tres años, pues al ser hija única y ellos tener horarios laborales bastante apretados, me quedaba sola bastantes veces y pensando en ello me lo regalaron, sinceramente ha sido uno de los mejores regalos.

—¿Me has extrañado, Biscuit? -le pregunto mientras me agacho para darle mimos.-

—Hola Ron ¿Qué tal tu aniversario con Aaron? -pregunta mi padre saliendo de la cocina junto a mi mamá.-

—Bien. -me limito a responder con una leve sonrisa, no estoy de humor para hablar de nuestra pequeña pelea aunque no se si se le puede llamar así.-

Subo las escaleras perezosamente y camino hacia mi habitación. Lanzo mi bolso hacia algún lugar de mi habitación y me acuesto boca abajo en mi cama. Me levanto al poco rato y abro la ventana, al parecer tenemos nuevos vecinos los anteriores se habían mudado al extranjero unos meses atrás, eran unas excelentes personas y su hija era una chica muy agradable, tuvimos charlas en varias ocasiones, y compartíamos los gustos similares, era una pena que se marchasen.

—¡Rony!

La voz de mi madre me saca de mis pensamientos, me llamaba desde el primer piso.

—¡Ya voy! -le respondo y con una increíble pereza me levanto de mi cama para dirigirme hacia las escaleras.-

Mientras bajo logro escuchar dos voces desconocidas, de seguro son los nuevos vecinos, pienso y continuo mi camino. Me asomo en la sala de estar, y veo a una pareja laa mujer de estatura un poco baja su cabello negro cae como cascada sobre sus hombros, sus ojos negros igual que su cabello, el hombre es bastante alto, su cabello rubio y sus ojos se notan un poco grises, ambos se ven más o menos de la misma edad de mis padres y un chico de seguramente mi edad o quizás un poco mayor cabello su rubio igual que el señor a su lado, quién al parecer es su padre, pues tienen un gran parecido.

Me acerco a saludar, el chico y yo conectamos mirada, algo en sus ojos me llama la atención, son grises, un gris que hace que pienses en el nublado cielo en un día lluvioso, esos mismos orbes me analizan tan profundamente que hace que mi piel se erize, aparto la mirada rápidamente al mismo tiempo siento que mis mejillas de sonrojan.

Maldición.

—Ella es Rony, nuestra única hija. -les sonrío en forma de saludo.-

—Pero si eres hermosa. -dice la mujer dirigiéndose a mi con una gran sonrisa dibujándose en sus labios.-

—Gracias. -balbuceo nerviosamente, aún siento la penetrante mirada de el chico sobre mi.–

—Él es Derian es nuestro hijo mayor, tenemos dos más. -habla por primera vez el señor, miro nuevamente en dirección al recién nombrado quién me dedica una sonrisa ladina.-

—Ron, Derian es de tu edad incluso se incorporará al mismo salón que tú ¿No es maravilloso? Incluso podrías darle un recorrido por el instituto.

—Si. -respondo un poco dudosa, y es que aunque ni siquiera lo conozco, no me da muy buena espina.-



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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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